La catedral metropolitana de San Salvador de Oviedo se quedó pequeña para albergar a los fieles “leoninos” que, masivamente, acudieron al concierto de la prestigiosa y laureada formación coral luanquina en una cita, patrocinada por LA NUEVA ESPAÑA, que se está asentando en el atomizado calendario musical ovetense y que apunta a un inmejorable preludio de la Semana Santa.
Bajo la atenta mirada del edil de Turismo, Alfredo García Quintana, los gozoniegos desplegaron todo su talento para brillar con luz propia en un programa, “Versa est in luctum”, en honor a los homónimos motetes de Tomás Luis de Victoria y Alonso Lobo que incluía esta exquisita velada musical, de una hora de duración. Aunque el plato fuerte de la tarde-noche venía de la mano del célebre “Officium Defunctorum”, de Victoria, una de las composiciones más emblemáticas y completas del abulense. Y esto, tratándose de Victoria, son palabras mayores.
Para “El león de oro” cualquier reto se convierte en un juego de niños si la partitura que enfrentan está escrita entre los siglos XVI y XVII, uno de sus períodos predilectos y en el que, a lo largo de su escaso cuarto de siglo de vida, la formación luanquina se ha erigido en todo un referente a nivel nacional e internacional. Por si fuera poco, al frente de los gozoniegos estaba su titular, Marco Antonio García de Paz, cuyo primer curso como director del Coro de Radiotelevisión Española no parecen haber mermado ni un ápice sus ganas y entusiasmo de ponerse frente al que ha sido su mejor escaparate, muy al contrario, se le vio disfrutar de cada entrada, de cada una de las dinámicas, del vuelo de cada una de las frases musicales...Y si Marco se divierte, también se divierte el público.
Los pupilos de García de Paz supieron sacar de su equilibrio vocal para lucirse en la decena de números que forman esta misa de Réquiem de Victoria (en honor de María de Austria y Portugal), con unas invocaciones en canto llano muy precisas y cuidadas tanto por la solista Elena Rosso como por la cuerda de sopranos, llenando cada rincón catedralicio con sus voces etéreas y bien timbradas. Por si hacía falta algún ingrediente más, el templo ovetense ayudó con su acústica a generar un efectismo sonoro de primer nivel. Pasajes fluidos, fraseos siempre bien delineados y una afinación extraordinaria fueron la tónica general de todo el concierto y agradaron al público que, en pie, y entre numerosos aplausos y gritos de “¡Bravo!”, despidieron a los luanquinos.
Para cerrar la tarde musical, Marco bisó el “Kyrie” del Réquiem, una pieza que sobresalió por su expresividad, con una sección central vistosa por sus contrapuntos y donde se destacó la cuerda de bajos, muy compacta y poderosa.
Marcus Creed: “La Pasión según San Mateo es logísticamente bastante complicada”
Marcus Creed dirigirá mañana domingo en Oviedo al coro infantil de “El León de Oro” en la que es, según apunta, “la obra más grande de Bach”, la Pasión según San Mateo. La actuación tendrá lugar a las siete de la tarde en el Auditorio Príncipe Felipe, y cuenta la historia de la Pascua hasta la muerte de Jesucristo. Una obra que, según su director, “logísticamente es bastante complicada, y que dura dos horas y tres cuartos”. Se da la circunstancia que Creed es un viejo conocido de Oviedo, donde ha cosechado varios éxitos. Tanto que llegó a dirigir al coro de la Fundación Príncipe de Asturias, junto al de los “Virtuosos de Moscú”. Fue un 22 de mayo de 1993, hace casi treinta años en el Teatro Campoamor. Aquel concierto fue para conmemorar la inauguración de la factoría de DuPont en Asturias. Creed solo tiene palabras de cariño hacia aquella actuación. “La Fundación Príncipe de Asturias es una organización excelente, con un equipo muy comprometido, y que está haciendo un trabajo excelente”, señala, “el coro mostró un enorme entusiasmo, disfruté mucho en un ambientel cultural diferente”.
