La pobreza infantil en España, la salud mental, los peligros de Internet o las consecuencias de la guerra de Ucrania con algunas de las preocupaciones actuales del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en España. Chema Vera (Madrid, 1965), nombrado director ejecutivo de la organización en 2021, ha hablado con LA NUEVA ESPAÑA sobre estos retos y sobre las últimas leyes aprobadas en relación con la infancia.  

-¿Qué balance hace de este primer año como Director Ejecutivo de UNICEF?

-Ha sido realmente interesante e intenso. No había trabajado en la causa de infancia de una forma específica y confirmo que defender los derechos de los niños es indispensable y que requiere toda la atención e inversión posible. La organización UNICEF tiene reconocimiento y capacidad internacional, lo lleva demostrando desde hace mucho tiempo en muchas crisis humanitarias, y es un honor formar parte de ella. Tenemos un equipo profesional y voluntario de una calidad muy alta.

-¿Cuáles son las principales líneas de interés que UNICEF tiene de cara a los próximos años y qué desafíos se plantea?

-Básicamente, los derechos de la infancia se vuelvan absolutamente prioritarios en la vida político-social española. Que ganen peso e importancia, que haya una implementación efectiva de las leyes de infancia y que aumente la financiación para resolver la problemática de la pobreza y la exclusión infantil. Esto son prioridades históricas para UNICEF, pero también emergen prioridades nuevas. Además del ámbito digital (que contemplamos tanto en la brecha digital entre niños, los peligros de internet y las adicciones), nos preocupa especialmente el tema de la salud mental en la infancia y adolescencia, en el que detectamos una brecha tanto en la prevención como en la atención.

-Han publicado, de hecho, un amplio estudio sobre los riesgos del entorno digital en la infancia.

-Sí.. En relación con los derechos digitales, desde UNICEF trabajamos en tres ejes. En primer lugar, las brechas digitales: que todos los niños puedan tener acceso a la red para que eso no determine su oportunidad educativa. Por otro lado, la protección ante los peligros de Internet, como el acoso sexual o el ciberbullyng. Y por último, el mal uso de las pantallas, es decir, las adicciones. Es todo muy reciente porque avanza muy rápido, pero para UNICEF ahora mismo es un tema absolutamente crítico. En noviembre del año pasado publicamos un informe de tecnología para el que contamos con adolescentes de entre 11 y 17 años para saber cómo se sienten en relación con Internet. Queremos también proporcionar acompañamiento a padres y madres para resolver todas sus dudas con respecto a estos temas y que sepan como acercarse a sus hijos sobre los riesgos y el mal uso de la red.

"Confiamos que la ley de infancia sirva para catalizar otras voluntades políticas y conseguir nuevas financiaciones"

-La semana pasada fue presentado por el Gobierno el Plan de Acción Estatal para la implementación de la Garantía Infantil, que todos denominan la "ley de infancia". ¿Cuál es su opinión al respecto?

-En España hay una alta tasa de pobreza infantil, somos el cuarto país de Europa, con un 30% de niños en riesgo de pobreza. Por tanto, es un gran desafío en nuestro país solucionar este problema, que requiere de una intervención de una gran dimensión, y este Plan es un buen comienzo para ello, porque plasma una financiación adicional para programas de infancia. UNICEF ha estado en el diagnóstico y vamos a hacer un seguimiento. Es una muy buena iniciativa y tenemos muchas esperanzas puestas en ella, porque confiamos que sirva para catalizar otras voluntades políticas y conseguir nuevas financiaciones a otros sectores que también afectan directamente a la situación de la infancia, como la vivienda, el empleo, la sanidad o la educación. 

-Ahora mismo la estimación es que hay 2,6 millones de niños en riesgo de pobreza en España. ¿Cómo ha llegado el país a tener una cifra tan elevada?

-Es muy grave que un país desarrollado como España y con una capacidad económica fuerte no haya logrado enfrentar la pobreza infantil, debería ser el primer tema de la agenda política y titular en los medios de forma continua. Se toman medidas pero no con la determinación necesaria para hacer que esas cifras bajen. Hay todavía una débil inversión y una débil protección social (poco más del 3% del sistema de protección español se dedica a infancia) que hace que seamos de los países con menor capacidad de reducción.

-¿Cree que este nuevo plan va a ser efectivo para reducir esta cifra?

-Bien dirigido, este Plan puede tener impacto. Ahora la responsabilidad está en manos de las Comunidades Autónomas, ya que la mayoría de políticas que el plan aborda están descentralizadas, por lo que depende de cada una de ellas conseguir implementarlo con eficacia. Pero sí que tiene el potencial, es un inicio para luchar de forma conjunta contra la pobreza infantil y aumentar la inversión en este tema, algo que desde UNICEF siempre hemos tratado de conseguir.

"Es muy difícil salir de la trampa de pobreza si no existe un respaldo social y público"

-¿Cuál es el perfil de esas familias en riesgo de pobreza?

-Se concentra sobre todo en hogares monoparentales o monomarentales, con más de un hijo y con una calidad de empleo baja que conlleva una capacidad para los cuidados baja. Si es migrante tiene un añadido más de probabilidad, ahí hablamos de cifras mayores. 

-¿Cree que en la sociedad actual se está generando cada vez más fractura entre las clases medias-altas y las bajas?

-Hay una brecha entre la situación de la media de familias españolas y las familias que están en la pobreza o en riesgo. Además, existe el peligro de que esa situación se cronifique en dichas familias por no tener mecanismos desde las instituciones para recuperarse. Entran en la denominada trampa de pobreza de la que es muy difícil salir si no existe un respaldo social y público. El último dato de la Encuesta de Condiciones de Vida es muy revelador: la pobreza general empeora un 0,8% y la pobreza infantil casi el doble, un 1,5%. Es un aviso de que estamos fallando en la atención y en la dedicación a la infancia. 

-¿Cuáles son los cambios más importantes introducidos por la Ley de Protección de la Infancia contra la Violencia (LOPIVI), en cuya elaboración participó activamente UNICEF?

-En la LOPIVI es muy importante el aspecto de la prevención, desde UNICEF aportamos una guía para que en los diferentes niveles haya figuras que intervengan en esa detección precoz. La ley refuerza el concepto de que es muy necesaria una mayor protección de los niños contra la violencia en cualquiera de sus formas, porque intervenir cuando la violencia ya se ha producido es tarde. Esta ley ayuda a desarrollar un entorno social más protector y fomenta una coordinación intersistemas. Además, pone el énfasis en la necesidad de cambios en el tratamiento jurídico y legal de todos estos casos.

-¿Cuáles son las debilidades que todavía observa en esta ley?

-Las debilidades no están en la propia ley, que es buena, sino en que la implementación no se haga con la determinación y la urgencia que se requiere.

"La guerra de Ucrania tiene un efecto sistémico que afectará a los niños españoles"

-El mundo está en la actualidad condicionado por la guerra de Ucrania. ¿Qué repercusión puede tener en los niños españoles la inflación que estamos viviendo?

-La infancia que más sufre siempre es la que se queda bajo las bombas, pero no cabe duda que la guerra de Ucrania está teniendo un efecto sistémico que acabará afectando a los niños de nuestro país. La inflación actual del 10% puede provocar que las familias en riesgo caigan en la pobreza y la exclusión, con una privación material severa. La infancia vulnerable se verá especialmente afectada por las consecuencias de esta crisis.

-¿Toda esa oleada de niños refugiados ucranianos que llegaron a España desde que estalló la guerra, están ahora mismo bien atendidos y controlados?

-La respuesta de la sociedad española fue de una gran solidaridad con un componente espontáneo muy fuerte, también aportando fondos para las organizaciones humanitarias como UNICEF, y desde aquí lo agradecemos. Valoramos positivamente la respuesta europea y española a los refugiados y en especial a la infancia que ha huido de la guerra. Se activó una protección muy rápida que nunca se había hecho, fue inaudita y se ha probado que se puede hacer. Por tanto, se podría utilizar en otras situaciones de conflicto armado, porque ha acelerado todos los trámites para que la gente pueda encontrar asilo o refugio. Ahora, el reto es la estabilización tanto de las familias de refugiados como de las familia que han acogido niños ucranianos. Hay que facilitar la inserción laboral y ofrecerles una protección social expresa, para que no acaben en una situación precaria.