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Una comisión de ocho miembros decidirá si hay sanciones por el “caso Otín”, mientras los señalados replican que “no hay pruebas”

Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli consideran “secundarios y dentro de los límites de la libertad de opinión” los hechos por los que el instructor propone abrirles expediente disciplinario | La Universidad desvincula a ambos docentes del acoso denunciado por el prestigioso científico y de la infección del bioterio

Carlos López-Otín, en su despacho. En el recuadro, Última de las veinte páginas de la resolución del instructor de la investigación. LUISMA MURIAS

La Comisión de Disciplina de la Universidad de Oviedo decidirá en un plazo de dos o tres semanas si abre un expediente disciplinario a los profesores Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli Ciotti en relación con la campaña de descrédito profesional sufrida por el catedrático de Biología Molecular Carlos López Otín, el científico más destacado de la historia de la institución académica asturiana. La citada comisión está presidida por el vicerrector de Políticas de Profesorado, Pedro Alonso Velázquez, e integrada además por una secretaria y seis miembros. Ellos serán los responsables de analizar la propuesta elevada por el instructor de la investigación llevada a cabo tras la denuncia presentada en mayo de 2021 por el propio Otín contra los dos profesores por acoso personal y profesional. Ante la propuesta del instructor del expediente informativo, la Comisión de Disciplina de la Universidad deberá determinar si las acciones de ambos profesores constituyen una infracción grave o leve o deben acarrear otra medida disciplinaria.

Tras la noticia de que la Universidad propone que se les abran sendos procedimientos disciplinarios, publicada por LA NUEVA ESPAÑA, Novelli y Sánchez Lazo declararon que el expediente informativo “ha sido archivado por falta de pruebas”. Cierto es que en su resolución, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico, el instructor admite que “no ha podido detectar indicio alguno de que los profesores objeto de este expediente informativo hayan tomado parte activa ni en la campaña mediática de ciberacoso ni en la infección de los animales conservados en el bioterio”, origen de la “grave depresión” que sufrió el catedrático de Biología Molecular entre 2018 y 2020. 

No obstante y como consecuencia de la indagación, la Universidad ha propuesto la apertura de dos expedientes disciplinarios a los dos acusados con el fin de determinar si constituyen una infracción o no. El Rectorado de Ignacio Villaverde rechazó ayer hacer declaraciones al respecto “por una cuestión de protección de datos” y se limitó a señalar que “se trata de un procedimiento interno, reservado y confidencial, que afecta a personal de la Universidad de Oviedo, y que aún no ha concluido” (por los dos expedientes disciplinarios propuestos). 

Última de las veinte páginas de la resolución del instructor de la investigación sobre el “caso Otín”. Universidad de Oviedo

En el caso de Pedro Sánchez Lazo, catedrático de Biología Molecular y, en la actualidad, profesor emérito, se le reprocha haber citado en su despacho a una trabajadora subalterna que había sido propuesta por Otín como testigo y con la que mantuvo una conversación de “naturaleza intimidatoria”, según calificó ella. Sobre ello, el que fuera candidato a Rector en las elecciones de 2016, que niega por supuesto los tintes de coacción de la charla, asegura que esta denuncia es “completamente secundaria” al caso Otín y “no tiene mucho más alcance”. “El expediente que se abrió por la denuncia de Otín está archivado por falta de pruebas”, subraya.

Con respecto al profesor de Psicobiología Antonello Novelli, el hecho que deberá juzgar la Comisión de Disciplina es un correo electrónico que envió en mayo de 2021 a 33 personas -entre ellas al actual rector, Ignacio Villaverde- titulado “La Gran Historia”. En él emite una serie de consideración sobre el trabajo de López Otín que el instructor considera muy lesivas para el investigador y constitutivos de una “infracción grave”. Este email tiene como antecedente que Otín y su equipo se vieron obligados en diciembre de 2018 y enero de 2019 a retractarse de ocho artículos publicados en las revistas científicas “Journal of Biological Chemistry” y “Nature Cell Biology” por errores en las imágenes. Según recoge el expediente, Novelli escribió en aquel correo, que fue condenado de inmediato por algunos de sus receptores, frases del estilo: Otín “ha sido investigado por fraude científico en muchas de sus publicaciones y como resultado le fueron retiradas al menos 9 publicaciones por parte de revistas científicas por falsificación de datos”; “es algo muy grave que desacredita profunda e irreversiblemente la trayectoria de cualquier científico”; Otín “no dudó en lanzar acusaciones muy graves sobre sus compañeros de trabajo intentando desviar la atención de su delito sobre otros”. El correo concluye diciendo: “Lo siento, lo conozco bien y ese hombre, seguramente muy inteligente, no me merece ningún respeto ni como profesional ni como persona”. 

“Mi relación con Otín siempre fue buena, hasta el incidente de las revistas, que no quise opinar ni a favor ni en contra”

PEDRO SÁNCHEZ LAZO - CATEDRÁTICO DE BIOLOGÍA MOLECULAR

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El profesor de Psicobiología aclara que el expediente disciplinario abierto por estos mensajes son “por una posible falta de respeto entre compañeros según lo que establece el artículo 101.2.13 del Convenio Colectivo de la Universidad de Oviedo”. “Tres abogados” -añade- “que han examinado independientemente la documentación relativa a mi expediente han concluido que mi actuación no es castigable, y está en los límites de la libertad de opinión”. Si aun así, acabase siendo condenado por la institución académica, anuncia, “recurriré a las vías legales pertinentes”.

Aunque los términos empleados por Novelli fueron “muy categóricos en cuanto se refiere a fraude científico”, el informe resultante de la investigación también descarta que esta situación sea constitutiva de acoso, “puesto que no se ha podido comprobar que este incidente pertenezca a un conjunto de ataques reiterados en el tiempo contra la víctima con la intensidad que una acusación de acoso requiere”. Es más, recoge el texto, “tampoco parece que el doctor Novelli haya estado en condiciones de ejercer sobre su víctima una extrema violencia psicológica, dada la distancia objetiva existente tanto en rango académico, como en el prestigio como investigador, y dado el hecho, también objetivo, del peso muy relativo que puede tener una opinión procedente de quien se dedica a otro campo de conocimiento”. 

Desde la red social Twitter, el presidente del Principado, Adrián Barbón publicó ayer: “Todo mi apoyo a Carlos López Otín, orgullo de Asturias. Lo apoyé, lo apoyo y lo apoyaré siempre, pues su compromiso como investigador y docente, su entrega a su vocación, su trabajo para buscar soluciones a problemas de nuestras vidas es digno de todo mi reconocimiento”. 

En declaraciones a este periódico, el catedrático Pedro Sánchez Lazo confiesa haber vivido el proceso “con sorpresa”. “Mi relación con Carlos López Otín siempre fue buena, de cordialidad, hasta que tuvo lugar el incidente de las revistas. Yo no manifesté mi opinión ni a favor ni en contra y, a partir de ahí, se enfrió la relación”, comenta Lazo, que no obstante cree que el prestigioso científico “cometió algunos errores desde el punto de vista investigador”. En 2020, según describe, “hubo un movimiento en el departamento en contra de que fuese profesor emérito”, pero la Universidad le acabó concediendo ese título. 

”Tres abogados han examinado la documentación y han concluido que mi actuación no es castigable; si me sancionan, recurriré”

ANTONELLO NOVELLI CIOTTI - PROFESOR TITULAR DE PSICOBIOLOGÍA

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El expediente del caso deja claro en uno de sus apartados que la infección vírica que tuvo lugar en mayo de 2018 en el bioterio de la Universidad de Oviedo, por la que hubo que sacrificar a un gran número de ratones, claves para las investigaciones de Otín, no fue intencionada. “No se ha podido determinar ni siquiera indiciariamente que la infección sea consecuencia de cualquier conducta humana consciente ni mucho menos que pudiera estar en el origen de la infección la actuación de cualquiera de los profesores interesados en este procedimiento”. 

De la investigación también se concluye que la mayoría de los hechos denunciados por Otín y su entorno podrían tipificarse como leves y casi todos ya están prescritos. Algunos se remontan a 1996 y, como puntualiza el instructor, “incluso las infracciones más graves vencen a los tres años desde su comisión o desde el cese de su comisión”. En cualquier caso, no se ha probado “una reiteración de los actos”, que es un requisito imprescindible para considerar que hubo o hay acoso. 

Dejando a un lado el polémico correo contra el catedrático de Biología Molecular, el resto de quejas sobre Antonello Novelli se centran en el trato que dirigió a diferentes comisiones de selección de plazas. Entre ellas, una a la que aspiraba su esposa María Teresa Fernández. En esta en concreto supuestamente empujó a la mujer de López Otín, con la que tuvo, según testificó ella, otro desencuentro: cruzarse en los pasillos en plena pandemia con Novelli, advertirle que tenía que ponerse la mascarilla y él reaccionó acercándose a la cara y sonriendo. Esto podría ser, según el instructor, una infracción leve, pero ya habría prescrito. 

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