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Crítica / Música

Otro hito para Víctor Manuel

Víctor Manuel lleva al éxtasis al público de la Laboral Juan Plaza

Hay conciertos que marcan un hito en la trayectoria de un artista, como lo fue el histórico de Víctor Manuel en 1999 celebrado en el Palacio de Deportes de Gijón y grabado en disco bajo el título "Vivir para cantarlo". Las ganas de revivir aquella magia impulsan al cantante a poner en marcha toda la maquinaria necesaria para llevar a cabo un concierto sinfónico contando de nuevo con la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA) y el coro de la Fundación Princesa de Asturias para celebrar su setenta y cinco cumpleaños. Sincronizar a tanta gente es tarea difícil donde las haya, pero no tanto al poder contar con el mismo director, el gran Joan Albert Amargós y los músicos David San José, Ovidio López, Daniel Casielles, Andrés Litwin y Pablo Carrera, aparte de un equipo técnico con dilatada experiencia.

Otro hito para Víctor Manuel

Comenzando la década de los 70’ Víctor Manuel ya era un artista importante, sin embargo, sus composiciones cargadas de denuncias políticas y sociales le ponían constantemente en el punto de mira de la censura, hasta rozar el límite y ser condenado al exilio tras el estreno en México de la comedia musical "Ravos", protagonizada junto a Ana Belén. Tras este episodio Víctor Manuel se refugia en la lírica popular asturiana rescatando temas del "Cancionero de Torner", difícilmente censurables y crea el disco "Verde" con arreglos del gran Juan Carlos Calderón. La mayor parte de las canciones comprendidas en este disco conformaron el repertorio de "Vivir para cantarlo" y se revivieron nuevamente en el Teatro de la Laboral junto con algunas novedades.

El himno oficioso "Asturias" abrió el concierto y puso un nudo en la garganta al numeroso público con el imponente arreglo orquestal y el coro que estuvo magnífico durante toda la velada. El precioso arreglo de jazz en "Dime paxarín parleru", que a veces contrastaba con la difusa afinación de la voz, dio paso al impresionante arreglo sinfónico de "Yeren dos guajes", mezclado con "Pastor que tas en el monte". David San José, hijo de Víctor Manuel, demostró ser un músico de primer nivel con su interpretación al piano y los arreglos orquestales de piezas como "He cortado estas flores", con un magnífico arreglo coral, "Canción pequeña" o "Digo España", cuya orquestación parecía del mismísimo Falla. También destaca "Allá arriba al Norte", tema que incluyó la gaita de Pablo Carrera en la recta final.

Víctor Manuel concibió el espectáculo como un concierto sinfónico en todos los detalles, situándose a un lado como un intérprete más, sin mediar palabra con el público y dejando el centro del escenario al director Joan Albert Amargós, como la mayor parte de los conciertos sinfónicos. No se escatimaron medios, ni técnicos ni humanos, se aportó ilusión y profesionalidad y el resultado es otro hito más para la dilatada carrera de Víctor Manuel.

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