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Modelos de asturianas por el mundo

Un grupo de apasionadas por los viajes recorre Europa con vuelos baratos y vestidos inspirados en sus destinos: “Hay que reírse”

Beatriz de Caso, Belén Gardey, Rosa Iglesias, Begoña Campos, María José Calleja y Anina Iglesias, con pipas de Sherlock Holmes, preparando su próximo viaje en Oviedo. Fernando Rodríguez

Se define viajar como visitar o recorrer uno o varios lugares en cualquier medio de locomoción. Pero hay un significado más emocional, que habla de los viajes como una gran fuente de motivación, de alegría, de reflexión y de autodescubrimiento. Son también una vía para explorar y conocer nuevos climas, culturas, gentes, además de estimular la mente con emociones, nervios, felicidad...

Esta última definición les viene como anillo al dedo a las que se las podría conocer como las “reinas” de los viajes temáticos y de los vuelos low cost. Unas auténticas embajadoras del “wanderlust”, pasión por viajar. Las hay de Oviedo, de Gijón, de Pravia, de Soto del Barco... Unas son peluqueras, otras funcionarias del Sespa, otras trabajan en hotelería, seguros, comunicación...

En resumen, son un grupo de amigas y conocidas con un objetivo común: viajar para conocer nuevos lugares, culturas y, sobre todo, disfrutar. “Y reír mucho”, zanjan todas al unísono. Lo primero, de ellas mismas. Más bien, entre ellas mismas y, de paso, arrancar una sonrisa a los demás. Porque cada vez que emprenden un viaje lo hacen ataviadas con vestidos inspirados en su destino. En Viena aterrizaron caracterizadas de Mozart; en Nápoles, de elegantes italianas de la década de los 50 o los 60 al estilo de los mejores años de Sofía Loren; en París como los pintores bohemios de Montmartre; en Edimburgo no olvidaron pelucas rojas y faldas escocesas... Y se podría seguir con unos cuantos destinos más, porque tan peculiar y divertida forma de viajar empezó de casualidad hace ya más de una década cuando Begoña Campos y Anina Iglesias se conocieron durante una estancia en Chamonix (Francia) en la que acompañaban a sus parejas a una competición deportiva. Congeniaron y surgió la amistad a la que arrastraron a otras amigas y conocidas.

El grupo, vestidas de Mozart, ante su estatua, en Viena. Mariola Riera

En 2014 se plantearon hacer un viaje a Edimburgo y para organizarse se citaron en La Pumarada, una sidrería en plena calle Gascona de Oviedo y que a día de hoy es su “cuartel general” en el que quedan cada vez que hay planes. “Ese día empezamos hablar, surgió la idea de por qué no llevábamos algún complemento, decidimos que sí y acabamos vestidas de escocesas”, recuerda Begoña Campos.

Fue solo el inicio. A día de hoy han recorrido ya gran parte de Europa y siempre con guiños en su vestuario (lo lucen durante el vuelo y el primer día de la estancia) a la cultura, historia e imaginario popular del país de destino. “Es que ya vamos vestidas así desde el portal de casa”, apunta con humor Beatriz de Caso, una de las integrantes más veteranas junto a Rosa Iglesias y Belén Gardey.

Días atrás hubo cita en La Pumarada para preparar el próximo viaje, el primero tras el parón obligado por el covid: el evocador territorio de los Cotswolds, en Inglaterra. Será en octubre y el atuendo más o menos está decidido. “Muy de campiña british”, resume con humor Teté Balseiro, nueva en el grupo en el que también se estrenarán María José Calleja, Chelo Cuétara y María Álvarez. Unas piensan en llevar el abrigo Barbour y las botas Hunter, emblemas de ese glamour asociado a la high class británica. Otras apuestan más por recordar al popular detective Sherlock Holmes.

Begoña Campos, Anina Iglesias y Beatriz de Caso, en Nápoles. VIAJERAS ASTURIANAS

Tienen tiempo de aquí a octubre para concretar los detalles. Lo que tienen ya en su haber son los vuelos. Porque esa es otra característica del grupo: lograr auténticos chollos para viajar. ¿El secreto? “Sacarlos con varios meses de antelación y viajar en días y fechas no concurridos”, apunta Rosa Iglesias. A Edimburgo viajaron por poco más de 30 euros, a Roma por algo más de 40, a Londres en octubre irán por 80 euros (alguna ha logrado comprarlo a 62 euros). “La franja suele ser entre 30 y 80 euros aproximadamente”, resume Belén Gardey. “Y eso que últimamente las compañías lo ponen difícil porque han encarecido los costes, al cobrar por maletas y otras cosas. Los vuelos baratos ya no son lo que eran”, apostilla Anina Iglesias.

A Begoña Campos le toca, quizás, lo más complicado: la logística del viaje. Alojamiento, desplazamientos, diseñar las visitas diarias, etcétera. Porque los viajes son tan intensos como cortos: tres días lo máximo, que se exprimen desde bien temprano hasta la noche. “No es difícil poner orden, congeniamos bien y todas tienen que poner de su parte. Lo importante es llevarlo todo planificado”, apunta Campos.

Las viajeras, ante el Sacre Coeur, en Paris. VIAJERAS ASTURIANAS

Es obligada una pregunta: ¿Y la vergüenza a ir de esa guisa por el mundo? “Ninguna”, afirman todas. “Es una forma de dejar de lado el sentido del ridículo, superar complejos y reírnos. La gente se divierte al vernos, nos hacen fotos sin parar”. En el vuelo a Viena hasta el mismo comandante del avión salió a ver a las pasajeras disfrazadas de Mozart, ante cuya estatua en la capital austriaca no dudaron en fotografiarse nada más llegar. Ahora, los Cotswolds las esperan.

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