Profesionalidad, buen trato, proyectos atractivos y un ambiente familiar que facilita que las estancias de los artistas sean agradables. En esas claves reside el secreto que ha permitido a la Temporada de Ópera de Oviedo convertirse en una de las grandes referencias para la lírica nacional, tal y como lo explicaron ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA la soprano Sabina Puértolas y el director de orquesta Óliver Díaz. Ambos protagonizaron el coloquio, moderado por la periodista Alicia Suárez Hulton, que clausuró la serie de conferencias dedicadas a conmemorar el 75.º aniversario de la Ópera de Oviedo, un ciclo patrocinado por la propia Fundación Ópera de Oviedo, Transportes Cárcaba y el Ayuntamiento de Oviedo, y que cuenta con la colaboración de LA NUEVA ESPAÑA.

"Cuando vas a trabajar a un teatro en el que te encuentras a gusto, vas de diferente manera, y en el Campoamor y con la Ópera de Oviedo todo es tan bonito, tan familiar, que acudes encantada", señaló Puértolas. "Hay que pensar que cuando vas a actuar en una ópera dejas en casa al marido, el hijo, el perro y el gato, y te vas cuatro semanas a otra ciudad. Si el trato no es bueno o no estás a gusto puede hacerse muy difícil, pero en Oviedo todo el mundo te lo hace fácil, vuelves a casa con una sonrisa... ¡y cinco kilos de más!", añadió la soprano, entre risas.

Óliver Díaz destacó además la labor de programación que se ha hecho, durante muchos años, en la Ópera de Oviedo, y que ha conseguido atraer a Asturias, temporada tras temporada, a intérpretes de primer nivel: "Javier Menéndez (director artístico de la Ópera de Oviedo entre 2003 y 2019, actualmente en La Maestranza) hizo desde Oviedo una auténtica revolución en la ópera nacional, y con Celestino Varela (actual director general y artístico de la Ópera de Oviedo) se ha seguido por esta línea, con logros además como el de la pandemia, cuando la Ópera de Oviedo fue absolutamente ejemplar".

Sabina Puértolas y Óliver Díaz mostraron, durante todo el debate, una complicidad absoluta, cultivada durante diferentes proyectos juntos. "Con él todo funciona genial", destacó Puértolas en alusión a Díaz, relatando además una divertida anécdota sobre un proyecto juntos, en el que colaboraron con una orquesta formada ad hoc, con músicos sin demasiada experiencia en la lírica: "La primera vez que ensayamos parecían una banda de pueblo, sonaba muy ‘chunta-chunta’. Me dieron ganas de irme. Pero Óliver estaba allí con esa sonrisa y esa seguridad, que nos hizo creernos, a nosotros y a los músicos, que aquello iba a funcionar. Comenzamos a trabajar y logró que los músicos se creyesen que eran una gran orquesta, ayudándoles a mejorar, y al final nos divertimos muchísimo y logramos que aquel proyecto realmente funcionase". Díaz, entre risas, convino con Puértolas en el desastre que había sido aquel primer contacto, pero reveló una de las claves para ganarse a una orquesta: "Si no les das confianza a los músicos es peor: no van a tocar mejor y no lo van a disfrutar".

Según explicó el director, aquellos tiempos en los que se podía dirigir a una orquesta "de una forma dictatorial" han quedado atrás, y lo que realmente funciona en la actualidad es cultivar la complicidad de los músicos y tratar de que todos se sientan a gusto. Y en el caso de la ópera y la zarzuela, Díaz considera esencial también tratar de fortalecer el diálogo entre el foso y el escenario: "Yo puedo dirigir la función, pero estoy de espaldas al público o en el foso: son ellos, los artistas, los que cuentan la historia".

En este sentido, Óliver Díaz mostró su fascinación por la capacidad que tienen los cantantes para conectar y desconectar con la representación, alternando las escenas en las que tienen que estar sobre las tablas con aquellas otras en las que salen del escenario. "Me gusta mucho ver las funciones ‘entre cajas’, estar detrás de la escena y ver cómo funciona todo. Porque para nosotros, en el foso, la función es lineal: hay una luz que está roja y, cuando se pone verde, empezamos a tocar y vamos ya hasta el final, a no ser que haya una debacle y haya que parar. Pero los cantantes entran y salen de escena, desconectan y tienen que volver a conectar. Cuando ves a Sabina, es impresionante porque sale de escena y se pone a hablar tan tranquila contigo, y antes de entrar lo mismo, igual te dice ‘me toca entrar’ y se concentra de inmediato y se pone a actuar".

Esa parte oculta a los espectadores de la ópera es algo que, a juicio de la soprano navarra y el director de orquesta asturiano, debería enseñarse a los más pequeños, ya que creen que les llamaría la atención y podría alimentar una curiosidad sobre la que construir una afición por la lírica. Puértolas y Díaz también lamentaron la presencia decreciente de la música en la enseñanza.

Durante el coloquio, Díaz también avanzó algún detalle de su incorporación como director del Malta Summer Festival, señalando que fue a raíz de la grabación de un disco con la Filarmónica de Malta que conoció a los responsables de la orquesta. Tras una fructífera colaboración, pocas semanas después, se pusieron de nuevo en contacto con él para ofrecerle liderar un proyecto que afronta "con mucha ilusión".

Para terminar, Puértolas y Díaz compartieron con el público sus vivencias más especiales en el Campoamor. En el caso del director de orquesta, habló de las dos óperas que ha dirigido, "L’elisir d’amore" de Donizetti, con montaje de Joan Anton Rechi, en 2017, y la espectacular "Madama Butterfly" de 2020, cuando a consecuencia de la pandemia se compaginaron las funciones de esa ópera con las de "Fidelio".

Sabina Puértolas, por su parte, recordó "L’incoronazione di ‪Poppea" de Monteverdi, con montaje de Emilio Sagi y estrenada en 2010, que para ella fue además muy especial por trabajar con la añorada Pepa Ojanguren: "Pepa tenía en su casa el baúl de la Piquer: me customizaba los vestidos y me ponía unos tacones tremendos. Fue muy divertido y muy bonito trabajar con ella, y esa fue una producción genial que creo que solo se vio aquí y en el Arriaga de Bilbao. Me quedo con aquella ‘Poppea’ por Pepa, es mi pequeño homenaje a ella", concluyó.