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Así será la nueva Educación Infantil: más idiomas, más ciencia y sin exigir leer ni escribir

El currículo da carácter educativo al primer ciclo y no garantiza la lectura ni la escritura para pasar a Primaria, pese a las exigencias familiares

Dos niños, en una escuela de Infantil de Gijón. | Juan Plaza

Adelantar el aprendizaje de una lengua extranjera, iniciar a los niños en las habilidades y en las tecnologías de la información y la comunicación, adentrarles en las competencias STEM –que se vinculan a las Matemáticas, Ciencia Tecnología e Ingeniería– y sin que haya exigencia –como no la había antes– de que los niños lleguen a Primaria sabiendo leer y escribir.

Con esos mimbres se ha configurado el currículo de las enseñanzas de Educación Infantil en Asturias, siguiendo las pautas de la LOMLOE y con una cierta holgura para introducirle algún matiz regional. Suficiente para que la Consejería de Educación del Principado haya puesto énfasis en que se trabaje la “superación de estereotipos, prejuicios y discriminaciones por razón de género”; también, en que se fije la proa del barco educativo en la igualdad efectiva de mujeres y hombres, la coeducación y la prevención de la discriminación; y, además, que se contemple la aproximación a la diversidad lingüística del Principado de Asturias “fomentando la aplicación de situaciones de aprendizaje que incorporen elementos del entorno próximo de los niños y las niñas”.

Todo o casi todo le suena a conocido a los especialistas de infantil de la comunidad, satisfechos eso sí de que quede atrás la consideración del primer nivel del ciclo de infantil (el de los niños menores de 3 años) como un espacio sólo de juego y de guardería, frente a la aceptación que ya logra como etapa importante en el plano educativo. “Supone reconocer todos los avances en neurociencia y los estudios que certifican la importancia del nivel completo de Infantil, y eso incluye el primer ciclo, que va desde las 12 semanas a los 3 años”, sostiene una especialista gijonesa.

Se ha puesto énfasis en que se trabaje «la superación de estereotipos»

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Los nuevos currículos educativos han llegado al plano informativo de la mano de la última reforma ministerial y su aplicación será efectiva a partir del próximo curso. Por mucho que su importancia sea capital para los educadores y para la planificación escolar, lo cierto es que no siempre son conocidos por las familias.

Del nuevo currículo, que ratifica que la Educación Infantil es una etapa no obligatoria, lo que más se ha publicitado es que adelanta el contacto con el inglés para todos los niños escolarizados en 3 años. “Se dedicarán –dice el texto– entre tres y cuatro horas semanales, en función de los recursos de cada centro, impartiéndose una de ellas en el primer curso; y el horario asignado se distribuirá en sesiones que preferiblemente serán de 30 o 45 minutos”. La memoria económica del currículo entiende que dado que “en el segundo ciclo de Infantil ya se venía considerando una hora por grupo, el cambio no supone un incremento de necesidades de profesorado, ni por tanto de gasto de personal”.

Pero posiblemente lo que siga siendo el caballo de batalla de las familias es qué objetivo se marca este ciclo con respecto a las competencia en lectura y escritura de los pequeños. La gran vara de medir el progreso escolar a ojos de la generalidad.

“Esa es la gran controversia que hay siempre con los padres y las madres. La gran discusión de la educación infantil. Pero es que las familias no saben que nunca estuvo contemplado que los niños de 6 años pasen al ciclo de Primaria con la garantía de saber leer y escribir. Ese objetivo no se planteaba ni en el anterior currículo, ni en éste”, explica Ana Junquera, coordinadora de Infantil del colegio San Vicente.

«En las tutorías de final de ciclo es monotemático: ‘¿Cómo va mi hijo escribiendo?’»

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Lo dice bien claro la norma en su apartado de objetivos pedagógicos: “Sin que resulte exigible para afrontar la Educación Primaria, y respetando el desarrollo personal del alumnado, se favorecerá una primera aproximación a la lectura y a la escritura, así como experiencias de iniciación temprana en habilidades numéricas básicas, en las tecnologías de la información, en el pensamiento computacional, en el método científico y en la expresión visual y musical”.

El problema, indica Junquera, es que una cosa es que el currículo de Infantil diga que “no es exigible” esa competencia en lectura y escritura y otra distinta que “en Primaria los contenidos reclaman de los niños un dominio de ambas desde el primer momento. Y eso supone un conflicto ante las familias porque les preocupa el tema. En las tutorías del final del ciclo es monotemática la pregunta: ‘¿Cómo va mi hijo con la escritura?’”.

La evidencia, dice la especialista, es que “ningún niño que haya ido al colegio ha salido sin saber leer y escribir”, pero el momento de arrancar a hacerlo se convierte en un estrés si se retrasa respecto a las expectativas de la familia. “La teoría es muy clara y hay que respetar el tiempo de maduración de cada niño. Unos, muchos, saldrán leyendo de Infantil de forma natural y otros igual arrancarán un poco más tarde”.

Otras instrucciones para la etapa que quedan ahora remarcadas es que, con carácter general, en el segundo ciclo de Infantil se procurará que sea una única persona la que intervenga como tutor o tutora del grupo, y la intervención de otro profesional se hará simultáneamente con estos tutores. El horario “se organizará de forma flexible”, pero se considera que “el alumnado de primer ciclo no podrá permanecer más de ocho horas diarias en el centro; y en el segundo ciclo, el horario lectivo incluidos los períodos de recreo será de 25 horas semanales”.

Con carácter general, se dice que los niños y niñas podrán incorporarse al segundo ciclo de Educación Infantil “en el comienzo del curso del año natural en el que cumplen 3 años y será ese un ciclo gratuito”. Como apunte político se añade un compromiso a futuro respecto al primer ciclo, es decir los menores de 3 años: Asturias recuerda que según el Real Decreto 95/2022 “se tenderá a la progresiva implantación mediante una oferta pública suficiente y a la extensión de la gratuidad”.

El ciberacoso, en aumento en Asturias


La consejera de Educación del Principado, Lydia Espina reconoció ayer en la Junta General del Principado que a la espera de contar con los datos definitivos a cierre de curso, se ha detectado “una ligera subida de los casos de acoso escolar”. El ciberacoso, ha explicado, representa ya una de cada diez denuncias, siendo una de las formas de acoso que más se está incrementando. Es ese el motivo por el que desde la Consejería trabajan en la adaptación del protocolo de actuación que deben seguir los centros fijándose de manera específica en esa problemática el abuso que se da por medio de las tecnologías de comunicación, y se incrementará la formación a los directores. Espina ha manifestado además que siete de cada diez denuncias registradas no cuentan con los requisitos para poder ser tipificadas como acoso escolar. No obstante ha recalcado que aún así todas ellas se tienen en cuenta, se analizan y se trabaja para prevenirlas y evitar que se conviertan en recurrentes. Un curso más son las familias quienes más denuncias presentan en los propios centros educativos. Espina respondía así ante la interpelación de IU sobre el acoso escolar o “bullying” y aseguraba que hay que asumir que el acoso escolar existe en nuestro centros educativos y frente al mismo hay que mostrar “tolerancia cero”. Lydia Espina ha explicado que desde la Consejería cada curso se recopilan todos los datos, se analizan perfiles, se estudia el funcionamiento de los protocolos y se refuerza la formación. Y sostiene que “en 8 de cada 10 caso las medidas que se aplican son las correctas”. Desde IU, Ángela Vallina ha mostrado la gran preocupación de su grupo con este asunto, toda vez que ha indicado que según los datos que les han facilitado se han dado ya 160 casos de acoso escolar en colegios e institutos asturianos en lo que va de curso, a pesar de que hay víctimas y padres que prefieren no denunciarlo. Vallina ha preguntado si se está analizando una posible relación entre el incremento de los problemas de salud mental de los jóvenes y niños con el incremento del acoso escolar.

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