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Susana Lastra Organista, cierra el ciclo de órgano de Villaviciosa

"Tengo dos amores y uno es el órgano de Valdediós, que cuido e intento que siga vivo"

"Iba para pianista, pero este instrumento me llenó por completo; es muy creativo y con muchos colores: una maravilla"

Susana Lastra, junto al órgano de los Venerables. | Susana G. Lastra

Susana García Lastra (Villaviciosa, 1964) es directora artística del Ciclo de Órgano de Villaviciosa. También es organista y su actuación en el Monasterio de Santa María, hoy a las 20.30 horas, clausura el XI Ciclo de Órgano de Villaviciosa, en una actuación en la que comparte escena con el trompetista José Forte Ásperez. Un ciclo que mantiene la consolidada línea de las ediciones anteriores y ha visto reforzado su carácter internacional con la presencia de dos músicos extranjeros. Y con programas centrados en la música barroca de los siglos XVI, XVII y XVIII pero sin renunciar a obras de música contemporánea que hacen ver que el órgano sigue en activo tanto a nivel de interpretación como de composición.

–¿Cómo empezó a tocar el órgano?

–Yo iba a estudiar la carrera de piano, llevaba en el conservatorio desde los ocho años. En Villaviciosa, que es donde nací, había un coro parroquial que necesitaba a alguien que tocase el órgano. Era un coro masculino y el cura, que era el que tocaba el órgano, ya era mayor y estaba cansado. Como era la única chica que estaba estudiando piano me dijo que me acercase a la parroquia a ver si me gustaba la experiencia. Desde aquel momento cerré el piano y me dediqué completamente al órgano. Es un instrumento que me llenó completamente, tiene muchas posibilidades, es muy creativo y con muchos colores; es una maravilla.

–Fue entonces cuando cambió la carrera de piano por la de órgano.

–Empecé la carrera de órgano en Asturias y después me fui a Sevilla a terminar. En aquel entonces, en España había poca actividad musical en torno al órgano y allí encontré mucha. Terminé piano, pero empecé la carrera de órgano paralelamente a la de Filología hispánica. En Sevilla encontré un foco organístico inesperado en aquel momento porque había ciclos con mucha antigüedad y órganos interesantes.

–Apenas se conocen mujeres organistas.

–La tradición ha sido que los hombres han estado más cercanos a este instrumento; pero también los órganos directivos importantes están en manos de hombres, hay pocas mujeres en puestos destacados. Sobre todo, tenemos un referente que es Montserrat Torrent i Serra. No es titular de ningún órgano pero nos ha formado a casi todos los organistas profesionales de España y, a sus 96 años, sigue dando conciertos. Cambió el mundo del órgano y la figura femenina abriéndonos el camino a todas. Es la gran dama del órgano y una gran profesora. En su época era muy complicado que la mujer tuviera ese protagonismo.

Susana Lastra junto al órgano del Hospital de los Venerables de Sevilla, del que es organista titular | Susana G. Lastra OLYMPUS DIGITAL CAMERA

–Es usted una de las únicas cinco organistas titulares que hay en España.

–Tengo dos amores: el órgano de Valdediós, al que cuido e intento que siga vivo; y el órgano del hospital de los Venerables, Sevilla. Este órgano se construyó en 1991 y me acompañó en mi evolución musical, es uno de los mejores instrumentos de Europa para la interpretación de la música barroca. Cumplí el sueño de ser titular del órgano de los Venerables, hay pocas mujeres en España con una titularidad de un órgano importante.

–¿De qué se encarga un organista titular?

–Ser titular significa mucho para un organista. Te ocupas de diseñar las actividades en torno al órgano, programas la actividad musical en torno a él: los ciclos y conciertos. Puedes desarrollar una dirección artística de lo que quieres que se haga en ese órgano y el honor de ser su organista. Tienes a tu disposición un instrumento muy bello.

–Esta es la undécima edición del Ciclo de Órgano de Villaviciosa. ¿Cómo surge el proyecto?

–Tenía mucha ilusión en hacer algo en Valdediós relacionado con el órgano. Lo conocí sin restaurar y recuerdo ir pisando los tablones porque estaba lleno de agujeros; después viví su restauración en 1985. La mejor forma de cuidar y proteger un órgano es programando un ciclo de conciertos para que diferentes artistas lo toquen. Presenté el proyecto musical a la Fundación José Cardín Fernández y me dijeron que adelante. Cuando empezamos había poco público, menor número de conciertos, solo artistas nacionales... Ahora, con muchos años de esfuerzo, hemos conseguido crear un entorno musical alrededor del órgano consiguiendo llenar de público todos los conciertos e invitando a artistas internacionales como el esloveno Stanislav Šurin y el italiano Olimpio Mediori.

–¿Qué podremos ver en la actuación de clausura?

–Aunque la programación musical se centra en los siglos XVII y XVIII debido a que el año de creación del órgano de Valdediós fue el 1713, esta edición da continuidad a un espacio para la música de cámara. Junto con el trompetista José Forte Ásperez formo el dúo protagonista de la clausura. La trompeta aparece como un tubo más del órgano y el empaste es muy bueno. El concierto alberga seis obras a dúo y cuatro para el órgano como instrumento solista para que se pueda escuchar la potente sonoridad, ya que con la trompeta me adapto a lo que necesita el otro instrumento y disminuyo la intensidad del sonido.

–¿Cómo ve la iniciación en el órgano por parte de los más jóvenes?

–El órgano siempre ha sido un instrumento minoritario, es complejo y está situado en sitios de acceso complicado, sobre todo si hay culto. Los organistas tenemos que ser capaces de adaptarnos en cada concierto a un órgano distinto, hemos de ir con antelación a conocer el instrumento y hacernos a sus características, a sus sonidos particulares. Por ejemplo, el de Valdediós tiene un teclado y el de Sevilla cuatro con pedalero. Exige una gran capacidad de adaptación y no todos los jóvenes están dispuestos a ello, es más fácil tocar un instrumento que puedes estudiar cuando quieras y en casa.

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