No lleva capa ni traje indestructible. No vuela ni tiene superpoderes. José Andrés es cocinero y un héroe a los ojos de quienes reciben la salvadora ayuda humanitaria de su organización World Central Kitchen. El chef asturiano y sus colaboradores, ahora absortos en la ayuda a las víctimas de la invasión rusa en Ucrania, bien merecían ser protagonistas de una película como la que ayer se estrenó en Disney + con producción de National Geographic: “Alimentando al mundo”. Con un director de postín, Ron Howard, a quien se deben títulos tan populares como “El código Da Vinci”, “Splash”, “Una mente maravillosa” o “Han Solo”.

“Cuando Ron Howard me dijo que quería contar la historia de lo que hacemos, creía que se estaba cachondeando de mí, yo he crecido viendo películas de este señor, lo conoces, te haces amigo y te dice que quiere hacer una película sobre ti... Un momento muy bonito”, reconoció el cocinero asturiano, premio “Princesa de Asturias” de la Concordia 2021.

“Se puede hacer una película sobre superhéroes sin efectos especiales, incluso sin un traje y una capa, pero tienes que encontrar al protagonista adecuado”, afirma el director de “Apolo 13”. Como José Andrés. “Es un líder que ha demostrado que los individuos pueden marcar la diferencia. Lo que ha conseguido desde que se presentó en Haití con buenas intenciones y una tarjeta de crédito hasta convertir World Central Kitchen en una organización que presta una ayuda increíble en zonas de desastre está basado en un principio fundamental. El de que hay dignidad en asegurarse de que la gente pueda alimentarse”, ha dicho Howard.

Según National Geographic, la cinta recorre la historia de la organización “durante un periodo de doce años, desde que era apenas un grupo de voluntarios hasta convertirse en una de las organizaciones de ayuda humanitaria mejor reconocidas en el sector de la asistencia durante los desastres naturales. Debido al aumento sin precedentes de dichos desastres, catalizados por el cambio climático, esta historia es más relevante que nunca”.

La película muestra a José Andrés en acción, bien en los fogones cocinando o enseñando a hacerlo y, por supuesto, haciendo llegar los alimentos a quienes lo necesitan. “Yo tenía muy claro”, dice en una escena, “que quería crear una organización capaz de dar respuesta a los acontecimientos que perturban la vida de la gente”.

“Hola”, se presenta en otro momento de la cinta, “soy José Andrés, tenemos una misión simple: que la comida sea un agente de cambio”. ¡Simple!

“¡No hay comida! ¡No hay agua!”, exclaman las víctimas de una tragedia. Los testimonios se suceden: “Puerto Rico le cambió la vida en todos los aspectos. Se llevó una mochila. No sé cómo llegaron allí”. “Tras aterrizar, lo que encontramos fue catastrófico”. “En una crisis llamas a los expertos. Y nadie llamaba a los cocineros del mundo cuando la gente tenía hambre”. “¡He pedido una línea de crédito!”, clamaba José Andrés, “una línea de crédito que no tengo”. Su hija –su familia sale también en el documental– no sabe cuándo volverá a casa. Cuál será su próxima misión. Pero él sabe bien lo que es posible y lo que no. “Las emergencias te hablan muy claramente”, explica, “solo tienes que escuchar. Escuchas la situación, a la gente”.

“A veces se te caen las lágrimas de impotencia, pero tienes que adaptarte y seguir dando de comer a la gente”, contó el chef en una entrevista televisiva.

Condecorado en 2016 por Barack Obama con la National Humanities Medal, deja claro que “no soy solo yo, solo en Ucrania –adonde de nuevo ha viajado el cocinero tras un breve paso por España– habrá doce mil ucranianos en esta iniciativa como más de 500 restaurantes haciendo más de 400.000 comidas al día. Al final no es una persona la que lo hace, es un grupo de gente que dice: si nos juntamos podemos conseguir lo imposible. Y ahora mismo, esa gente está haciendo lo imposible”.