"A los que nunca habíamos venido a Lorient su nombre nos llevaba a identificarlo como el festival intercéltico más importante del mundo; pero cuando se le ponen números se ve realmente su magnitud. Por eso he querido estar aquí".
El presidente Adrián Barbón se mostró ayer admirado del gran evento en torno a la cultura celta que la localidad de la Bretaña francesa ha logrado armar con los años. Y, por eso, pensando que "aquí se reúnen 800.000 personas, y se televisa una ‘gran parada’ –el desfile dominical de todos los grupos participantes en el festival– que tiene una media de 1,5-2 millones de telespectadores", el presidente Barbón consideró que el hecho de que Asturias abriera ese desfile con su bandera bien se merecía una consideración y un traje de gala. "Hacía mucho que el Principado no era el territorio homenajeado en Lorient", dijo, satisfecho de que eso le haya dado la oportunidad de ser "el primer presidente del Principado que viene aquí". Y de hacerlo, hacerlo bien: "vestido con la capa de honor asturiana y la montera, lo más simbólico de nuestras tradiciones".
El presidente tuvo una jornada completa de actos empezando por el recibimiento en el Ayuntamiento de Lorient, con el saludo con el Alcalde de la ciudad, Fabrice Loher –a quien Barbón obsequió con un arca de madera grabado con la Cruz de Asturias–; siguió con el paso por la exposición "Llabor", de Ricardo Villoria; luego presentando la Sidra Denominación de Origen Protegida y, finalmente, disfrutando del concierto "Horizons Celitques", en el que participaron la Banda Gaites Llacín y el Grupo Folclrórico Trebeyu.
"Desde el punto de vista del impacto turístico este festival puede suponer un gran impulso para Asturias que seguro tendrá su reflejo en los próximos meses. Aquí hay miles de personas probando la sidra regional, para eso hemos traído 2.500 litros, y empapándose de nuestra cultura", recalcó.