La Universidad de Oviedo recibió ayer con “alivio” la aprobación en Consejo de Ministros de una enmienda a la reforma laboral que incluye un contrato indefinido asociado a proyectos para investigadores. El real decreto, muy parecido al que se redactó para el sector cultural, resuelve el problema de contratación de científicos que había generado la nueva ley al suprimir los convenios de obra y servicio, muy extendidos en los laboratorios. El texto dejaba al talento joven en una especie de limbo hasta que se aprobase la nueva ley de Ciencia, en fase de tramitación parlamentaria. La única solución que contemplaba el Gobierno era una prórroga de los de obra y servicio, pudiendo lanzar contratos de solo seis meses –hasta ahora eran de uno o dos años– y siempre y cuando se firmasen antes del 30 de marzo. La institución académica asturiana tramitó algo más de un centenar de estos convenios.
Lo que ha hecho ahora el Ejecutivo de Pedro Sánchez es corregir por segunda vez su propia reforma laboral. La primera fue para incluir un contrato específico para el sector cultural, también afectado por la eliminación del de obra y servicio. En concreto, el nuevo convenio indefinido para investigadores no estará sujeto a la oferta pública de empleo ni a las tasas de reposición, y tampoco requerirá una autorización previa si su financiación es externa o procede de una convocatoria en concurrencia competitiva. En el caso de que esa financiación continuase, los contratos podrán además ser prorrogados sin necesidad de realizar uno nuevo. El objetivo, destaca el Gobierno, es “acabar con la precariedad y la temporalidad”.
Las cifras
- 25.000 científicos afectados en toda España por la reforma laboral según el Rector asturiano y la CRUE. En la Universidad de Oviedo son unos 110, la mayoría jóvenes.
- 106 contratos por seis meses firmados en Asturias antes de abril La Universidad tramitó ese número acogiéndose a la prórroga del contrato de obra y servicio.
Después de todo parece que el Ministro de Universidad, Joan Subirats, escuchó y atendió las reclamaciones que le hicieron hace dos semanas en Toledo los rectores del G9, entre los que está el asturiano Ignacio Villaverde. “Es un alivio. En la reunión del G9, una de las primeras cosas que le trasladamos al Ministro fue la preocupación por la descoordinación de la reforma del estatuto de los trabajadores y la ley de Ciencia. Un problema que afectaba a 25.000 técnicos e investigadores de toda España y les dejaba en una situación crítica”, expresó ayer el Rector de la Universidad de Oviedo en una visita a la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón.
Los jóvenes científicos de la región alertaron en LA NUEVA ESPAÑA del riesgo de fuga que existía en los laboratorios. “Pasamos de tener contratos de 2 años a solo 6 meses; el futuro es incierto. Quedarnos en el paro no es una opción, si no nos contratan en la universidad, nos iremos a la empresa”, protestaron.
La solución llega ahora. “Solo pedíamos lo mismo que se ofreció al sector cultural: que se estableciera un régimen específico, con un decreto ley, para la contratación laboral en la ciencia”, señaló Ignacio Villaverde. Así que “nos da alivio”, añadió, la enmienda a la reforma aprobada ayer, que además viene a mejorar lo que había antes de la polémica. Hasta ahora, señaló, “la contratación de personal con cargo a proyectos de investigación se resolvía con contratos por obra y servicio que no ofrecían garantías laborales dignas para los implicados”. Mientras que “los contratos que se darán ahora, así lo creemos, serán por tiempo indeterminado y dan garantías a los grupos de investigación y a los trabajadores”, comentó el Rector, quien precisó que en la Universidad asturiana hay unos 110 científicos afectados. En concreto, se tramitaron “106 contratos” de seis meses, que, una vez finalizados, “se transformarán” en la nueva fórmula de indefinidos que aprobó ayer el Consejo de Ministros.
El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad del Principado, Borja Sánchez, que también estuvo en la visita al campus gijonés de Viesques, compartió la satisfacción del máximo responsable académico. “Es un paso muy bueno porque era una reivindicación importante, para darle dignidad y derechos laborales al personal investigador y al técnico. Es lo que se pedía. Justamente, la posibilidad de hacer contratos indefinidos en muchos grupos de investigación que son capaces de lograr financiación competitiva. Estoy seguro de que va a redundar y lo veremos con los años, en el aumento de la calidad de la propia investigación”, manifestó.
