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Raphael | Cantante, abre su gira nacional en Avilés el próximo 28 de mayo

Entrevista a Raphael: “Mi música ni pasa de moda ni cansa al público; a los conciertos vienen pandillas enteras de chicos”

“El siguiente disco sale en noviembre; Pablo López lo está produciendo y dejándolo maravilloso: tenemos una fuerza de choque”

Raphael en una imagen promocional.

El astro andaluz Raphael (Linares, Jaén, 1943) inicia en Avilés el próximo 28 de mayo su nueva gira española: la de sus primeras seis décadas sobre la escena (la llama “Pa’lante”). Esta cita –la más importante del calendario cultural del año en Avilés– es en el pabellón de La Magdalena (20.15 horas), que ya es la sala de conciertos más importante del Principado. El cantante atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

–Lo primero que quería preguntarle es por su salud. ¿Está usted bien?

–Muy bien, gracias.

–¿Le pasó ya el covid?

–Fue cortito, afortunadamente. Como ya estamos vacunados, entre otras cosas, lo que viví fue una especie de resfriado.

–Quería hablar con usted...

–A mí no me hables de usted, por favor.

–Vale: de tú. Vienes a Avilés el 28 de mayo después de recorrer República Dominicana, Costa Rica, Colombia...

–Lo habitual, lo habitual de todos los años.

–¿Todos los públicos son su público, perdón, tu público?

–En América tengo tanto público como puedo tener en España, ten en cuenta de que yo trabajo allí desde que yo tenía 17 o 18 años. Y vuelvo todos los años.

–Y te tiras tiempo. Y, encima, vendiéndolo todo.

–Sí. Acabo de llegar de otra gira, me marcho la semana que viene y termino para irme por tu tierra, por Avilés, que es donde comienza la gira española, la de este verano. Es una gira que se presenta bárbara con canciones de siempre, pero también con canciones nuevas. Bueno, espero que a la gente le guste.

–Seguro que sí.

–Lo veremos, sí.

–Una duda que siempre he tenido. ¿Cómo te lo montas para descartar éxitos de tu lista del concierto?

–Lo paso fatal en el sentido de que tengo un repertorio tan grande, tan grande, y, además, tan importante... Porque si hubieran sido canciones que hubieran pasado, no ya de moda, si no que la gente se hubiera cansado de ellas, pero no. Entonces me tengo que hacer a la idea de que aparte de cantar las canciones que el público quiere que yo cante, también tengo que presentar las cosas nuevas. O las no tan nuevas, porque se quedaron relegadas y para que el público las recuerde, para que en realidad, no salgan diciendo que siempre canto lo mismo.

–Pero eso nunca va a poder ser con no sé cuántos discos que tienes.

–Y ahora ya se me viene encima otro disco que ya sale en noviembre y yo, siguiendo mi costumbre, siempre dos o tres meses antes, ya lo estoy cantando en público.

–Uno de tus primeros éxitos fue “Yo soy aquel”. Luego vino “Yo sigo siendo aquel”. ¿Nunca dejará de serlo?

–(Risas). Me temo que no. Es un sello que el público me puso en su día y va a ser difícil que me lo pueda quitar.

–Tampoco se quita las dos horas y pico de cada concierto.

–Trato siempre de que a las dos horas y media la gente ya esté supersatisfecha y decidan que es hora de marcharse, pero no creas que está todo el mundo de acuerdo con ello y quiere más. Llega el momento grande de la noche de qué hago, qué hago... Lo que mande el público siempre está bien.

–¿Quién tiene más fuerza?

–El público y yo con la mirada llegamos a un entendimiento de que la cosa se tiene que acabar.

–Lo has dicho muchas veces: has conseguido que abuelos, padres e hijos acudan a tus conciertos.

–Familias enteras, de verdad, familias enteras. Y aparte, un montón de gente de una edad... Y otros, jovencísimos. Vienen a verme pandillas de chicos jóvenes, de chicas. Esto es lo más valioso que yo tengo porque es una cosa que he hecho sin darme cuenta, ni tampoco el público, al menos hasta que se han encontrado allí.

–Me decían gente de 19 años que Raphael era flipante.

–Sí, sí...Tengo mucho público de esas edades, pandillas enteras... es que las canciones mías, francamente, son muy buenas. Aparte de que porque las cante yo, porque lo son de hecho y mira que no son mías.

–Pero su poderío está en hacer tuyas temas como “Lucha de gigantes”...

–“Lucha de gigantes” la he cantado y está en este disco del sesenta aniversario...

–Lo que quería decir que no todos los cantantes son capaces de ir de Manuel Alejandro a Antonio Vega.

–En definitiva, son músicos los dos. Lo que tengo que hacer es cantar como siento la música de cada uno de los dos y de cualquiera que sea bueno. Tengo una facilidad tremenda de adaptarme: me he atrevido a hacer sinfónico, que es lo más importante que he hecho, y la gente lo ha flipado, la gente se pone de pie desde el principio y esto es una cosa que, dicho así, puede parecer muy difícil. Pues no. Ha sido muy fácil. La música buena es la música buena la pongas donde la pongas. Siempre he tenido la costumbre de cantar música muy buena y con letras muy buenas.

–Desde que eras niño, ¿no?

–Exactamente.

–El primer concierto en el extranjero, ¿qué fue? ¿aquel de Salzburgo donde te premiaron?

–Eso no fue un concierto mío: yo era el solista del coro que participó en aquel concurso, en Salzburgo, en Austria. No nos llevamos el premio al grupo, se lo llevó orfeón, pero a la mejor voz solista me lo dieron a mí. Con nueve años, fíjate. Ya apuntaba maneras.

–Una de las canciones del disco que trae a Avilés es el “Resistiré” del “Dúo Dinámico”.

–Se lo debía a mi mujer.

–¿Ah, sí?

–Desde hace muchos tiempo, desde que se estrenó aquella canción. Mi mujer me dijo: “¿Te puedo pedir una cosa?”. “Sí, mujer”. “¿Por qué no cantas esa canción de ‘Resistiré’?” “Porque ya la cantan otros y ya ves que la cantan muy bien”. E insistió. Y ahí está. Han pasado muchos años y mira por dónde, la pandemia fue el motivo para cumplir el deseo de mi mujer.

–¿Qué cantabas en la pandemia cuando estabas encerrado en casa?

–Cuando estaba encerrado en casa, en mi estudio, grabé tres discos.

–¿No paraste?

–No puedo soportar estar sin hacer nada.

–Y sacaste tres discos.

–No, no. Hasta ahora salieron dos. No, uno. El siguiente sale en noviembre. Pablo López lo está produciendo y dejándolo maravilloso. Ahí tenemos, con él, una fuerza de choque que va a ser muy comentada, muy del gusto de la gente.

–¿Qué te sedujo de Pablo López?

–Lo escogí hace siete años. A mi vuelta de un viaje a América estaba en casa, me senté a ver la televisión. Me llamó mucho la atención su forma de hacer, que no se parece a nadie, como me pasa a mí: no me parezco a nadie, sí hay gente que se parece a mí, pero yo a nadie. Dije: “Este me tiene que hacer un disco”. Y a los siete años, Pablo me está haciendo un disco.

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