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Verines otorga a la literatura el papel de combatir la destrucción de la Naturaleza

Una veintena de escritores y críticos debaten en la XXXVIII edición de los Encuentros sobre la "preocupación crucial" del cambio climático

Foto de familia de los participantes en la jornada de ayer en Verines.

Ya son 38 los Encuentros de Verines (Pendueles) que reúnen durante dos días en la mítica Casona a escritores y críticos. Organizada por el Ministerio de Cultura y la Universidad de Salamanca, la cita cultural vuelve a contar con una veintena de nombres tras el paréntesis pandémico de la edición anterior, que redujo la cifra. María José Gálvez, directora general del Libro, subrayó ayer el espíritu de “encuentro y escucha e intercambio en libertad” de las jornadas, que responden al título “Plantar un libro, escribir un árbol: literatura, naturaleza, ecología, ruralidad, sostenibilidad”.

El escritor y profesor de la universidad de Salamanca Luis García Jambrina lleva 23 años como coordinador. Y ayer estaba feliz de volver "a lo habitual, sin restricciones. La idea es que la idea siga en el futuro, e, incluso, con mayor implicación de Asturias".

Es un año de duelo por las muertes de Almudena Grandes y Javier Marías: "Es terrible perder a autores en activo, con mucho que decir. Se les ha recordado en esta primera jornada, claro. Eran dos referentes muy distintos, pero ambos volcados en la literatura". El tema de este año responde a la urgencia de abordar "una preocupación crucial como es la destrucción del planeta, el cambio climatico y lo que supone. En los últimos años se ha cultivado una literatura de la naturaleza que en otras lenguas tiene una larguísima trayectoria desde el siglo XIX, pero no tanto en la española. Hay ahora autores de distintos géneros que muestran una preocupación por la ecología, la destrucción provocada por el cambio climático, la extinción de especies... Y luego está la literatura que recupera lo rural, un mundo perdido cuyo abandono tiene unas consecuencias catastróficas. Más que de España vaciada, concepto que no me gusta, debería hablarse de la España vacía. Ese abandono de las viejas prácticas del campo tiene mucho que ver con los incendios. Este verano ha sido sintomático. Es curioso que hagamos este encuentro en Asturias, con un clima más benigno".

La mañana de ayer, destaca García Jambrina, vivió "debates con posturas sugerentes y muy distintas, que es lo que buscamos. Joaquín Araújo, divulgador y naturalista, dio una perspectiva diferente a otro tipo de escritores porque él mismo cultiva la tierra y planta árboles: uno por cada día de su vida o por cada año de la vida de su padre o de familiares. Actos no sólo simbólicos, sino reales".

Jordi Ballart ofreció el "enfoque peculiar de un nadador que hace grandes recorridos por Europa nadando y muestra la costa desde esa perspectiva, no por encima sino al mismo nivel que el agua. Destacó el aspecto terapéutico por el contacto con la Naturaleza, con experiencias de gran esfuerzo físico".

Jorge Riechmann, activista y poeta, mostró "una visión muy preocupante sobre la dirección que toma la autodestrucción. Muchas veces el poeta se queda sin palabras ante eso". La avilesina Alicia Andrés Ramos dibujó "una perspectiva muy poética, la de zambullirse en baños del bosque. Otro asturiano, Xuan Bello, describió "de forma clara lo que significa ver el mundo desde una aldea". Es urgente detener la destrucción, concluye García Jambrina, y la literatura tiene "mucho que decir para sensibilizar, agitar conciencias y ayudar a ver las cosas desde una perspectiva distinta".

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