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Asturias exporta talentos

Manuel Bagüés: "La reacción al problema demográfico llega cuarenta años tarde"

"Hemos conseguido una variante que acorta 45 minutos el viaje a Madrid, pero no conseguimos encontrar dinero para fomento de la natalidad"

Manuel Bagüés.

Manuel Bagüés (Warwick, Reino Unido). Catedrático de Economía en la Universidad de Warwick, se define como un «culo moyáu por nacimiento y carbayón por crianza». Se fue de Asturias hace 25 años para hacer el doctorado en Economía en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y acabó en Inglaterra tras pasar por Italia, Madrid, Finlandia y Estados Unidos. Y un dato muy importante: «Padre de un nenín que se llama Antón».

Manuel Bagüés, catedrático de Economía en la Universidad de Warwick, iba tan pancho a los 4 o 5 años por delante del chalé de Concha Heres en Oviedo camino del kiosco de Olegario, donde sus padres compraban a su hermano y a él un tebeo los sábados. Estaba jugando "con un cochecito por encima de la barandilla y se me cayó al otro lado de la valla. Seguramente ahí sigue el cochecito, donde el Banco de España". Podría ser una señal: viajar y economía.

Por partes: "Quizá lo que más me ha enriquecido sea la movilidad geográfica. He pasado seis años en Barcelona, seis en Madrid, cinco en Finlandia, tres en Italia, dos en EE UU, y llevo cuatro en Inglaterra. Espero haber aprendido algo del entusiasmo de los americanos, del seny catalán, el sisu finlandés, el amor por la dolce vita italiano, el sentido del humor de los ingleses, y la capacidad integradora de los madrileños. Este background también se refleja en nuestros usos lingüísticos en casa, donde hablamos a diario en cuatro idiomas distintos. Mi mujer es rusa, pero hablamos entre nosotros en italiano porque nos conocimos en Italia; con nuestro hijo Antón, que nació en Finlandia, yo hablo en castellano y mi mujer en ruso, y cuando tenemos invitados cambiamos todos al inglés".

Manuel Bagüés: "La reacción al problema demográfico llega cuarenta años tarde"

Pasamos a los capítulos económicos: "Asturias tiene dos graves problemas que vienen ya desde hace 40 años, la fertilidad es muy baja y no somos una región atractiva para los inmigrantes, ni nacionales ni internacionales". La crisis demográfica "supone una tragedia tanto desde el punto de vista colectivo como desde el punto de vista individual. Según la última encuesta de fecundidad realizada por el INE, el 28% de las asturianas de entre 40 y 55 años no ha tenido hijos, a pesar de que a dos terceras partes de ellas le habría gustado tenerlos. Y a la mitad de las mujeres que han tenido un hijo le habría gustado tener más. Como sociedad, es un fracaso brutal. Hemos conseguido persuadir al Gobierno central para que dedique 4.000 millones a una variante que nos acorta 45 minutos el viaje a Madrid, pero no conseguimos encontrar dinero para las políticas de fomento de la natalidad. Por hacernos una idea de las magnitudes, con el dinero de la variante de Pajares tendríamos 40.000 euros para cada asturiano que naciera en los próximos 20 años".

Naturalmente, "no hay una única solución mágica, pero sí ayudaría una batería de medidas paliativas. Sin ir más lejos, podríamos seguir el ejemplo de Finlandia, que sufraga tres ciclos de fecundaciones in vitro a todas las mujeres en cualquier entidad pública o privada. Así se evitaría la lista de espera que hay en Asturias. También serían útiles todas las medidas que disminuyan el coste de criar a los hijos. En Finlandia, por ejemplo, las familias reciben primero un año de baja parental remunerada, y a continuación guardería gratis o, si lo prefieren, una ayuda de 350 euros mensuales hasta los tres años. No es necesario que sean guarderías públicas, lo importante es que las familias reciban un bono y lo usen como ellas prefieran".

Asturias y España "pueden estar cayendo en un círculo vicioso en el que el votante medio es cada vez más anciano (¡en Asturias el votante medio tiene 52 años!), y dedica menos atención a las políticas de ayuda a las familias, y en cambio está más interesado en que se suban las pensiones, que se comen ya el 37% del gasto público, y otras partidas que le afectan directamente".

La aspiración de Asturias "debería ser convertirse en un polo de atracción del talento foráneo. Por ejemplo, desde una óptica universitaria, tenemos que hacer lo posible para que los Gustavo Bueno, Javier Fortea, José Barluenga o Carlos Lopez-Otín del futuro quieran venir a Asturias. También es una buena idea aprovechar el capital humano asturiano que está fuera para colaboraciones puntuales".

Asturias ofrece "una calidad de vida muy alta. Tiene una naturaleza espectacular, gente muy acogedora y un capital humano elevado. Tradicionalmente una de sus desventajas era el mal tiempo, pero con el calentamiento global sospecho que cada vez será menos problema. Al mismo tiempo, laboralmente las posibilidades que ofrece Asturias son limitadas y tiene una población muy envejecida y poco internacional".

Una forma de resolver este doble problema "sería, quizá, potenciar la Universidad, pero esto requeriría una nueva gobernanza y más recursos. Otro elemento clave en el futuro será la calidad de la educación Primaria y Secundaria. Los trabajos son cada vez más móviles, lo que atará a las familias a un lugar en particular es que haya buena calidad de vida y tengan buenas escuelas para sus hijos".

Se necesitan mejores instituciones: "El caso del ‘centollu’ de Calatrava es revelador. El problema no es tanto el resultado final, un costoso disparate arquitectónico que ha arruinado para siempre el skyline de Oviedo, sino el proceso que nos llevó hasta allí. Es una decisión demasiado importante como para confiar en el gusto arquitectónico del alcalde de turno. Otro tema importante es la necesidad de que las nuevas generaciones hablen inglés".

Es necesario reformar una Universidad que "hace mucho con muy poco, pero que necesita desesperadamente una nueva gobernanza, más presupuesto y abrirse al exterior. El cambio de gobernanza debe asegurar que la Universidad rinda cuentas a la sociedad, no a sus miembros. Y al mismo tiempo que se mejora la rendición de cuentas, hay que dar a la Universidad más autonomía para que se potencien los departamentos que lo hacen mejor y, dentro de cada departamento, se recompense a los miembros más valiosos".

"Si queremos talento", subraya, "hay que pagarlo. También sería conveniente un mayor presupuesto. Esta receta es conocida (+ rendición de cuentas + autonomía y + presupuesto) y ha sido repetidamente recomendada por los expertos, el problema es cómo convencer al paciente para que se tome la medicina".

Consejo a los políticos, atiendan: "Que no se enreden con debates identitarios, hay otras prioridades. Yo soy un enamorado de la cultura y la lengua asturiana, pero no nos podemos permitir el lujo de introducir barreras a la meritocracia y a la llegada de gente de fuera. Tenemos que aspirar a ser una sociedad abierta y acogedora".

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