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Rafael del Naranco | Periodista asturiano, acaba de publicar nuevo libro

El periodista Rafael del Naranco: "A nivel literario soy muy normal: un hombre con sentimientos que los refleja en el papel"

"En ‘Palabras sobre Patricia’ recojo recuerdos, experiencias, tradiciones... Habrá quien se emocione y otros pensarán que es una cursilería"

Rafael del Naranco, en Oviedo. | Luisma Murias

El periodista y escritor asturiano Rafael del Naranco (Gijón, 1943) publicó el pasado mes de junio "Palabras sobre Patricia", una serie de escritos que dirige a una niña y en los que aborda pequeñas situaciones de la vida cotidiana. Del Naranco ha desarrollado la mayor parte de su actividad profesional en Venezuela, donde dirigió durante años la revista "Élite" y el diario vespertino "El Mundo", siendo a la vez articulista en distintos medios españoles y latinoamericanos. Colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, ha publicado libros como "Cartas a Patricia", "Historia de Kuwait", "El triángulo de la corrupción" o "vereda Chacaíto".

–¿Qué se encontrará el lector en "Palabras sobre Patricia"?

–Son unas cartas que pocas veces se escriben en estos tiempos. Son vivencias normales de una persona: recuerdos, tradiciones, experiencias en el pueblo, en Oviedo, en Gijón... No tienen un valor literario profundo, son unas cartas sin seriedad, pero para algunos refleja una vida interior, una forma de contar las cosas de manera sencilla y sin muchas complicaciones literarias.

–De nuevo, vuelve a publicar estas epístolas.

–He escrito una docena de libros o más. En Venezuela he sido muy conocido por mi trabajo en los medios de comunicación, pero de todo lo que he escrito me reconocen por "Cartas a Patricia". Era una especie de sección que hacía los sábados en la tirada vespertina de "El Mundo" (Venezuela) porque era la que menos vendía. Empecé a escribir esas cartas para rellenar una parte del periódico y la sorpresa fue cuando, después de años, me reconocían en todos los lados por ello y no por los artículos o libros políticos que escribía. Me llamó la atención su éxito porque era una cosa que casi hacía para mí mismo. Algunas forman parte de los otros libros y otras no. He intentado volver a matizarlas de otra forma porque los recuerdos empiezan a perderse en el tiempo. De las cientos que escribí nunca he pensado en su sentido literario, es como me han salido, escribía hasta que no tenía nada más que contar en la cuartilla.

–¿Se enmarca el libro en las calles de Oviedo y Gijón?

–Mi vida está hecha entre Gijón y Oviedo, ahí me forjé. A los 13 años entré por primera vez en una redacción, en la de "La Voz de Asturias" en la calle Gil de Jaz. Donde el Reconquista había una pista de hockey sobre patines que era donde jugaba el club La Cibeles, yo iba a llevar una cuartilla con el resultado de los partidos de hockey. Lo hacía siempre. Entonces fue cuando a Manuel Paredes, que por aquel entonces era el jefe de redacción del periódico, me dijo que escribiera una cuartilla más larga. Él la miraba, la corregía y así empecé a escribir. Paredes fue quien me bautizó como "del Naranco" y me ha durado hasta hoy. Yo soy Rafael González, pero me dijo que había miles de personas con ese apellido.

–¿Publicará más libros recopilando cartas?

–Las cartas van saliendo poco a poco. Hay días que escribo de política, pero me salen estas cartas y otros que no me sale nada. No son nada extraordinario, son cosas sencillas que un corazón humano le quiere decir a otro. Todo es circunstancial, no marco un tiempo exacto, lo hago sin pensarlo.

–¿A qué se refiere cuando dice que son cuartillas que nadie se atrevería a escribir en nuestra era?

–Hay personas que hacen esas epístolas para ellos mismos, pero no me parece una literatura que pueda ser tan grande como para que se cree un espacio. Habrá quien se emocione al leerlas y quien no o a quien le parece una cursilería. La novela es una parte fundamental de la vida diaria de Venezuela y he vivido allí. En el campo literario no creo que tengan valor estas cartas, pero hay personas a las que les provocan satisfacción o sorpresa y a otros que no le dicen nada.

–Afirma que escribe todos los días.

–Escribo porque necesito escribir. Muchos se preguntan cómo escribiendo política después escribo estas cursilerías. Cada uno tiene su opinión; me gusta decir que escribo para que me quieran. Aprendí a leer y escribir muy tarde, nunca fui a la universidad y estuve pocos años en un colegio. Me forjé completamente a mí mismo y me sorprendo yo mismo de haber llegado tan lejos. Admito que soy un periodista extraño, raro, no coherente con las normas habituales del periodista y del escritor, es una forma interior de ver la vida, de desarrollarme interiormente. Mi vida se ha basado en renacer en cada momento, he ido avanzando poco a poco. Siento, veo y observo cosas que me llenan y eso es lo que cuento. No soy un literato profundo, pero otros libros, como "CAP: el hombre de la Ahumada", tuvieron éxito. Son trabajos fruto de un esfuerzo y conocimiento por haber viajado mucho. Literariamente soy muy normal, un hombre con sentimientos que los refleja, pero la vida a veces necesita de esto. Me siento un hombre que quiere la vida tal y como está, escribo a partir de sentimientos y observaciones.

–Vive en Valencia, ¿le gustaría volver a Asturias?

–Todos mis recuerdos están allí, me gustaría volver algún día. Mi mujer y yo vamos cuando podemos. Salí de Venezuela porque quería vivir en España.

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