"Desinformación, falta de medios, jueces que te piden pruebas, hospitales donde no te las ofrecen, policías que te hacen repetir tu historia mil veces...". Con esta denuncia, Marta Asensio, a quien su pareja, durante multitud de ocasiones, anuló su voluntad con drogas para agredirla sexualmente, inició una petición de recogida de firmas en la plataforma Change.org, una reclamación que han apoyado más de 190.000 personas y que ha dado sus frutos: El Ministerio de Justicia ha puesto en marcha un protocolo de actuación médico -forense y un kit de recogida de muestras unificado y efectivo, tal como reclamaba Marta y otras víctimas en su reclamación.

El protocolo, que a principios de año solo tenían en vigor seis comunidades, consiste en una guía de intervención sanitaria para la toma y custodia de muestras, que ayude a los médicos forenses a implementar "una actuación pericial de calidad y estandarizada, respetuosa con la víctima e incorporando los avances tecnológicos y ético-legales en la recogida, conservación, envío e investigación de indicios biológicos", según ha explicado la ministra de Justicia, Pilar Llop. El protocolo se puede poner en marcha incluso aunque la víctima no quiera denunciar, algo que hasta ahora era inviable.

El nuevo protocolo se completa con un kit de toma de vestigios biológicos, que es un conjunto de utensilios y productos para mejorar la calidad de los análisis de muestras de la mucosa oral u otras que se tomen a víctimas o investigados y se envíen al laboratorio. Y es que las violaciones bajo sumisión química constituyen uno de los delitos más difíciles de perseguir porque la víctima no suele recordar nada de lo sucedido y los agresores suelen usar sustancias en dosis bajas -o aprovechar las que han tomado las víctimas- cuyo rastro dura poco tiempo, con lo que son difíciles de encontrar si la víctima no denuncia inmediatamente o en los días posteriores.

Un tercio de las violaciones

Pese a ello, los datos existentes apuntan a que un tercio de las violaciones se producen bajo los efectos de la sumisión química, según las muestras analizadas por el Instituto Nacional de Toxicología en los últimos cinco años. Atendiendo en concreto a los datos del 2021, los forenses tuvieron conocimiento de 3.001 agresiones y en 994 se realizaron análisis dado que la víctima presentaba confusión o inconsciencia y el resultado sobre la presencia de alcohol, drogas o fármacos sedantes o ansiolíticos fue positivo en el 72% de los casos.

Estos datos implican que la sumisión química estuvo presente en una de cada cuatro violaciones. Pero, teniendo en cuenta los datos recopilados en el último lustro, el porcentaje sube a una de cada tres y podría ser mucho mayor dado que muchas víctimas no denuncian y ni siquiera acuden a un centro sanitario.