El párroco de la localidad de San Pedro (Albacete), Óscar Robledo, afirmó en la homilía del domingo pasado que las parejas del mismo sexo "no son queridas por Dios" y que no está "obligado a aceptar" su forma de vivir, lo que ha despertado la indignación de colectivos LGTBI que rechazan categóricamente el "grave ataque" de sus palabras.

"No se juzga ni se acusa, ni se señala, ni se rechaza a la persona, pero su forma de vivir, esos criterios que se van desarrollando, nosotros no estamos obligados a aceptarla", aseguró Robledo en su discurso de la misa del domingo, a lo que añadió que cada persona es "libre" en sus acciones, lo que "no quiere decir que tengan que ser aceptadas como algo normal, como lo correcto", según su opinión.

El sacerdote cargó también contra lo que denominó "ideología de género" y el lenguaje inclusivo: "El detalle que a mí me parece contradictorio es que ese lenguaje rechaza a los otros. Ya no hay que decir todos y todas, sino todes. Entonces no es inclusivo, es excluyente", consideró.

"Hay cosas que no pueden ser aceptadas y nosotros las vamos asumiendo poco a poco como algo normal, como algo de la realidad, como algo querido por Dios. Por ejemplo, la situación de parejas del mismo sexo", manifestó Robledo, en tanto opinó que "una cosa es que sea común y otra cosa es que sea normal o querido por Dios".

Estos comentarios homófobos han sido duramente criticados por asociaciones y colectivos LGTBI de la región, que en un comunicado han considerado que las palabras del cura pretenden "desviar la mirada de sus feligreses de todos los casos de abusos sexuales a menores que se están destapando en el seno de la Iglesia Católica".

En la misiva, suscrita por numerosos colectivos, como Quorum+ y la Red Feminista de Albacete, explica que, a través de un texto bíblico, el cura promulgó en la homilía un discurso "de odio contra la dignidad de las personas LGTBI", en el que animó a la "no aceptación del matrimonio y relaciones homosexuales".

Las asociaciones han destacado que el sacerdote "decidió que un lugar de culto religioso era un estupendo sitio para hablar sobre ideología de género" y han señalado que, además, el párroco catalogó el lenguaje inclusivo como algo "excluyente" y relacionó a la comunidad LGTBI con la "pedofilia".

Las entidades firmantes han defendido que este sermón es "un ataque grave" a la convivencia entre personas de diferentes orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género, así como "una forma malintencionada" de asociar sexualidades concretas a la pederastia.