La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ciencia

Así era 'Meraxes gigas', el nuevo dinosaurio con nombre de dragón

El depredador, que toma su nombre de uno de los dragones del universo de 'Juego de Tronos', ha sido descubierto en Argentina

Representación artística de un ’Meraxes gigas’, el dinosaurio carnívoro gigante descubierto en la Patagonia argentina. Carlos Papiolo

El protagonista de esta noticia vivió en las tierras que hoy conocemos como el norte de la Patagonia. Medía unos 11 metros de largo y pesaba más de cuatro toneladas. Era uno de los depredadores más grandes de su época. Murió a los 45 años, pero sus restos, tras millones de años sepultados, han salido ahora a la luz para recuperar su legado. Así arranca el resurgir del 'Meraxes gigas', la nueva especie de dinosaurio gigante descubierta en Argentina que, según aseguran los expertos, supone uno de los hallazgos paleontológicos más fascinantes del año.

El recién desenterrado dinosaurio ha sido bautizado con el nombre de 'Meraxes' en honor a uno de los dragones del universo de 'Juego de Tronos' y con el apellido 'gigas' para, cómo no, dejar constancia del enorme tamaño del animal. La historia de este fascinante animal prehistórico se ha reconstruido gracias al hallazgo de un conjunto de restos fósiles sorprendentemente bien conservados que, una vez recuperados, han pasado por el escrutinio de un grupo de investigadores liderado por Juan Ignacio Canale, del laboratorio del museo 'Ernesto Bachmann'.

Reconstrucción del esqueleto del dinosaurio en el que se muestran, en color blanco, los restos identificados. Jorge A. González

Los vestigios, que pertenecieron a un mismo individuo, incluyen un cráneo casi completo (a excepción de la mandíbula), varios fragmentos de vértebras cervicales y dorsales, una parte de la pelvis, del fémur, la tibia y el peroné y, finalmente, todo el brazo derecho articulado. Gracias a estas reliquias, el equipo de investigadores liderado por, pudieron reconstruir el rastro de este animal.

Una de las características más sorprendentes del 'M. gigas', apuntan los investigadores, se reflejaba en su cráneo. La cabeza del dinosaurio estaba decorada con crestas, surcos, protuberancias y pequeños cuernos. Los expertos creen que estos "ornamentos" debían ser un rasgo típico de los individuos adultos y que, probablemente, eran un señuelo para atraer a potenciales parejas sexuales. "La selección sexual es una poderosa fuerza evolutiva. Pero dado que no podemos observar directamente su comportamiento, es imposible tener certeza al respecto", señala Canale en relación a esta hipótesis.

Gran depredador de brazos cortos

La reconstrucción del 'Meraxes gigas' también dibuja un curioso paralelismo entre este recién desenterrado dinosaurio y otro de los grandes depredadores del cretático, el 'Tiranosaurus Rex'. En ambos casos, estos animales destacaban por ser verdaderos gigantes carnívoros de cuerpo enorme y brazos (desproporcionadamente) pequeños. Esta similitud morfológica, que a priori podría parecer una simple curiosidad, apunta a una conclusión interesante sobre la evolución de estas animales.

Excavación del sitio arqueológico donde se han hallado los restos del 'Meraxes gigas'. Apesteguía

Según desvelan los análisis filogenéticos, los 'M. Gigas' y los 'T. Rex' no comparten ningún tipo de parentesco directo. Es más. Parece que ambos dinosaurios están muy alejados en el árbol evolutivo. Ni siquiera coexistieron en el mismo periodo, pues el dinosaurio argentino se extinguió casi 20 millones de años antes de que surgieran los 'T. Rex'. ¿Entonces cómo puede ser que ambos dinosaurios compartieran un rasgo tan característico y tan poco frecuente en otras especies? Los expertos plantean la siguiente explicación.

"Tener brazos diminutos debió proporcionar a estos dinosaurios algún tipo de ventaja de supervivencia"

decoration

En primer lugar, todo apunta a que los 'M. Gigas' y los 'T. Rex' desarrollaron brazos pequeños de manera independiente el uno del otro. Es decir, que se trata de una característica que cada especie desarrolló por su cuenta. En segundo lugar, para intentar explicar el porqué de esta peculiaridad, los científicos apuntan sugieren que "tener brazos diminutos debió proporcionar a estos dinosaurios algún tipo de ventaja de supervivencia".

Esta hipótesis abre la puerta a especular con que, por ejemplo, esos diminutos (pero musculados) bracitos podían servir para fines reproductivos. "Como para sostener a la hembra durante al apareamiento", explican los expertos. "O para ponerse en pie después de una caída", añaden. Sea como sea, parece que no es casualidad que los grandes depredadores de la prehistoria tuvieran grandes cuerpos y brazos pequeños. Aunque todavía no sepamos cuál era su función exacta, está claro que de algo debían servir.

Compartir el artículo

stats