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Los docentes, a favor de que se facilite la EBAU a los alumnos: “Acumulan lagunas por el covid”

“Ilusión” y “nervios” en las clases preparatorias de la prueba, que empieza el 8 de junio y repite el modelo de 2020 con más preguntas a escoger

Alumnos en la EBAU de 2020. | Irma Collín

Con “ilusión” por rematar una etapa pero con lógicos “nervios”. Así afrontan la EBAU los bachilleres asturianos que el pasado miércoles empezaron las clases preparatorias de la prueba de acceso a la Universidad. Por delante tienen dos semanas largas de entrenamiento para los exámenes que condicionarán su futuro, del 8 al 10 de junio (en convocatoria ordinaria). No hay apenas novedades, la Selectividad mantendrá el sistema fácil de la pandemia, teniendo los alumnos más preguntas entras las que escoger. Esa flexibilización es apoyada por la mayoría de profesores de 2º de Bachillerato. “Ayudarles un poquitín no está mal. Hemos notado que los jóvenes tienen lagunas formativas por culpa del covid. Vivieron el confinamiento en 4º de la ESO y muchos estuvieron con clases semipresenciales el curso pasado”, aseguran.

La flexibilización, “necesaria”.

De esta opinión es Liliana Díaz Gómez, profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES Escultor Juan de Villanueva de Pola de Siero, además de correctora en la EBAU. Cree que es “necesario” dar más opcionalidad al estudiantado en la prueba “por todo lo que vivieron con la pandemia”. “El curso les ha costado más de lo normal. Se nota que son alumnos que estuvieron en régimen de semipresencialidad (no todos) el año pasado. No veo negativo que se flexibilice el examen”, expresa en la misma línea Marta Fernández García, profesora de Geografía en el IES La Corredoria de Oviedo.

Si algo se les atraganta, pueden dejarlo.

Francisco Muñoz, docente de Biología en el IES Alfonso II de Oviedo, puntualiza que con el sistema actual “no son más fáciles las preguntas”: “Lo que cambia es la opcionalidad”. Pero lógicamente “eso les favorece porque si algo se les atraganta, pueden dejarlo”. Por ejemplo, dice Liliana Díaz, en el examen de Lengua “pueden decidir no estudiar nada de literatura o, al revés, nada de sintaxis”. Carmen González y Rosa Oviaño, profesoras de Matemáticas y Lenguas Castellana, respectivamente, del colegio Corazón de María de Gijón (Codema), señalan que “lo normal es que un alumno que termine el Bachillerato, luego supere la EBAU”. Así que no debería resultar llamativo las cifras de aprobados del año pasado: un 96,41% en junio. Además, “si todos suben” de nota, “no se generan desigualdades”, apunta Rosana Llanos, coordinadora pedagógica de Secundaria y Bachillerato en el colegio Montedeva de Gijón y profesora de Lengua Castellana.

Las notas de corte, muy altas.

No obstante, todo esto sí genera un problema: que las notas de corte están disparadas, como resalta Liliana Díaz. “Ahora el acceso a las carreras se ha puesto caro. Antes, por ejemplo, para entrar en Biología o Psicología entrabas con un 5 y ahora con esa nota a pocos grados accedes”, reflexiona Francisco Muñoz. A esto se suma, indica Marta Fernández, “el recorte de plazas en la pública y la proliferación de universidades privadas”, que aprovechan la oportunidad.

Lengua Castellana abre la EBAU de este año.

Los horarios de los exámenes ya están cerrados y el primero que abrirá la prueba será, como siempre, Lengua Castellana y Literatura a las 15.30 horas, que es obligatoria para todos los estudiantes. Tras ello llegará Historia de España, a las 18.00. Y al día siguiente, a las 9.00, comenzará el examen de Lengua Extranjera II. A partir de ahí se desarrollarán la materia de cada modalidad de Bachillerato y la fase de admisión u opcional.

Las faltas de puntuación también descuentan.

Hay novedades en el examen de Lengua. Rosana Llanos aplaude el aumento de puntuación en la pregunta de lectura: pasa de uno a dos puntos. “Desde que tenemos la EBAU, nunca había tenido dos puntos. Es una reclamación de años y una manera de reivindicar la lectura”, comenta la profesora del colegio Montedeva de Gijón. Asimismo, por primera vez se ha facilitado a los aspirantes las reglas de ortografía: hasta tres no se bajarán puntos, a partir de cuatro ya se descontará una décima por cada error o por cada dos tildes, y nunca se quitará más de un punto. Además, como novedad, las faltas de puntuación se contabilizarán.

A favor de una prueba más competencial.

El modelo fácil de la pandemia se aplicará también en 2023. Los cambios se esperan que lleguen en 2024, una vez culmine la revisión de la prueba que está haciendo el Ministerio de Educación de Pilar Alegría con una comisión de trabajo que va aparejada a la reforma educativa LOMLOE. El reto es hacer una EBAU más homogénea y práctica. “Hay que adaptarse a los nuevos currículos y a los nuevos tiempos. Hay que cambiar la metodología y formar a un alumno más autónomo, más práctico; no basarlo todo en la teoría”, defienden Carmen González y Rosa Oviaño, del Codema. Rosana Llanos dice estar “expectante” ante la futura prueba de acceso a la Universidad y puntualiza que “trabajar competencialmente bien es muy exigente, no es bajar el nivel ni prescindir de contenidos. Al revés: los contenidos están hiper presentes e hiper relacionados”.

Liliana Díaz sostiene que “debemos dejar atrás ciertos contenidos”, como en el caso de Lengua son los gramaticales. “A mí me apasiona la sintaxis, pero aquí se valora más que en otras comunidades y creo que debería darse más peso a la expresión escrita e, incluso, oral”. Cuando se le menciona una EBAU más competencial, Díaz contesta: “Es el camino, ya se hace así con las pruebas PISA”.

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