El perfil dietético de los niños asturianos de entre 2 y 36 meses se caracteriza por la limitada adherencia a la lactancia materna, el excesivo consumo de carne y reducido de frutas y verduras y el déficit de vitamina D entre los nutrientes.

Estos son los datos fundamentales de una investigación liderada por la Universidad de Oviedo que acaba de ser publicada en la revista Nutrients, de máximo impacto en su área de conocimiento.

Según destacan los autores del trabajo los primeros años de vida representan una oportunidad idónea para establecer patrones dietéticos adecuados y mantenerlos en el tiempo. El objetivo de la investigación fue describir la dieta de una cohorte de niños españoles, residentes en Asturias, de 2 a 36 meses e identificar los componentes que pudieran influir en la calidad de su nutrición a los 24 y los 36 meses de edad.

El trabajo ha sido llevado a cabo por investigadoras del Área de Fisiología de la Universidad de Oviedo, junto a facultativos del Servicio de Salud del Principado de Asturias y científicos pertenecientes al grupo de Microbiota, Alimentación y Salud del IPLA-CSIC, en el contexto de un proyecto a nivel europeo.

La investigadora del área de Fisiología de la Universidad de Oviedo y firmante del estudio, Sonia González Solares, resume en cuatro puntos las principales conclusiones del trabajo. Primera, a pesar de las recomendaciones internacionales de mantener la lactancia materna exclusiva hasta al menos los 6 meses de edad, solo el 53,6% de los bebés que formaron parte de la investigación eran alimentados con leche materna a los 2-3 meses. Segunda, entre los 12 y los 36 meses de edad, el consumo de carne era superior a las recomendaciones nacionales en contra de lo que ocurría con las frutas y verduras.

Tercera, el trabajo ha identificado la vitamina D como un nutriente a vigilar en estas etapas tempranas, y cuarta, aquellos niños con un mayor consumo de verduras en la alimentación complementaria a los 6 meses tenían un patrón dietético más mediterráneo a los 36 meses.

Las conclusiones de este estudio, que se engloba dentro de un proyecto europeo coordinado desde el IPLA-CSIC y financiado por la Convocatoria Europea JPI, EarlyMicroHealth, describen la evolución de la dieta de una población de niños residentes en Asturias desde el nacimiento hasta los 3 años de vida.

La cohorte estuvo compuesta por 97 bebés que fueron seguidos desde los 2 y 3 meses de vida hasta los 3 años de edad, estableciéndose cuatro grupos longitudinales en función de la alimentación: lactantes, periodo de destete, dieta de transición y dieta familiar.

Los participantes fueron reclutados a través del Servicio de Pediatría de Atención Primaria de Asturias, durante la primera consulta médica.

A pesar de las recomendaciones de la OMS a favor de la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, los resultados del trabajo muestran que solo un 53,6% de los niños de la muestra eran amamantados a los 3 meses.

A lo largo del tiempo, la duración de la lactancia materna fue relativamente buena, con un 7,8% de los niños que continuaban siendo amamantados a los 36 meses en comparación con el entre el 2% y 6 % reportado por otros trabajos internacionales para el intervalo de edad entre los 23 y los 48 meses. Los autores apuntan que aún es necesario fortalecer estrategias para promover la lactancia materna en los primeros meses de vida.