Noche infernal en el oeste de la provincia. Al menos cuatro grandes incendios se declararon ayer en otras tantas localidades zamoranas. Por la tarde empezaba a arder la Sierra de la Culebra en Ferreras de Abajo. El fuego se recrudeció durante la noche, llegando a afectar al repetidor del pueblo y haciendo temer lo peor a los vecinos, que oían las campanas de la iglesia tocar a incendio. Parecido panorama se producía en Ferreras de Arriba, en Villardeciervos y en Sarracín de Aliste.
Según ha podido saber LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, diario integrante del grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, los principales focos siguen activos, si bien las zonas más cercanas al casco urbano están controladas. En este momento, todo apunta a que gran parte de la Sierra de la Culebra está bastante afectada debido a que hay varios "pequeños" fuegos activos por toda la zona, incluso en los términos municipales de Tábara, Litos y Cabañas.
La previsión de vientos de 30 kilómetros a la hora a partir de las 12 del mediodía está obligando a realizar un gran despliegue de medios en la zona de los incendios forestales en la Sierra de la Culebra.
Los rayos caídos de una fuerte tormenta eléctrica, unidos al viento que se desencadenó tras anochecer, en medio de la fuerte sequía tras un día de calor desmesurado pueden esconderse en esta ristra de incendios que afecta a zonas de gran valor medioambiental. Sobre las doce de la noche, el fuego parecía controlado en Villardeciervos e iba a menos en Ferreras de Abajo. El cambio en la dirección del viento afectó a otro frente contra el que los efectivos forestales actuaban en Ferreras de Arriba. Sarracín de Aliste es otro de los puntos donde se esforzaban los medios anoche para intentar controlar el siniestro. La lluvia que comenzó a caer casi de madrugada era una de las esperanzas para ayudar a controlar la situación.
La situación de los incendios, según la información proporcionada por la Subdelegación del Gobierno es la siguiente:
▪︎ Controlado incendio en Vega del Castillo (Espadañedo).
▪︎ Superficie quemada estimada de forma conjunta 700 Has, de ellas un 70% de pinar.
▪︎ Nivel 2: Sarracin de Aliste - Ferreras de Arriba.
▪︎ Nivel 1: Ferreras de Abajo.
▪︎ Términos municipales afectados: Riofrío de Aliste, Ferreras de Arriba, Ferreras de Abajo y Espadañedo.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha desplazado 3 aviones anfibios y 2 Focas para colaborar en las tareas de control y extinción.
Por su parte, la Unidad Militar de Emergencias, desplazada está madrugada, cuenta con:
• 73 efectivos (47 operativos y 26 de apoyo).
• 6 camiones autobomba.
• 1 camión nodriza.
La jornada de ayer, en la que se batieron récords de temperaturas, dejó también varios incendios forestales en la provincia. El más grave de ellos se registró en Ferreras de Abajo y se extendía por un pinar, en plena Sierra de la Culebra, obligado a movilizar a un buen número de medios aéreos y terrestres que tratan de frenar el avance de las llamas.
El fuego comenzó a última hora de la tarde en un paraje conocido en Ferreras como “La Pedrizona”, una zona boscosa en la que se han adentrado los efectivos de extinción de incendios. Dos helicópteros, dos carrocetas, una cuadrilla de tierra, un bulldozer y dos agentes medioambientales trabajaron en la zona. Ya de noche siguieron los trabajos mientras se extendía la preocupación entre los habitantes de la comarca por afectar a una zona de alto valor ambiental y de recursos para la comarca, al ser uno de los puntos más fecundos en la producción de setas silvestres.
El origen del fuego pudo desencadenarse por un rayo, ya que en la zona se registraron tormentas con gran aparato eléctrico, sin que cayera lluvia alguna. Al menos se localizaban dos puntos del incendio cuando ya había caído la noche y los frentes eran visibles desde varios kilómetros a la redonda.
Sandín, Maire de Castroponce, Vega del Castillo y ya en plena Raya portuguesa registraron otros conatos durante la tarde de ayer.
Las altas temperaturas, que ayer colocaban a la provincia en alerta naranja, dan como resultado una situación de máximo peligro que se mantiene por la sequía.
