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Sentenciado en 2004

Polémica tras nombrar a un cura condenado por pornografía infantil como sacerdote en Cáceres

Los alcaldes han acordado pedir una reunión con el obispo para aclarar la situación mientras la diócesis defiende que está rehabilitado y sostiene que el delito que cometió fue informático y que no tuvo contacto con menores

Un momento en la ceremonia de toma de posesión del nuevo obispo de Coria-Cáceres. TONI GUDIEL

Polémica entre los vecinos de la provincia de Cáceres después de que el obispado haya nombrado como párroco de dos localidades, Almoharín y Valdemorales, a un cura condenado por pornografía infantil.

Según recoge el boletín de la Diócesis de Coria-Cáceres con los nombramientos de cara al nuevo curso y tal y como ha publicado este sábado El País, Ignacio Lajas Obregón, condenado en 2004 como autor de un delito de distribución de material pedófilo a un año de cárcel, ha sido designado como nuevo cura de ambas parroquias en sustitución de los sacerdotes Carlos Piñero y Alfonso José Filiberto del Castillo.

El sacerdote ya ha ejercido como tal en actos litúrgicos de las localidades a lo largo del verano, no obstante, ha sido a lo largo de la jornada de este sábado cuando ambas localidades han conocido la condena previa de Lajas.

Tal y como manifestado a este diario la alcaldesa de Almoharín, Antonia Molina, cuando los vecinos han sido conocedores de la situación han manifestado directamente a la alcaldesa su "inquietud". "Están las familias preocupadas", ha puesto de manifiesto. En ese sentido, ha avanzado que ambas localidades pedirán una entrevista con el obispo para aclarar lo sucedido y a partir de ahí saber qué medidas se pueden poner en marcha como consecuencia.

Por su parte, la diócesis cacereña ha emitido a lo largo de este sábado un comunicado haciendo alusión al asunto. En el escrito, lamenta las acciones que llevó a cabo el sacerdote y defiende que en todo momento desde la iglesia se ha actuado con transparencia. "El caso fue de dominio público y se difundió en los medios, nunca se ha ocultado", ponen de relieve.

En esa línea, sostiene que por esta causa, Lajas "fue juzgado y sancionado" y "cumplió con las condenas y las penas impuestas". También precisa que el delito fue "informático", es decir, "que no hubo contacto ni comunicación con los menores".

Defiende la diócesis también que el cura "en la actualidad dispone de certificado negativo de delitos sexuales emitido por el Ministerio de Justicia" y por tanto, considera que "es apto para ejercer el ministerio después de un proceso de rehabilitación y tal como ha demostrado en su paulatina reinserción".

En cualquier caso, apuntan que "ha tomado las medidas pertinentes para que todas las parroquias sean un espacio seguro para los menores", en concreto las encomendadas a Lajas y avanza que se realiza un seguimiento.

Confesó los hechos

Lajas fue detenido en un macrooperativo contra la pornografía infantil en varios países en el año 2002 que se conoció como Operación Asterisco. En ese momento tenía 29 años y era párroco de otra localidad cacereña, Casares de Hurdes.

La causa fue instruida por el Juzgado de Instrucción 5 de Madrid y el juicio se celebró en el Juzgado de lo Penal 26 de Madrid el día 12 de diciembre de 2004. Fue condenado por un delito de corrupción de menores a a 16 meses de prisión, y al no tener antecedentes penales y ser la condena menor a dos años, no llegó a entrar en la cárcel.

Se da la circunstancia de que aparte del Ministerio Fiscal, ejerció como acusación particular la Junta de Extremadura. Este diario se ha puesto en contacto con la administración regional para conocer su postura pero no ha recibido respuesta.

En el juicio, Lajas se confesó como autor de los hechos. De esta forma, tal y como recogió este rotativo en su momento sobre la sentencia, el sacerdote cacereño reconoció "que desde su domicilio, utilizando diversas direcciones electrónicas, mantuvo entre agosto del 2001 y el 27 de enero del 2002 numerosos contactos, así como que en numerosas ocasiones facilitó distintas direcciones electrónicas donde encontrar imágenes de sexo con menores".

El fallo judicial también recoge que, tanto él como el resto de acusados en la causa, "guardaban en los discos duros de sus ordenadores gran cantidad de este tipo de imágenes, en orden de varios miles de fotografías y al menos decenas de vídeos, tanto para su uso personal como para poder conseguir nuevas imágenes, de posibles nuevos contactos, ofreciéndolas en intercambio".

Tras la sentencia, siguió ejerciendo como sacerdote en la provincia de Cáceres, en localidades como Riolobos, Holguera y Valdencín, al menos hasta 2015.

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