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Aziza Baroud | Representante del Chad ante la Organización de Naciones Unidas (ONU)

Entrevista a Aziza Baroud: “Se pone muy rápido el foco en lo malo de África, pero allí se puede vivir, estudiar y trabajar”

“Con la pandemia dimos pasos atrás: que las niñas vayan a la escuela es una lucha desde hace tiempo y por el covid muchas estuvieron un año en casa y sus familias ya no las dejaron volver”

Aziza Baroud, en la sede de la Cámara de Comercio de Oviedo. | Jaime Casanova

Aziza Baroud es una política de Chad, un país ubicado en pleno corazón de África, en un continente que conoce al dedillo y al que defiende con vehemencia. Fue ministra de sanidad y negocios, para luego emprender el viaje a Bruselas, donde fue embajadora del Chad en los países del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). Fue allí donde estableció amistad con el ovetense Diego Canga Fano, actual consejero principal de la Unión Europea, y gracias a él está pasando unos días en Asturias. Viene para asistir a la boda de la hija de Diego Canga. Baroud tiene una visión panorámica sobre lo que ocurre en África. No en vano, ahora, es la representante permanente de Chad ante la Organización de Naciones Unidas (ONU). En su visita a Asturias hizo parada en la Cámara de Comercio de Oviedo –lugar en el que tuvo lugar esta entrevista–, en donde dejó su firma en el libro de honor.

–¿Qué opinión tiene de Asturias?

–Es un lugar muy especial. Porque es una región en la que el visitante puede ver todas las tradiciones españolas. Me siento como si estuviera visitando el corazón de España.

–¿Cómo es la relación entre Europa, su país Chad y África?

–Las relaciones son diferentes en función de si se habla del Chad o de África. Con el Chad la relación es muy amable porque compartimos lengua con Europa, el francés, y tenemos buenas relaciones comerciales y políticas con Francia. Para el resto, las relaciones son diferentes dependiendo del país. En este periodo postcovid se ha puesto de manifiesto que el multilateralismo entre países es muy importante. La gente habla de África como si fuera un solo país, pero desafortunadamente no lo somos, hay 54 países en el continente. Hemos trabajado mucho para hacer grupos supra nacionales que interactúen entre ellos, porque es muy importante fomentar las relaciones entre personas y también las comerciales. Desde hace unos años estamos dando pasos para lograr una mejor integración comercial de África.

–¿Eso facilita las relaciones con la UE?

–Ahora es mucho más fácil cooperar gracias a estos nuevos grupos y mejorar las relaciones entre aquí y allí. Cada uno con su especialidad. En el oeste se comercializa cacao; pero cuando piensas en petróleo vas a Nigeria o el Congo; cuando se habla de minería se piensa en Níger; o cuando se habla del desarrollo informático no puedes evitar pensar en Ruanda y Kenia. En los últimos quince años ha habido un esfuerzo especial y general por parte de los gobiernos para el desarrollo de estas áreas de negocio. Pero uno de los problemas que tenemos son las comunicaciones dentro de África. Por ejemplo, si estas en Burundi y necesitas ir trabajar a Sudáfrica, tienes un problema. Porque te lleva tres días enteros ir de uno de estos países a otro. Este es el aspecto más pobre del desarrollo del continente, tenemos que trabajar más duro para mejorar esta interconectividad. Y otra cuestión en la que debemos trabajar es la de la seguridad, no es que sea un problema muy grave, pero los medios de comunicación muy frecuentemente ponen el foco rápidamente en lo que está mal. Eso hace que mucha gente se diga “¿África? No puedes ir a ahí”, pero eso no es verdad. Se puede vivir, estudiar y trabajar allí. Tengo una hija que ahora está viviendo en Alemania y que en diciembre se va a establecer en África. No es un continente tan malo como los medios lo pintan.

–Eso es probablemente porque para los ciudadanos europeos África sigue siendo una gran desconocida.

–Para los europeos hay una falta de información sobre lo que es África, pese a los esfuerzos por nuestra parte. Tenemos que establecer puentes, por ejemplo, a través de la Cámara de Comercio como en la que estamos ahora. El que llegue mejor información sobre lo que pasa en África debe ser un esfuerzo por las dos partes. Pero en Europa, desafortunadamente, la gente le da mucha credibilidad a lo que dicen los medios, más que lo que decimos nosotros (los africanos). Debemos abrir esas puertas para que fluya mejor la información.

–Precisamente ahora se está poniendo el foco en que la viruela del mono tiene un origen africano.

–Es algo a lo que desafortunadamente estamos acostumbrados, cuando realmente nosotros somos las víctimas. Es fácil cuando tienes el control de la industria farmacéutica, del sistema sanitario y los medios decir que fue África otra vez. Esta viruela del mono ha aparecido de forma repentina en Europa, en el Reino Unido. Tienes que cruzar el mar Mediterráneo y casi todo el continente para llegar a allí desde África. Lo siento si alguien lo envió, pero no han sido los africanos. No tenemos ese poder.

–¿Cómo fue el impacto de la pandemia?

–El impacto médico no fue muy grande. Pero el miedo estaba ahí y desafortunadamente nuestros gobernantes decidieron copiar todas las reacciones de los países del este. Se cerraron los mercados y las escuelas, se aisló a la gente. Todo eso fue malo para nosotros mismos, no necesitábamos nada de eso y estropeamos muchas cosas. Y le voy a poner un ejemplo. Que las niñas puedan ir a la escuela es una gran lucha que tenemos desde hace mucho tiempo. Cuando llegaron estas restricciones, los niños dejaron de ir a clase, muchas niñas se pasaron un año en casa y cuando se levantaron las prohibiciones las familias decidían que la niña estaba lista para casarse por lo que no volvía a la escuela. Dimos pasos atrás. Pero en términos generales, África es ahora más consciente de que debe estar unida y trabajar más en su integración.

–¿Y la vacunación?

–Al principio, los africanos decían algo así como que no las necesitamos porque realmente no teníamos tanto problema con el covid. Pero debido a las restricciones para viajar, mucha gente sí que se vacunó. Hubo un gran esfuerzo de la Organización Mundial de la Salud para proveer vacunas, pero somos muchísimos países, por lo que fue complicado y en algunos casos llegaron tarde. Para cuando venga el siguiente problema de salud, que vendrá, debemos estar en la primera línea para recibir la ayuda, porque el mundo está interconectado y si África colapsa, el resto del mundo también.

–En estos momentos las relaciones entre África y España están en un momento complicado debido al problema con Marruecos y el Sáhara.

–Es un problema muy específico, y desde nuestro lado, el de África, vemos que Marruecos y España han tenido una relación particular durante siglos, no es algo de hoy o de ayer. Y este es un episodio más en esa relación, pero solo un episodio. Cuando estás sentado en instituciones como la Unión Africana o el Magreb se empuja a Marruecos a buscar una solución con España porque las relaciones comerciales son muy fuertes. Cuando algo le pasa a un país africano, eso tiene un impacto sobre los demás.

–¿Le preocupa el ascenso del racismo en algunos países europeos?

–Es una cuestión de política local. La gente necesita una mayor integración social para evitar esta clase de tendencias. La historia nos dice que el extremismo es un camino equivocado. La Unión Europea es un ejemplo de cómo poner los problemas en común y discutirlos. En el momento en que la política más local pone el foco del problema en que si tú eres de tal o cual minoría eso significa que tienes que revisar tu sistema de política local. El sistema tiene que tender a integrar a todo el mundo, pero no a la fuerza. Hay que crear las oportunidades.

–Hace dos años, usted y Diego Canga hicieron un viaje a Chad para visitar a la primera dama Hinda Déby, ¿qué propósito tenía aquella visita?

–Crear una relación de amistad y abrir puertas para oportunidades de negocio. También tenía un propósito humanitario. Volveremos a hacer el viaje este año, con los mismos objetivos, porque las oportunidades existen.

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