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Adiós a Alberto Marcos Vallaure, un geólogo «jovial» con una gran pasión: «pisar las rocas»

Familia, amigos y comunidad universitaria se vuelcan en la despedida del que fuera el primer rector electo de la Universidad, en los años 80

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Último adiós a Alberto Marcos Vallaure en Oviedo Luisma Murias

Tantas veces leyó Alberto Marcos Vallaure a sus alumnos la descripción que José Saramago hace de un grabado sobre la crucifixión atribuido a Durero en «El Evangelio según Jesucristo», que la lectura del pasaje del buen ladrón en el rito exequial por el geólogo y rector de la Universidad de Oviedo celebrado ayer en la capilla de Los Arenales resultó, casi, inevitable.

Sus discípulos –casi toda la facultad de Geología despidió ayer al profesor, al colega, al maestro– no olvidaban cómo se habían vuelto a colar en los últimos cursos que impartió Alberto Marcos Vallaure antes de jubilarse para volver a escucharle esa lectura en la que el Nobel portugués describe con precisión y manejo exquisito de los recursos de la lengua la obra de Durero. A Alberto Marcos Vallaure le gustaba Saramago y necesitaba hacer ver a aquellos estudiantes, desde la primera clase, que la geología es descripción, ser capaz de distinguir lo importante de lo accesorio, hacer el ojo para ver un poco más allá.

Lo explicaba, a la puerta de la capilla del tanatorio, uno de sus discípulos, Sergio Llana. A su lado, Marco Antonio López, que fue el último doctorando que hizo la tesis con el que fue rector en los años ochenta, el primero electo en la Universidad de Oviedo, confirmaba que además de estas clases, esta «elegancia» y este «buen trato con los alumnos», al profesor «le gustaba pisar campo, pisar roca». Así fue en esos años de tesis, pateando una falla en Galicia, siempre hacia ese Occidente que tanto trabajó.

Esa pasión la mantuvo hasta el último día, y aunque algunos problemas le dificultaban ahora salir al trabajo de campo, había logrado encontrar en la herramienta «street view» de Google Maps una forma de recorrerse todas las carreteras inspeccionando cunetas y tomando nota de los materiales que afloraban aquí y allá.

Adiós a Alberto Marcos Vallaure, un geólogo «jovial» con una gran pasión: «pisar las rocas»

El geólogo Pedro Farias redondeaba el perfil de su colega: «Fue un auténtico maestro», explicó, «el mejor profesor que he conocido, de la Geología y de los valores éticos y morales. Fui su alumno y discípulo, y hemos sido grandes amigos, trabajando juntos en lo que fue su gran pasión, desentrañar la historia geológica pisando las rocas en el campo. Nunca dejó de trabajar, nunca de dar ejemplo de cómo se debe perseverar en la búsqueda de la verdad científica. Es sin duda una pérdida enorme para todos los que le conocimos, para la Geología y para la Universidad».

A la despedida en Los Arenales no faltaron el resto de rectores con los que compartía esas ceremonias protocolarias durante tantos años (Juan López Arranz, Vicente Gotor, Juan Vázquez, Santiago García Granda) y el que ocupa el cargo en la actualidad, Ignacio Villaverde. En una capilla llena de amigos y compañeros de la Universidad, también estuvo presente el consejero de Ciencia del Principado, Borja Sánchez, y el portavoz de los socialistas en el Ayuntamiento de Oviedo, Wenceslao López. Todos acudieron para arropar su viuda, Begoña Fernández, sus hijos Francisco, Naranco y Alberto y sus hermanos, todos, muy afectados por el inesperado fallecimiento.

Desde hoy y hasta el viernes, capilla ardiente en la Universidad

La Universidad de Oviedo va rendir su propio homenaje a Alberto Marcos Vallaure. Así, desde hoy y hasta el viernes, el Paraninfo del Edificio Histórico acogerá una capilla ardiente en honor al que fuera su rector entre 1983 y 1988. Además, las banderas de la Universidad de Oviedo ondearán a media asta como señal de duelo.

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