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Miquel Ramos Periodista, presenta su libro «Antifascistas» en Asturias

“La batalla de la extrema derecha es revertir el sentido común”

“Hay muchos que hoy aceptan como parte del juego democrático las ideas que defendían los fascismos de los años treinta”, dice el autor del libro "Antifascistas"

Miquel Ramos CRISTINA CANDEL

El periodista valenciano Miquel Ramos presenta en Asturias su libro “Antifascistas. Así se combatió a la extrema derecha española desde los años 90” (Capitán Swing). Será este martes en Oviedo en el Espaciu La Llegra (Postigo Bajo, 40), a las 19.30 horas, y mañana miércoles en la Casa Sindical de Gijón, a las 19.00.

–¿Qué encontrará el lector en su libro?

–Es un retrato coral de historias contadas por los protagonistas de diferentes luchas contra la extrema derecha en estos últimos 30 años en España. A los que nacimos en los setenta, ochenta y noventa nos vendieron que el fascismo había muerto con Franco. Pero nos encontramos con bandas de neonazis que, de hecho, agredían sin ningún tipo de piedad y no nos encajaba la historia. Esos grupos eran la punta del iceberg. Debajo había toda una falsa transición que había dejado impunes a los artífices del fascismo español durante la dictadura.

–¿Qué es hoy un fascista?

–He evitado las discusiones terminológicas. Para mí el fascismo ha ido mutando y se ha ido adaptando a los diferentes contextos. Cuando hablamos de fascismo no aludimos solo a los desfiles de antorchas te los años treinta. Nos referimos precisamente a los herederos de aquellas ideas que han sabido adaptarlas al contexto democrático actual y que en muchos casos defienden lo mismo pero con unas palabras que muchos aceptan como parte del juego democrático. Y ese es el drama.

–Usted habla de grupos antifascistas y otros los definen como izquierda radical.

–Vamos a ver, en el libro yo hablo de muchos antifascismos. Hablo, entre otras cosas, de supervivientes del Holocausto que se enfrentaban a nazis en España, hablo de periodistas que destapan tramas de mercenarios vinculados a los servicios secretos españoles...

–¿En España, tras la guerra civil, no estábamos ya vacunados contra la ultraderecha?

–Nunca hemos estado vacunados y menos después de 40 años de dictadura y de adoctrinamiento nacionalcatólico. Tras la muerte de Franco, la extrema derecha sociológica se refugió en el PP, porque la oferta de la derecha del PP era extremadamente cutre. Pero, poco a poco, ha habido un despegue de la extrema derecha sociológica que captaba al PP y Vox ha capitalizado ese voto. Vox es una criatura que nace en el seno del PP.

–¿Vox ex un partido fascista?

–No es lo mismo Vox que una agrupación neonazi, obviamente. Pero el discurso de Vox y el de la extrema derecha populista, llámale Trump, Le Pen o Salvini, sirven para normalizar la ideas que sirven los fascistas. Ellos plantean una batalla directa contra los derechos humanos y cuestionan que determinados colectivos tengan determinados derechos. Vemos la ofensiva contra las mujeres, el colectivo LGTB o los emigrantes. Digamos que tienen espacios compartidos por los grupos nazis fascistas, lo que pasa es que hay una mayor edulcoración.

–¿La diferencia son los correajes?

–El contexto es la mayor diferencia. Estamos en una etapa histórica distinta. Pero hay un elemento común en todas las extremas derechas, que siempre apuntan hacia abajo. Protegen los privilegios de las élites y atacan a los desposeídos.

–¿Por qué resurge la extrema derecha en toda Europa?

–Existe una crisis provocada por el fracaso, o la cobardía, de quienes reivindicaban la socialdemocracia y han acabado asumiendo el dogma neoliberal, pauperizado a la clase trabajadora. Esto ha provocado un desencanto en gran parte de la población y entonces aparecen salvapatrias. Esto no sería posible si no hubiera cierta complacencia a la hora de aceptar como ideas respetables dentro de la democracia quitar derechos a una parte de la población, creo que eso no debería entrar dentro del juego democrático. La batalla cultural de la extrema derecha es revertir el sentido común. De presentarse como rebeldes quienes pretenden acabar con los derechos de tantos colectivos.

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