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Biología cumple 50 años en Oviedo y hoy la primera promoción de estudiantes se reencontrará en la Universidad

“Suplimos las carencias de material en los laboratorios con el ingenio de los profesores y nuestro entusiasmo”, afirman los primeros biólogos asturianos

Por la izquierda, Luis Gutiérrez Celorio (alumno), Nuria Anadón (profesora), Florentina Álvarez Marqués (alumna), Juan Luis Martínez (alumno) y Francisco Ocharán (alumno recientemente fallecido), en el laboratorio de Zoología en el año 1973. Todos ellos acabaron siendo profesores en la Facultad de Biología.

Los estudios de Biología están de celebración en Asturias: cumplen cincuenta años y hoy el Paraninfo de la Universidad de Oviedo acogerá el reencuentro de la primera promoción de estudiantes. Son 55 biólogos que apostaron en 1967, como describe uno de estos pioneros, el catedrático emérito honorífico de Botánica Tomás Emilio Díaz, por “una ciencia aún poco conocida, pero que comenzaba a serlo por la actividad mediática y de difusión de la biodiversidad de Félix Rodríguez de la Fuente”. En el acto de hoy, al que asistirá el rector Ignacio Villaverde, no podrán estar todos, los 55, pero sí un buen número de ellos: 24. “Por desgracia, cinco de nuestros compañeros ya no están con nosotros y otros, por diversas causas, no podrán estar personalmente en el Paraninfo, aunque nos acompañarán en espíritu”, comenta Díaz, uno de los organizadores del encuentro.

Ana Quero Martínez, profesora jubilada de Zoología, es otra de las que han hecho posible esta celebración. “No sé si nos reconoceremos todos. Cincuenta años sobre una carita de 22...”, bromea. Muchos de aquellos primeros biólogos, no obstante, se quedaron en la Facultad. “Había escasez de profesores y suena raro decirlo ahora, pero el cien por cien de nosotros acabamos trabajando y encima de lo nuestro. Yo terminé la carrera en junio y el último día me preguntaron: ‘¿Quieres dar clases en la Universidad el 4 de octubre?’. La respuesta fue un sí. Yo tenía 22 años y mis alumnos, 18. Aquel verano estudié como una loca para preparar las clases”, cuenta.

La primera orla de Biología con la promoción de 1967-1972.

Los inicios en Biología no fueron fáciles. En realidad, rememora Tomás Emilio Díaz, “fue un inesperado comienzo, pues cuando cursábamos el selectivo en la Facultad de Ciencias (común para todas las carreras de esa rama) aún no estaba decidido que al año siguiente comenzarán los estudios de Biología en Oviedo”. Ana Quero hasta llegó a matricularse en Geología: “Luego me cambié, porque yo quería ser zoóloga, ir a África y curar a los elefantes”.

Algunos estudiantes en una salida de campo.

Durante los cinco años de formación en el Edificio de Castelao, en Llamaquique, donde convivieron con la licenciatura de Geología, la primera generación de biólogos tuvo que lidiar con muchas dificultades. De profesorado, por un lado, y de medios, por otro. “Había un profesor que nos daba la mitad de las asignaturas: Emilio Anadón Frutos. Muchos los llamábamos papá Anadón, era un hombre enciclopédico y el motor de la Facultad en aquellos tiempos”, asegura Ana Quero. Junto a Anadón, que fue decano de la Facultad, el claustro estaba compuesto por Matías Mayor López, Miguel Morey Andreu, José Egocheaga Rodríguez, Ricardo Sánchez Tamés, Ángeles Menéndez Patterson, Jaime Truyol Santonja, Rosa María Simó Martínez, Isabel Moreno Castillo, Julio Peña Guitian, Constantino García Bao y Fernando Berenguer León, entre otros. “Realmente fueron cinco años experimentando nuevos logros sobre el desarrollo de las Ciencias Biológicas en todos sus aspectos, desde el fisiológico y anatómico hasta los ecosistemas, si bien había notables carencias en material de laboratorio que era suplido por el ingenio del profesorado y el entusiasmo de los alumnos”, dice Tomás Emilio Díaz.

En estos cincuenta años, muchas cosas han cambiado. Desde la situación física de la titulación (ahora la Facultad está en el campus del Cristo) hasta “los medios para estudiar y preparar en la práctica a los alumnos, al disponer hoy de laboratorios de docencia e investigación muy bien dotados, lo que nos ha permitido alcanzar un nivel de profesionalidad muy elevado”, apunta Díaz. Como exdecano de la Facultad, el botánico afirma que probablemente el reto más importante al que se tuvo que enfrentar Biología fue el sistema Bolonia, pasando de cinco años de docencia a cuatro. “Al final se logró un mínimo coherencia en la adaptación y la Biología sobrevivió”. Y hoy sopla cincuenta velas.

Un grupo de los primeros biólogos en una excursión en 2012.

En el acto de esta mañana participarán José Manuel Rico, actual decano de la Facultad, María de los Ángeles Menéndez Patterson, en representación del claustro de profesores, y Carmen Sánchez Álvarez, miembro de la primera promoción. Tras ello, se celebrará una comida de confraternización en el Club de Tenis de Oviedo y realizarán una visita guiada al Jardín Botánico Atlántico de Gijón.

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