La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Premios "Princesa de Asturias" Luis Fernández-Vega Sanz Presidente de la Fundación Princesa de Asturias, dejará el cargo el próximo diciembre

Luis Fernández-Vega: "Presidir la Fundación Princesa es inolvidable y enriquecedor, pero no me voy, ayudaré desde el Patronato"

"El reto principal que tendrá Mauro Guillén es mantener el nivel de excelencia alcanzado; él tiene extraordinarias capacidades y contribuirá a ensanchar las fronteras de la institución"

Luis Fernández-Vega, en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, en Oviedo. | Luisma Murias

Para Luis Fernández-Vega Sanz los premios "Princesa de Asturias" que vienen serán los últimos como presidente. A finales de año, el oftanmólogo dejará el máximo cargo de la Fundación al alcanzar la edad límite que fijan los estatutos: los 70 años, que cumplirá en enero. Su sucesor será el economista y sociólogo leonés Mauro Guillén Rodríguez, decano y catedrático de Dirección de Empresas en la Escuela de Negocios de la Universidad de Cambridge.

"Presidir la Fundación Princesa es inolvidable y enriquecedor, pero no me voy, ayudaré desde el Patronato"

Aun así, el presidente del Instituto Oftanmológico Fernández-Vega insiste en el que no se va: "Simplemente volveré a mi posición como miembro del Patronato desde donde seguiré ayudando a la labor de la institución". Aunque admite que echará de menos "estar en el día a día de la Fundación", una "maquinaria –describe– perfectamente acompasada". Para Fernández-Vega, que este verano también colgó la bata como jefe de Oftanmología del HUCA, estos cuatro años como presidente de la Fundación que lleva el nombre de la heredera de la Corona han sido un "privilegio" y un "reto". Con él al mando, Asturias vivió dos momentos históricos: la asistencia por primera vez a la ceremonia de la Princesa de Asturias y de su hermana la Infanta Sofía, y el primer discurso público de Leonor. Inmerso en los preparativos de esta nueva edición, Fernández-Vega responde a esta entrevista de LA NUEVA ESPAÑA por escrito.

–Haga balance de sus cuatro años como presidente.

–Presidir la Fundación Princesa de Asturias ha sido para mí, ante todo, un privilegio, pero también un gran reto. He tenido la responsabilidad y el honor de que, bajo mi mandato, tuviera lugar la presencia, por vez primera, de Sus Altezas Reales la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía en la ceremonia de entrega de los Premios. En ella Doña Leonor, como años atrás hizo su padre, pronunció su primer discurso público. Durante este periodo, la Fundación ha cumplido cuarenta años en un momento crucial en el que ha sabido evolucionar y ajustarse a las circunstancias preservando su esencia. Nos ha tocado asumir el enorme e inesperado reto de hacer frente, por vez primera en la vida de muchas generaciones de personas, a una pandemia, que nos ha obligado a explorar nuevas vías para mantener nuestra misión en un entorno de gran incertidumbre.

–¿Qué cree que ha aportado a la Fundación durante estos cuatro años?

–Dos líneas de trabajo esenciales de estos últimos años han sido el reforzamiento de la relación con los galardonados y la consolidación de una mayor diversidad y presencia de mujeres entre las candidaturas, miembros de los jurados y en el propio Patronato. Hemos abordado, además, la renovación escenográfica de la ceremonia de entrega de los galardones, manteniendo nuestro sello, pero aportando los cambios necesarios con el objetivo de lograr una mayor eficiencia y claridad. Y hemos consolidado en nuestros procesos de trabajo la aplicación de forma transversal de criterios de diversidad, accesibilidad y sostenibilidad como un modelo de gestión global, todo ello realizado con serenidad y tras un cuidadoso análisis.

–¿Qué recuerdos le quedan de los primeros Premios que presidió?

–Un sentimiento de emoción y de compromiso con la institución. Mi vinculación con la Fundación comenzó hace más de veinte años, primero como parte del jurado del Premio de Investigación Científica y Técnica y, desde 2005, como miembro de sus Patronatos.

–¿Cuál es su mejor recuerdo?

–Ha habido muchos momentos buenos: el afecto de Sus Majestades los Reyes, conversaciones muy enriquecedoras con los premiados y, también, el tiempo compartido con el equipo de la Fundación, siempre ilusionado y responsable. Pero creo que el momento de mayor emoción fueron las primeras palabras de la Princesa de Asturias en la ceremonia de 2019.

–¿Cómo lo recuerda?

–Fue indudablemente un momento de trascendencia histórica y pleno de significado y emoción. Recuerdo cómo el público en el teatro interrumpió varias veces con sus aplausos la intervención de la Princesa y, con especial afecto, cuando hizo referencia a nuestra tierra con frases que ya forman parte de nuestra memoria, como "en mi casa, las palabras España y Asturias siempre están unidas con la misma fuerza con la que las ha unido la historia. Así lo siento en mi corazón" o "yo llevo sangre asturiana".

–¿Algún mal trago en estos años?

–La pandemia, sin duda. Quizá, por mi formación médica, con una mayor sensibilidad ante aquella dolorosa y difícil situación, aunque también fue una oportunidad para constatar nuestra solidez como organización capaz de tomar decisiones y ofrecer respuestas en un entorno adverso y de absoluta incertidumbre.

–¿Qué echará más de menos?

–Echaré de menos estar en el día a día de la Fundación de una manera tan directa, involucrado en su maquinaria perfectamente acompasada y con un firme compromiso con su misión. No obstante, no me voy, simplemente volveré a mi posición como miembro del Patronato, desde donde seguiré apoyando la labor de la institución.

–¿De quién se va a acordar cuando el próximo octubre eche el telón a su labor como presidente de la Fundación?

–Me acordaré de muchas personas que me han acompañado a lo largo de este tiempo enriquecedor e inolvidable, pero, de manera muy especial, de mi familia, que, en los momentos más oscuros vividos durante la pandemia, compartió y me apoyó para que todo pudiera salir adelante de la mejor forma posible y con el menor riesgo para la salud de todos.

–Se despedirá con unos Premios normales, sin las restricciones del covid.

–Sí, con todas las precauciones y las medidas oportunas para seguir preservando, como hemos hecho desde el inicio de la pandemia, la salud de todos, y encantados de celebrar los Premios con absoluta normalidad, con el teatro Campoamor con el aforo completo.

–¿Ya tiene preparado su discurso? ¿Tiene una idea de lo que va a decir?

–Trabajo en mi discurso casi hasta el último día. Reflexiono y reescribo, pero permítame que me reserve su contenido para ese día.

–¿Qué opina de su sucesor?

–Mauro Guillen es un hombre de extraordinarias capacidades, intelectuales y personales. Ha estudiado, investigado e impartido docencia en centros académicos de gran prestigio, como la Universidad de Cambridge, la Wharton School o la Universidad de Yale. Estoy convencido de que será un excelente presidente y contribuirá a ensanchar las fronteras de la Fundación.

–¿Qué consejo le da a Mauro Guillén?

–Es una persona que conoce bien la Fundación, pues forma parte del jurado de los Premios desde hace años, así como de su Patronato. Mi único consejo es que disfrute de esta etapa formidable que ahora inicia y de todo el conocimiento que conlleva.

–¿Qué retos tiene por delante la Fundación?

–El reto principal es mantener el nivel de excelencia alcanzado y, en la medida de lo posible, seguir mejorando en cada edición. El mundo cambia, y cada vez más rápido, y la Fundación debe comprender ese mundo y evolucionar para adaptarse a las nuevas necesidades.

–¿Cómo son los Reyes en las distancias cortas?

–Sus Majestades los Reyes son personas profundamente comprometidas con su deber, con una capacidad de trabajo y visión extraordinarias, y un alto conocimiento de los temas que abordan. Su aliento y apoyo han sido siempre una constante, como lo es su plena identificación con los valores que distingue la Fundación y así nos lo transmiten en cada edición.

–¿Y la Princesa de Asturias?

–Es una joven absolutamente consciente de su responsabilidad y muy atenta a todo lo relacionado con la Fundación que lleva su nombre y de la cual es Presidenta de Honor. Muestra, para su juventud, una extraordinaria serenidad en todas sus intervenciones y es, además, encantadora, como su hermana la Infanta Sofía, quien también disfruta mucho de su participación en nuestros Premios.

–¿Asturias es monárquica?

–A esta cuestión podría responderle, como lo hizo Winston Churchill cuando le preguntaron qué opinaba de los franceses: "No sé, no los conozco a todos". Lo que sí puede asegurarle es que he sido testigo de las numerosas muestras de calidez y respeto que brindan los asturianos a la Familia Real en todos nuestros actos.

–Quédese con un premiado y explique por qué.

–No es fácil escoger, pues todos son, cada uno con sus características, excelentes. Quizá, por mi profesión y, por el alcance de la tragedia que nos golpeó a todos a nivel global, recuerdo muy especialmente la ovación al equipo de científicos que desarrollaron las primeras vacunas contra la covid-19, con la Familia Real y el teatro puestos en pie. Fue un momento de intensa emotividad, reconocimiento y gratitud.

–De todos los galardonados, ¿quién le ha sorprendido más?

–Volviendo de nuevo a la pandemia, creo que las palabras del doctor Guerrero, quien pronunció un sentido discurso en representación de los sanitarios españoles que recibieron el premio "Princesa de Asturias" de la Concordia en 2020, fueron para todos nosotros un mensaje que invitaba a la reflexión como sociedad. Una reflexión sobre la solidaridad, sobre los valores compartidos y sobre lo esencial en la vida, como es la salud y, derivado de ello, la importancia de contar con un sistema sanitario robusto, formado y reconocido.

–Tendrá cientos de anécdotas de todos estos años, ¿puede contar alguna?

–Más que una anécdota es la gran satisfacción que supone que Derrick Rosi, uno de los científicos galardonados por el desarrollo de las primeras vacunas contra la covid-19 (y fundador de la empresa Moderna), tras la experiencia vivida en Asturias con ocasión de la entrega de los Premios, nos solicitase incorporarse al Patronato Princesa de Asturias. El pasado mes de junio ya tuvo ocasión de asistir a la reunión anual con Sus Majestades los Reyes en el Palacio Real de Madrid y de nuevo nos reiteró su entusiasmo por el proyecto.

–¿Mantiene una relación estrecha con alguno de los premiados?

–Guardo una mayor relación con los premiados que han participado en las reuniones de los jurados a lo largo de los años de mi presidencia, y que son alrededor de una veintena. Y, más estrechamente, con los que están en el jurado del premio de Investigación Científica y Técnica, presidido desde hace varias ediciones por mi querido Pedro Miguel Echenique.

–¿Quién le gustaría que fuese galardonado en un futuro?

–Esa es una cuestión que compete a los miembros de nuestros jurados, que llevan a cabo el estudio de las candidaturas y las posteriores deliberaciones, desde un profundo conocimiento en cada uno de sus ámbitos de trabajo, con rigor e independencia.

–Usted es un referente de la medicina, ¿cómo ve Asturias y la Universidad de Oviedo?

–La Universidad de Oviedo cuenta con un gran potencial humano para la investigación y el desarrollo docente en numerosas disciplinas, tal y como he podido comprobar en sus aulas durante mi etapa como catedrático. Asturias es, no solo una tierra rica en recursos naturales y humanos, sino que está llamada a ser una región estratégica. Verlo y darle forma para aprovecharlo por el bien de todos los que amamos esta tierra es el reto que tienen por delante quienes liderarán el futuro del Principado.

Compartir el artículo

stats