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Tendencia que se consolida

El regreso al rural dispara a su máximo en 13 años la venta de fincas rústicas: 26 al día

Los concellos pequeños ganan una población que contribuye a que la compra de parcelas, casas o granjas crezca un 30% hasta 9.625 | Pontevedra lidera la tabla con un 42% más

Fincas y casas en el rural. NOE PARGA

Casas en terrenos familiares, fincas para plantar árboles y tratar de rentabilizar el incremento del precio de la madera o cualquier tipo de vegetales, galpones, granjas o antiguas explotaciones en medio del monte. El regreso poblacional al rural gallego ha generado la mayor cifra de compraventa de fincas rústicas en 13 años a lo largo de 2021, una tendencia que parece consolidarse durante el primer semestre de este ejercicio. El año pasado en Galicia se cerraron 9.625 traspasos de este tipo de propiedades, un 30% más que en 2020, el año del estallido de la pandemia de COVID-19.

Esa crisis sanitaria sin precedentes, que impuso un confinamiento en 2020 de tres meses, parece haber causado una mayor atracción por los espacios abiertos y mayor libertad que ofrecen los entornos rurales, frente a un espacio urbano con precios de la vivienda disparados, a pesar del récord de ventas.

Los concellos gallegos que no superan los 5.000 habitantes ganaron vecinos durante el año pasado, registrando 4.000 habitantes más, mientras que la población de toda la comunidad retrocedía un 0,23% y las áreas urbanas perdían también 7.855 residentes, según las cifras recogidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En ese contexto, el deseo de fincas rústicas creció hasta el punto de batir los registros de los últimos 13 años. Se traspasaron 9.625 el año pasado, 2.229 más que en 2020, lo que supone un crecimiento del 30% y superar una barrera, la de los 9.000 que nunca se había cruzado. Se trata de una media de 26 cada día y el mayor dato desde los 11.224 traspasos de 2008, el último año antes de que llegase a España la crisis financiera global desencadenada por la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers.

Estas transacciones se refieren a todo tipo de parcelas situadas en zonas rurales, como viviendas antiguas, terrenos dedicados a cultivos, edificios destinados a usos agrícolas o directamente explotaciones del sector primario.

Segundas viviendas

En los terrenos calificados como suelo rústico podían construirse viviendas en el pasado si se contaba con una superficie mínima, algo que luego se prohibió. A finales de 2018, sin embargo, la Xunta aprobó cambios normativos para facilitar esas construcciones y así favorecer que el rural captase más población.

Un cambio en el reglamento de desarrollo de la Lei do Solo permite construir casas en terrenos agrarios destinados a una segunda vivienda familiar o a acoger vigilantes o temporeros durante una parte del año, dando la opción de destinarlas el resto del tiempo a actividades de turismo rural.

También se abrió la puerta a que los hijos de los titulares de una explotación del sector primario pudiesen construir una casa en condiciones similares a la de sus padres, al tiempo que se daba luz verde a la construcción de albergues en suelo rústico. Esos cambios entraron en vigor en 2019.

El aumento de estas compraventas no es generalizado en las cuatro provincias, pues Ourense mantiene unas cifras prácticamente congeladas con una transacción menos que en 2020: de 774 a 773.

En el resto de provincias destaca el comportamiento de Pontevedra, donde las compraventas de estos terrenos aumentaron desde las 1.506 de 2020 a las 2.143 del año pasado, un 42,3% más. En Lugo el incremento fue del 37,3% (de 2.030 a 2.788) y en A Coruña, del 27% (de 3.086 a 3.921).

La tendencia se mantiene, pues en el primer semestre del año las transacciones alcanzaron las 5.130, por lo que de continuar ese ritmo, se podría superar la barrera de los 10.000 en la segunda parte del presente ejercicio.

La mortalidad causada por el COVID y el envejecimiento poblacional de Galicia explican también el repunte de los dos últimos años en el cambio de manos de fincas rústicas, lo que a posteriori explica el dinamismo del mercado.

Las parcelas transmitidas incluyen las compraventas, pero también las herencias, donaciones y permutas. Entre todas, sumaron el año pasado 31.836 transmisiones, ligeramente por debajo de las 32.254 de 2020. En esos años, las herencias sumaron 11.313 y 8.841 casos, respectivamente.

2013 había sido el último ejercicio en que se habían superado las 30.000 transmisiones, alcanzando un total de 32.953, de acuerdo con los datos recopilados por el INE. Desde 2010, el techo se alcanzó en 2011 con un total de 34.115.

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