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La Universidad relaciona a dos profesores con la campaña de desprestigio sufrida por López Otín

La institución propone, tras una investigación, abrir expediente a Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli, denunciados en 2021 por el prestigioso científico

Carlos López Otín, en una ilustración, entre Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli

La Universidad de Oviedo ha propuesto abrir un expediente disciplinario a dos profesores que han sido investigados en relación con la campaña de descrédito profesional contra el catedrático de Biología Molecular Carlos López Otín, el científico más destacado de la historia de la institución académica asturiana.

Los docentes a los que se propone sancionar son Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli Ciotti. La propuesta del instructor de la investigación se dirige a la Comisión de Disciplina de la Universidad, que ahora deberá determinar si las acciones de ambos profesores constituyen una infracción grave o leve o deben acarrear otra medida disciplinaria.

Sánchez Lazo es también catedrático de Biología Molecular, fue vicerrector en dos ocasiones y optó al cargo de rector de la Universidad de Oviedo en 2016. En el momento actual ya está jubilado y es profesor emérito. Entre tanto, Novelli Ciotti es contratado doctor y profesor de Psicobiología.

Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli fueron denunciados en mayo de 2021 por el profesor López Otín. Les consideraba vinculados a una campaña de acoso personal y profesional iniciada a finales de 2017 que traspasó los muros de la Universidad y se propagó a través de internet, sobre todo mediante un bloguero extranjero cuyas diatribas y sátiras desbordaron, con mucho, el ámbito científico.

Ilustración de Carlos López Otín. Pablo Álvarez

La cascada de acusaciones y vituperios provocó un grave deterioro de la salud mental de Otín, hasta el punto de inducirle a quitarse la vida. Estos hechos han alcanzado una enorme trascendencia pública, sobre todo después de que el propio científico los relatase de primera mano en un exitoso libro titulado “La vida en cuatro letras”. Esta obra la escribió en 28 días y 28 noches, en Mallorca, en un estado que él mismo ha descrito como de profunda depresión.

En diciembre de 2018 y enero de 2019, dos revistas científicas obligaron a Otín y a su equipo a retractarse de varios artículos publicados en ellas. Además de las críticas y acusaciones de fraude vertidas sobre su trabajo, para el investigador de origen oscense había resultado devastadora, desde los puntos de vista psíquico y científico, una misteriosa infección de todos los ratones de investigación del bioterio de la Universidad (unos 6.000 ejemplares), acaecida en mayo de 2018. Finalmente, los roedores tuvieron que ser sacrificados. La mayor parte de los mismos pertenecían al grupo de Otín, artífice de hallazgos de gran envergadura en los que los murinos eran una pieza clave.

–Comprendí que nos habíamos quedado sin futuro a corto plazo, tanto yo como mis estudiantes cuyos proyectos dependían de estos animales. Pensaba que tenía la mente más fuerte del mundo; sin embargo, un día de principios de junio, esa mente tan fuerte se quebró en mil pedazos –declaró Carlos López Otín a LA NUEVA ESPAÑA en enero de 2019.

Más tarde, en septiembre de ese mismo año, la revista “Nature” le retiró el “Premio mitad de carrera” que le había concedido en 2017: uno de sus “Nature Award for Mentoring in Science”.

En abril de 2019, este periódico entrevistó a Otín con motivo de la aparición de su libro:

–¿En qué medida han alimentado esa campaña personas geográficamente cercanas a usted?

–En toda. El inicio de la campaña, al cien por ciento.

–¿Se anima a dar nombres?

–No.

Pedro Sánchez Lazo. | LNE

Como ya se ha indicado, en mayo de 2021 López Otín presentó una denuncia formal contra los profesores Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli. La Comisión de Disciplina de la Universidad acordó la apertura de expediente informativo. En el proceso de investigación de la misma prestaron declaración un total de 16 personas, y lo hicieron entre noviembre y diciembre de 2021. Los hechos que la Universidad tiene la potestad de investigar, incluso los muy graves, prescriben a los tres años de su comisión.

Los actos que figuran en el expediente no serán trasladados al ámbito judicial. El motivo es que no son constitutivos de delito y, por lo tanto, tampoco son perseguibles por la vía penal. Por parte de Sánchez Lazo, se le reprocha el haber citado en su despacho a una trabajadora subalterna que había sido propuesta por Otín para declarar como testigo y con la que mantuvo una conversación a la que se atribuyen tintes intimidatorios.

Por parte de Novelli, el hecho que deberá juzgar la Comisión de Disciplina es un correo electrónico enviado a un amplio grupo de profesores en mayo de 2021, en el que emite una serie de consideraciones sobre el trabajo de López Otín que el instructor considera muy lesivas para el investigador. Algunos integrantes del grupo reprocharon a Novelli sus palabras en aquellos mismos días.

Una de las personas que declaró a instancias de Otín fue Xosé Antón Suárez Puente, quien precisamente a finales de 2017 –coincidiendo con el inicio del proceso investigado– obtuvo una cátedra de Bioquímica y Biología Molecular, a la que también optaba la profesora titular María Teresa Fernández Sánchez, esposa de Novelli. Posteriormente, en octubre de 2019, María Teresa Fernández Sánchez también accedió a una cátedra.

La Universidad no ha querido hacer público el texto de la resolución. Sin embargo, este periódico ha podido saber que el instructor de la investigación interna especifica en el mismo que no ha podido detectar indicios de que Novelli y Sánchez Lazo hayan participado ni en la campaña de ciberacoso de Carlos López Otín ni en la infección de los ratones del animalario de la Universidad.

La indagación se inició tras el acceso del profesor Ignacio Villaverde al rectorado de la institución académica, en febrero del año pasado. En algunos ambientes universitarios se considera que el anterior equipo rectoral, capitaneado por Santiago García Granda, fue poco diligente a la hora de tratar de esclarecer lo sucedido con Otín.

Antonello Novelli

A este respecto, hay que especificar que el Comité de Ética en la Investigación de la Universidad de Oviedo se ha pronunciado por dos veces sobre los cuestionamientos a las investigaciones de Otín y en ambas ha descartado la existencia de irregularidades relevantes o falsificaciones.

Asimismo, medio centenar de científicos de primer nivel de toda España –y algunos extranjeros– apoyaron la idea de introducir correcciones sin necesidad de retirar los trabajos que se le habían impugnado. Alegaron también que “los errores detectados no afectan a ningún resultado esencial” y reclamaron que la obra de Otín fuera juzgada en su contexto total de más de 400 artículos, buena parte de ellos publicados en revistas de alto impacto.

Entre tanto, la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España concluyó que en los trabajos retirados “hay alteraciones en la presentación de las figuras, concretamente duplicaciones de paneles o carreras de electroforesis, lo que no constituye una práctica científica adecuada y debería haberse evitado”. Sin embargo, la institución añadió que esto no significaba, “en ningún caso, un intento de modificar las conclusiones científicas de los artículos”, motivo por el cual los “problemas” detectados “deberían haberse resuelto solicitando una corrección a los autores, que se habría publicado en las correspondientes revistas”. A esta conclusión se adhirió la Real Academia Nacional de Medicina de España.

Recientemente, dos científicos que a su vez ejercen como divulgadores, Francisco R. Villatoro y Alfredo Caro Maldonado, expresaron de manera pública sus disculpas a Carlos López Otín por las críticas que le dedicaron en 2019.

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