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Así se miman los Stradivarius reales: el sueño cumplido de un instrumentista ovetense

El Cuarteto Quiroga, con el ovetense Aitor Hevia, se encargó durante tres años de hacer sonar los instrumentos de más valor de Patrimonio Nacional, cuya llegada a España hace 250 años se celebra ahora

El Cuarteto Quiroga, con los Stradivarius de las Colecciones Reales; por la izquierda, Aitor Hevia, Cibrán Sierra, Joseph Puchades y Elena Poggio. | Cuarteto Quiroga

Patrimonio Nacional tiene, entre las muchas joyas bajo su custodia en las denominadas Colecciones Reales, cuatro instrumentos musicales de singularidad mundial. Se trata del Cuarteto Palatino o Cuarteto Decorado, que es como se conoce a un conjunto formado por dos violines (uno grande y uno chico), una viola y un violonchelo que son obra del luthier más reconocido de la historia, Antonio Stradivarius.

Stradivarius, según se cree, realizó los instrumentos –que tienen una detallista decoración– como conjunto unitario y pensando en un regalo para Carlos II, aunque finalmente se los ofrecieron como obsequio a Felipe V. Inicialmente había realizado otro conjunto con motivos decorativos para la familia Medici, que no se conserva unido, de ahí la singularidad de los que se custodian en España.

La calidad de esos cuatro instrumentos se puede apreciar en los conciertos que Patrimonio Nacional programa de cuando en cuando. Esta semana fue el último. Dicen los expertos que “los materiales utilizados y la exquisita factura le otorgan una sonoridad incomparable y una delicadeza tímbrica espectacular”, además de añadir que “sobresalen porque, a diferencia de otros conjuntos del mismo violero, este cuarteto ha permanecido unido y vinculado a la Corte española desde su adquisición –con la excepción de dos violas que fueron robadas, de las cuales una fue recuperada en 1950–”.

Un detalle de la decoración de uno de los instrumentos del Cuarteto Palatino. | © Patrimonio Nacional

Este año 2022 Patrimonio Nacional está celebrando que hace 250 años que ese cuarteto está en España. Y para ello ha programado una serie de conciertos especiales. El jueves fue una de esas grandes citas, en el Palacio Real y con el Cuarteto Brentano como protagonistas, haciendo sonar al conjunto de Stradivarius. En octubre será el siguiente.

“El día que fuimos a ensayar por primera vez nos sentíamos como un niño en víspera de Reyes”

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Y si hay alguien que pueda saber lo que se siente tocando esa joya de instrumentos, ese es Aitor Hevia, violinista ovetense, miembro del Cuarteto Quiroga –Premio Nacional de Música 2018–, uno de los maestros del instrumento en España.

Hevia y sus compañeros Elena Poggio, Cibrán Sierra y Joseph Puchades, fueron conjunto en residencia en el Palacio Real de Madrid y su encomienda durante varios años fue, precisamente, la de encargarse de hacer sonar el Cuarteto Palatino. “Todavía recuerdo la primera vez que sostuvimos los instrumentos en nuestras manos; estuvimos varios minutos observándolos con asombro antes de hacerlos sonar. Fue verdaderamente un momento inolvidable de nuestra carrera”, reconoce el violinista ovetense.

Cuenta Hevia que Antonio Stradivarius “construyó más de mil instrumentos de cuerda, de los que se conservan en perfecto estado alrededor de seiscientos cincuenta. Entre todos esos instrumentos tan solo existen once Stradivarius en el mundo decorados por el propio maestro cremonés y tenemos la suerte y privilegio de contar con cuatro de ellos como parte de la Colección Real de Patrimonio Nacional”. Estas decoraciones que añaden singularidad al conjunto son, dice, “fileteados con incrustaciones de marfil, arabescos, cupidos y figuras de animales. El acabado es de una delicadeza y minuciosidad propias de un magnífico artesano”. Los cuatro instrumentos están decorados con una cenefa de rombos y círculos de marfil sobre un fondo de pasta de ébano que recorre todo el perímetro de la tabla armónica y del fondo a la altura del filete.

El Cuarteto Palatino. | © Patrimonio Nacional

El conjunto tiene según Hevia “otra particularidad, si cabe, que les hace incluso más excepcionales, y es que es el único cuarteto de Stradivari concebido como un conjunto”. Y vaya si se nota, explica.

“Nos dimos cuenta en el primer momento que los hicimos tocar, la mezcla del sonido en unísonos y acordes era absolutamente fascinante. Este aspecto es un factor que los cuartetistas tenemos que abordar con esmero, pero con los Stradivari no teníamos que hacer nada: tocábamos y los instrumentos mezclaban sin apenas esfuerzo”, detalla.

Los instrumentos se custodian entre fuertes medidas de seguridad, con varios agentes que no se separan nunca de ellos

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Que el Cuarteto Quiroga se hiciera cargo de mantener la Colección Palatina fue “una propuesta que surgió del entonces asesor musical de Patrimonio Nacional, Álvaro Guibert. Hasta que nosotros fuimos cuarteto residente los únicos conciertos que se celebraban con los Stradivari eran actos protocolarios, lo cual restringía el disfrute de estos instrumentos a unos pocos privilegiados”. De ahí que, con su ayuda, lo que se quería era “brindar la oportunidad al gran público de que pudiera escuchar uno de los grandes tesoros en el haber de Patrimonio Nacional, una colección que pertenece a todos los ciudadanos españoles y que, por lo tanto, todos deberíamos tener la oportunidad de escuchar con una cierta regularidad”, sostiene Aitor Hevia.

Los músicos del Cuarteto Quiroga fueron responsables de la colección palatina de Stradivarius del Palacio Real durante tres años y en ese tiempo ofrecieron tres programas por temporada repartidos en seis conciertos, siendo tres de los cuales conciertos de protocolo y otros tres conciertos públicos.

La viola del Cuarteto Palatino, expuesta en el Palacio Real. | © Patrimonio Nacional

Hevia asegura que “para un instrumentista de cuerda tener la oportunidad de tocar un instrumento construido por uno de los más grandes luthiers de la historia es un sueño prácticamente inalcanzable. La mañana que fuimos a ensayar por primera vez al Palacio Real nos sentíamos como un niño en la víspera de Reyes. Emoción, alegría, nervios, expectación… fueron muchas emociones las que sentimos al mismo tiempo”.

Los instrumentos estaban custodiados por fuertes medidas de seguridad: “Nunca se separaban de ellos varios agentes de seguridad y personal de Patrimonio”. Recuerda Hevia que “tras pasar por varios controles de seguridad finalmente pudimos sacarlos de las fundas, cogerlos, disfrutar de su asombrosa belleza y unos minutos más tarde empezar el ensayo: éramos tremendamente felices”, rememora de aquella primera vez.

Obviamente, explica, “son instrumentos muy particulares, muy diferentes a los nuestros, y nos llevó un tiempo resetear nuestra manera de tocar para adaptarnos. Pero una vez te acostumbras el resultado sonoro es absolutamente increíble”.

El violonchelo Palatino.

Cuando llegaron a España los instrumentos de la Colección Real se integraron en la Orquesta de Cámara del futuro Carlos IV, para la interpretación de música clásica.

Hace años que estos instrumentos-joya se exponen en una de las salas del recorrido habitual del Palacio Real de Madrid, de manera que todos los visitantes pueden contemplarlos. El cuarteto se muestra en unas vitrinas acondicionadas especialmente para su mejor conservación, con control permanente de temperatura, luz y humedad. Para quienes no tienen oportunidad de acudir a los conciertos periódicos que se organizan en el Palacio Real con los Stradivarius, se difunden y se retransmiten algunos de estos eventos por el canal de YouTube de Patrimonio Nacional, para que todo el mundo pueda conocer la musicalidad del cuarteto palatino. Y este año es una buena ocasión.

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