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Luis Vázquez del Fresno: “Asturias está como nunca en composición y en calidad musical”

Heredero de una larga estirpe de artistas, el compositor gijonés aplaca una obsesión vital con la autoría de “La dama del alba”, el gran estreno de la próxima temporada de la Ópera de Oviedo en septiembre

El compositor Luis Vázquez del Fresno junto a un cartel de “La dama del alba”, en la calle Marqués de Santa Cruz de Oviedo. | Luisma Murias

“A los 10 años oí hablar por primera vez de Alejandro Casona y de ‘La dama del alba’ a mis hermanos; 20 años después volvió a mí a través de Juan José Plans, que publicó una entrevista con el propio Casona que me sirvió de recordatorio”. Ese fue el comienzo de una obsesión que el pianista y compositor Luis Vázquez del Fresno (Gijón, 1948) ha mantenido durante toda su vida, en lo musical y hasta en lo personal. Su hija pequeña se llama Alba –y no es casual– y el próximo 11 de septiembre, en el teatro Campoamor de Oviedo, verá la luz su última criatura musical: una versión operística de la novela de Casona. La ópera “La dama del alba” es la obra de su vida, le ha dedicado los últimos 25 años y sigue trabajando a contrarreloj para tener listas, a más tardar en un mes, las partituras y todo el material que los músicos necesitan estudiar antes del comienzo de los ensayos, a mediados de agosto.

Luis Vázquez del Fresno es uno de los grandes compositores asturianos contemporáneos y forma parte de una familia en la que abundan los artistas. Su bisabuelo Ramón del Fresno Cueli abrió uno de los primeros estudios de fotografía que tuvo Oviedo, es sobrino nieto del pianista Saturnino del Fresno y el compositor Baldomero Fernández. Nació y residió en Gijón hasta los 16 años, hasta que con una beca y los ahorros de sus padres se mudó a una pensión en Madrid para estudiar en el Conservatorio Superior. En el 69, con otra beca, siguió su formación en París. Regresó para hacer el servicio militar y en 1971 estrenó su primera obra en Oviedo y en Gijón, “Fantasía postclásica”, con la Orquesta Sinfónica del Principado.

Vázquez del Fresno es un compositor de largo recorrido y con la visión que le dan los años contempla el panorama musical de la región. “Asturias está como nunca en número de compositores y en la calidad musical de lo que hacen”, afirma. Opina que el talento abunda en todas las generaciones: “Hay compositores jóvenes que vienen pegando fuerte, otros de una edad media que hacen una música muy buena y otros, como yo, ya mayores que seguimos luchando”. El compositor agradece las palabras de reconocimiento y apoyo al talento asturiano que el director artístico de la Ópera de Oviedo, Celestino Varela, pronunció en la presentación de la próxima temporada. “‘La dama del alba’ ha hipotecado mi labor creativa en otros campos”, admite Vázquez del Fresno, pero no se arrepiente de ello. En absoluto.

En el otoño de 1996 cogió una remesa de papel pautado y se sentó a escribir la música. Fue avanzando poco a poco y compaginó su composición con la de otras obras: un concierto para piano y orquesta, otro para guitarra, un par de ciclos de canción asturiana. En su determinación de sacar adelante lo que empezó siendo una vaga posibilidad resultó decisivo el ánimo que recibió del polifacético Plans. El periodista gijonés, que fue uno de los promotores de la Semana Negra de Gijón y que dirigió el Festival Internacional de Cine de la ciudad, había escrito una biografía de Alejandro Casona.

En su etapa como director de Comunicación de Cajastur, él y Vázquez del Fresno coincidieron en unas jornadas organizadas por esa institución sobre el escritor, fallecido en 1965. “Plans me propuso escribir algo y compuse dos fragmentos para piano y voz, sobre los personajes de Telva y la Peregrina. A los pocos años ya me tomé en serio lo de escribir una ópera con toda la historia”, recuerda Vázquez del Fresno. “Hablé con dramaturgos, con gente del teatro, sobre la posibilidad de hacer el libreto. Casona utiliza una prosa muy poética, con un vocabulario espléndido, y yo quería mantener eso. Al final, decidí hacer yo mismo el libreto, con las técnicas del corta y pega y la recensión, y después de toda esa labor de resumen, me quedé con la esencia y la prosa poética del libro de Casona”, cuenta.

En su empeñó de sacar adelante ese proyecto quijotesco, Luis Vázquez del Fresno ha tenido un cómplice. Su amigo Ramón Fernández-Mijares, abogado y melómano, le acompaña en su aventura operística desde 1997. El compositor instaló su viejo piano de cola en su casa y a ella acudía a diario a trabajar en su ópera, sin distracciones. “Ramón tenía contactos que para mí eran inaccesibles”, añade Vázquez del Fresno, de modo que a la vez que la composición avanzaba también lo hacían, de la mano de su amigo, las gestiones para concretar su presentación.

En el año 2018, el por entonces director artístico de la Ópera de Oviedo, Javier Menéndez, se comprometió a estrenarla y cuando Celestino Varela le sucedió en el cargo ratificó su compromiso. “El compositor y el libretista son los autores de una ópera, pero llevarla a cabo depende de más personas, como cualquier otra cosa en la vida”, reconoce el autor.

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