María Luisa García (1919-2019) vivió cien años y enseñó a cocinar a muchos miles de asturianos. Con un magisterio, con unos ingredientes y, sobre todo, con unas recetas que, de tan universales, nada impide que no sean eternas.
Esa tesis y la de que quizás empieza a haber nuevas familias jóvenes que no tengan en sus cocinas los libros de María Luisa, están detrás del lanzamiento que va a hacer Delallama Editorial. Este viernes estará en las librerías de Asturias una reedición de “El arte de cocinar (1.ª Parte), con sus tapas duras rojas, su foto-bodegón y sus cientos de recetas sin modificar. Con las mismas anotaciones a pie de página que, en cursiva, la propia autora puso en sus capítulos, recalcando ideas tan básicas como necesarias. Dice uno de esos apuntes: “para conseguir un buen caldo debe ponerse la carne en agua fría, pues poniéndola en agua caliente la carne se cuece de repente y esta no suelta el jugo necesario”.
“Era una mujer muy hábil para todo, también para los libros”, dice su sobrino
A la primera parte de “El arte de cocinar” –el más vendido de todos los libros de la autora mierense, que supera las 30 ediciones y tiene más de 530.000 ejemplares vendidos desde su primera salida al mercado– le va a seguir a fin de año la publicación de la segunda parte, la de tapa azul.
“Pocos libros, de cualquier género, permanecen en la memoria colectiva, superan los límites de la novedad editorial y tienen una influencia tangible en nuestra vida cotidiana”, dicen desde Delallama editorial, satisfechos de haber llegado a un acuerdo con la familia de María Luisa para reeditar una obra que, durante décadas no estuvo en manos de ninguna editorial, sino de la propia autora. Lo que complicó, de hecho, la reedición, ya que “no había ni planchas del libro”.
“María Luisa, que era una mujer muy hábil para todo, llegó al mundo editorial como paso siguiente a las clases de cocina que impartía. Fueron sus alumnas las que le insistieron en que tenía que darles las recetas, y a ella se le debió de encender la bombilla”, explica su sobrino, Ignacio Alonso, que calcula que fue en el año 1969 cuando su tía se puso a escribir el primer tomo, “y ella misma se sorprendió del éxito que tuvo”. Lo que la llevó a que enseguida ya estaba escribiendo otros. “Era ella la que hacía reediciones y reimpresiones que se vendían muchísimo”, desvela el sobrino, porque es el suyo un tipo de libro de cocina “cuya gran virtud aún está vigente y es que tiene recetas que son muy realizables, con explicaciones sencillas y utilizando productos del mercado, ingredientes de casa”. Es esta primera obra, la de tapa roja, “la más sencilla y la que más se vendió”, según Alonso, y sería la segunda parte –la que saldrá a final de año– “la que incorpora más documentación y la que tiene más recorrido” para cocineros menos inexpertos.
Ana Roza, de la editorial Delallama, con sede en Ribadesella, muestra su ilusión por la llegada a las librerías de Asturias –también a las de toda España– de un libro que es el esencial vademécum de una guisandera que enseñó a generaciones a cocinar con pasión y sencillez. “Nos parecía que hay una generación que tiene el libro porque lo regalaron muchas madres a los hijos e hijas que se emancipaban, y otra que puede tenerlo heredado, y ahora quizás hay otra que está queriendo tenerlo”.
