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El palacete de indianos La Atalaya, de Ribadesella, se adorna de boda para Ana Bances y Ramón Córdoba

El enlace de la veterinaria ovetense y el bilbaíno llenó de vida y festejos el enclave

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El palacete de indianos La Atalaya de Ribadesella, escenario de la boda de la ovetense Ana Bances y el bilbaíno Ramón Córdoba Julia Quince

Al Palacio de la Atalaya o casona de L’Atalaya, de Ribadesella, han vuelto las bodas. Algún testimonio documenta que ya en los años 30 del siglo pasado se tomaron fotos nupciales en la casa, construida a comienzos del XX por encargo de Asunción Valle, viuda del indiano Vicente Villar del Valle, que hizo gran fortuna en Cienfuegos (Cuba) y llegó a ser un importante benefactor de Ribadesella.

La novia saliendo del palacete con su hermano Juan Bances. | | J. Q.

Pero posiblemente aquellas de antaño fueron celebraciones sin ceremonia de casamiento intramuros, ni estampas tan bonitas como las que esta vez han podido hacerse en el enlace de la veterinaria ovetense Ana Bances Pérez y el bilbaíno Ramón Córdoba Díaz de Laspra, administrador de empresas y patrimonio familiar.

Su enlace civil este domingo, en presencia de 125 invitados, estaba preparado al detalle y con la ilusión que sólo una novia le puede poner a algo así. Del brazo de su hermano, Juan Bances Pérez, y con su futuro marido esperándola casi al pie del Cantábrico y al borde de los acantilados del Infierno, la novia hizo el paseíllo del jardín de La Atalaya luciendo un diseño de la casa catalana Jolancris. Un vestido que por la tarde cambiaría por otro especial de la firma Santa Pipi, al frente de la cual está su propia sobrina. El novio, para la ocasión, escogió un traje de Carolina Herrera que era una apuesta segura.

Ejerció de madrina del enlace la madre del novio, la riosellana María Elena Díaz de Laspra, viuda de Lorenzo Córdoba, a cuya familia precisamente está vinculada la casona indiana desde hace décadas, así como otras propiedades en la zona del oriente asturiano. Los actuales dueños, pese a no ser los propietarios originales de La Atalaya, han mantenido la propiedad en perfecto estado, siendo una de las joyas inmobiliarias de Ribadesella.

El grupo «La Madreña» de Llanera. | J. Q.

Y sin perder detalle estaba la madre de la novia, María Concepción Bances Pérez, Chiti Bances como la conocen los más cercanos, viuda de Juan Luis Pérez López. Como tampoco los perdía Jonathan Hevia, el fotógrafo riosellano encargado de inmortalizar todo lo que iba sucediendo. Suyas fueron algunas sugerencias decorativas que no pudieron entusiasmar más a los novios, como reproducir en la escalinata principal de la casa las populares escaleras de color de Ribadesella -obra precisamente de Hevia- y sus frases de motivación escogidas para este día. Otra parte de la decoración, la floral, la dejaron en las manos de Anastasia&Sebastien que creó una ambientación natural acorde al singular espacio, e incluso rincones especiales para sorprender a los presentes. Por lo que respecta al bufé, este fue cosa de Nacho Manzano, que presentó a los invitados toda una variedad de productos y de recetas pasadas por el filtro asturiano, desde verdinas con marisco a pitu caleya y otras delicias.

Nadie parecía acusar la "preboda" que se había organizado un día antes para que la fiesta nupcial de Ana Bances y Ramón Córdoba fuera completa. Y hubo fuerzas para que todos los invitados, fundamentalmente de Oviedo, Gijón y Bilbao, disfrutaran hasta última hora.

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