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Los asturianos se ponen “pegajosos”

La humedad y una masa de aire africano complican la ola de calor en Asturias, con 41 grados en los Picos

Dos mujeres dan de beber en broma a la estatua de Mafalda en el parque San Francisco de Oviedo. | Efe/ Paco Paredes Paco Paredes

En Pajares (Lena) o Leitariegos (Cangas del Narcea) habrían deseado muchos haber dormido este viernes, porque ambos núcleos fueron los que registraron la temperatura más baja de la jornada en Asturias: 13,4 y 14,4 grados, respectivamente. Cifras más que deseables en una jornada tórrida pero, sobre todo, muy húmeda por segundo día consecutivo en la región, en la que se volvieron a alcanzar registros históricos o muy poco vistos.

Bañistas en Llanes. María Villoria

Si el jueves se batía el récord de temperatura más alta en Asturias en un mes de junio, con los 39,5 grados en Cabrales –el máximo estaba en 36,4, en Gijón, desde 1998–, este viernes no fue tan alta, pero casi. En Mieres llegaron a 37,9 grados, mientras que Cabrales se quedó en algo menos, 36,7.

Bañistas en Luanco. María Fuente

Al margen de las mediciones de la Agencia de Meteorología (Aemet), sí se dieron en momentos concretos registros que son para destacar. Concretamente en vega La Tiese, al lado del lago La Ercina, en los Picos de Europa. El termómetro del bar María Rosa registró ni más ni menos que 41 grados a eso de las dos y media de la tarde. Así las cosas, poco turista y mucho menos montañeros se vieron por la zona a esas horas, informa J. M. Carbajal

La peor parte se la llevaron las grandes ciudades y, sobre todo, las alejadas de la costa sin el mar para refrescarse y airearse como Oviedo, que tuvo la quinta temperatura más alta del día: 35,7 grados. En la capital asturiana no hubo otra cosa de la que hablar durante el día y muchos buscaron el fresquito en lugares como, por ejemplo, la pescadería o los supermercados. “No hay prisa hoy en hacer la compra, no te apures que aquí se está muy bien”, explicaba un vecino del centro de Oviedo a su pescadero. Cerca, en una floristería que exhibe su género en la calle, no dejaron en las horas centrales del día de pulverizar agua sobre las plantas, muchas sin sacar para evitar su muerte segura. Lo mismo en la frutería, donde los responsables recibían con abanico en mano.

Una bañista se refresca en San Lorenzo. Juan Plaza

Bien temprano, en una empresa de excavaciones con base en el centro de Asturias, su gerente no dudó en avisar a sus empleados para empezar la jornada y, además, con buen humor, que nunca está mal al inicio del día: “Buenos días a todos. Hoy estamos en plena ola de calor en Asturias. Os recordamos que es muy importante que nos hidratemos y nos protejamos con cremas solares y especialmente los que tenemos poco pelo... Por otro lado, es básico revisar filtros de aire, niveles de agua y el estado de limpieza de los radiadores, tanto de los que refrigeran el motor como de los hidráulicos. Buen día”.

Dos monjas con unos niños y una cuidadora, en San Lorenzo, en Gijón, en cuya costa se aprecia el polvo en suspensión. | Juan Plaza

Y es que toda precaución es poca para sortear los efectos de un calor, además, muy húmedo, “pegajoso”, que se aguanta peor –sostienen los asturianos– que el del Sur, más seco y evitable si uno se pone a la sombra. La situación es peor por la llegada a Asturias de aire cargado de polvo por la intrusión de masas de aire africano que afectan en los últimos días a la Península Ibérica y a las Islas Canarias. Esto, señalan en el Principado, ha incrementado el nivel de partículas PM10 en suspensión en la atmósfera, rebasando el umbral de concentración diferentes estaciones de las Cuencas y Avilés durante dos días consecutivos, así como en las aglomeraciones de las áreas de Gijón y Oviedo.

Se prevé que el efecto de las masas de aire de origen sahariano continúe este sábado y mejore la situación mañana.

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