“Hay que hacer algo muy grande con el legado de tu madre”. La frase que en el mismo tanatorio madrileño le dijo la exministra de Ciencia Cristina Garmendia a la hija de Margarita Salas, Lucía Viñuela Salas, fue la chispa que encendió un proyecto que ayer por la mañana, en una notaría de la capital de España, tomaba definitivamente forma oficial. Ese inspirador legado va a ser el motor de la Fundación Margarita Salas, recién constituida, que preside la hija de la científica asturiana y en cuyo patronato está presente el Gobierno de Asturias.

El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, viajó a Madrid para el registro notarial de constitución de la Fundación, en una cita donde coincidió con algunos de los discípulos más destacados de Salas y promotores del proyecto, como la propia Cristina Garmendia, el bioquímico Jesús Ávila o el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Luis Blanco, y donde también estuvo la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez.

Además del Principado de Asturias, en el patronato de la Fundación también están la Junta de Extremadura y la Comunidad de Madrid, así como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid. La Fundación se presentará próximamente en un acto oficial que se está preparando.

La Fundación Margarita Salas tiene como fines centrales la preservación del legado de la investigadora y eso incluye respetar uno de los objetivos que movió a la propia bioquímica: despertar las vocaciones científicas, especialmente entre las niñas y jóvenes de las etapas preuniversitarias y con especial incidencia en el área rural.

Su hija, en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA, ya anunció que están casi definidos los dos primeros programas vinculados a esas ideas motrices. El primero, enfocado a despertar vocaciones científicas en entornos rurales, se pondrá en marcha en colaboraciones con colegios de la España rural. Y se haría comenzando con cuatro comunidades autónomas –entre ellas Asturias– que guardan un significado especial en la vida personal y profesional de Margarita Salas. “Queremos llegar a todos los pueblos, porque ahí hay también muchísimo talento científico”, decía Lucía Viñuela.

El segundo proyecto ya diseñado tratará de instaurar el 30 de noviembre como el “día de Margarita Salas”. En colaboración con colegios, institutos, residencias de mayores, bibliotecas, etc., “queremos poner en marcha iniciativas adecuadas a cada franja de edad para que los chavales descubran quién fue Margarita Salas”, añadió su hija.

Una vez que se ha constituido la Fundación, la dirección pretende conseguir que empresas privadas se sumen a la misma.