Fue hospital de guerra y un referente para los heridos en el frente de Asturias. En pocos meses volverá a reabrir sus puertas como centro termal de Galicia. Se trata del balneario de Guitiriz, ubicado en Lugo, cuyos propietarios –la cadena Iberik Hoteles, con capital 100 % español–, están impulsando las obras de adecuación con el objetivo de reabrirlo a lo largo del primer semestre de 2023.

La compañía, que adquirió el centenario complejo el pasado año, va a destinar 8,5 millones de euros para poner a punto las instalaciones de "uno de los referentes en turismo de salud a nivel europeo", y que en breve se sumará a la propuesta turística de la empresa.

El Gran Hotel Balneario de Guitiriz está situado a medio camino entre A Coruña y Lugo, y sus instalaciones albergan más de 40 hectáreas de superficie ubicadas en entorno natural muy destacado. El edificio del Balneario, con 3.910 metros cuadrados, incluye la piscina termal –con una superficie del vaso de 241 m²–, además de una zona de playa y área termolúdica que comunica con la zona de solarium interior.

La capilla y la fuente de San Juan, con una superficie de 206 metros cuadrados, son los orígenes del Balneario de Guitiriz. Aunque la utilización terapéutica de las aguas minero medicinales de Guitiriz data del siglo XVII, fueron analizadas por primera vez a mediados del siglo XVIII.

En marzo de 1902, las aguas de la Fuente de San Juan de Lagostelle fueron reconocidas por decreto del Consejo de Sanidad y declaradas de utilidad pública debido a sus características. La fama de estas aguas llevó a la construcción del hotel, un edificio modernista original, fundado en 1908 pero que no fue explotado hasta 1912, y funcionaba como alojamiento de apoyo a los usuarios de las aguas termales.

Además, las instalaciones cuentan con una mezquita de 35 metros cuadrados, cuya construcción se debe, precisamente, a ese uso que tuvo en la Guerra Civil como hospital. Entonces lo denominaron Enfermería Indígena de Guitiriz, y además de recibir heridos principalmente del frente de Asturias también se distinguía porque muchos combatientes heridos eran de origen musulmán.