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Inmigración

Buba, el refugiado que enseña a soñar a otros refugiados

Un joven camerunés colabora con Cruz Roja impartiendo un taller que se llama 'El soñador' con el que motiva a otras personas en su misma situación

Buba llegó a España hace seis años y aún no tiene el permiso definitivo de residencia.

Se llama Guy Serge Tchamba, pero todo el mundo lo conoce en Córdoba como Buba, que significa hombre fuerte. Llegó a España desde Camerún hace 6 años huyendo del régimen político dictatorial de su país, tras un largo y duro periplo que culminó el 22 de febrero del 2017 cuando pudo saltar la valla en Ceuta. De ahí, lo llevaron a Madrid y luego a Puente Genil y a Córdoba. Estudiante de Biología Animal, lleva más de cinco años esperando la resolución definitiva de refugiado, pero eso no le ha frenado para estudiar, trabajar y formarse hasta convertirse en un referente para otros que están en la misma situación que él. "Trabajo en Bidafarma como mozo de almacén, con contrato fijo, y soy portero en la discoteca Long Rock los fines de semana", explica, al tiempo que agradece efusivamente las oportunidades laborales que se le han ofrecido desde que llegó y el apoyo de las organizaciones sociales.

De talante tranquilo, positivo y negociador, colabora como voluntario en Cruz Roja, donde imparte un taller que lleva el nombre de El Soñador. "El objetivo del taller es motivar a los refugiados y quitar los prejuicios que existen en muchos de ellos y que les limitan a la hora de integrarse en la sociedad", comenta, "es necesario que sean conscientes de que para conseguir las cosas hay que esforzarse mucho y que no solo se pueden reclamar derechos sino responder a las obligaciones que exige vivir en sociedad". Para él, "cuando te aceptas, todo fluye porque es más fácil aceptar al otro si te aceptas a ti mismo".

En sus charlas, Buba explica a otros jóvenes de distintas procedencias que "si tú no actúas para solucionar tus problemas, nadie te los va a solucionar". Les enseña que para lograr la integración "hay que convivir con la gente, pasar tiempo no solo con los del mismo país de origen sino con personas de otras procedencias con las que hay que intentar encajar y empatizar si lo que quieres es sentirte como en casa sin perder tu personalidad, estando orgullosos de lo que somos". Francoparlante, ha aprendido a hablar español a velocidad récord y se expresa con gran claridad. "Tenemos que formarnos y ser un espejo para quienes vengan después, no transmitir información tóxica sino colaborar y aprender a manejar nuestra propia vida", asevera.

Buba asegura que muchos inmigrantes llegan a España con información falsa o con una experiencia negativa que les condiciona después. "Eso es un error", recalca, "donde yo fallo, otro puede tener éxito". Este joven camerunés tiene claro que los refugiados que vienen desde África tienen como sueño llegar a España o a Europa y en ello realizan un gran esfuerzo físico. "Pero una vez aquí, hay que renovar ese sueño, tener una esperanza y llevar a cabo acciones concretas para conseguirlo" porque, en su opinión, "un sueño sin acción te consuela pero no te lleva a ninguna parte". De ahí que su taller pretenda "enseñar a soñar a otros refugiados". Para él , "el esfuerzo es la clave" y por eso Buba ni se rinde ni se desanima, por más que pueda caer. Él también tiene un sueño. O varios. Quiere ser farmacéutico y aunque los estudios que cursó en su país no son homologables, se está preparando para obtener el título de la ESO y Bachiller y continuar lo más lejos posible. Además, de eso quiere "crear una cooperativa en Camerún para garantizar el acceso de la población a los medicamentos y evitar que mucha gente muera por cosas que se pueden tratar sin mucho coste", asegura. Ilusión y ganas no le faltan.

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