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Premios "Princesa de Asturias" Teresa Sanjurjo González Directora de la Fundación Princesa de Asturias

Teresa Sanjurjo: «Leonor es como parece: cercana, atenta y dulce; ahora tenemos el reto precioso de acompañarla en su mayoría de edad»

«Nosotros procuramos hacer nuestro trabajo lo mejor que podemos y respetamos el derecho de los demás a discrepar con la monarquía»

Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias: "El trabajo de Leonor de Borbón en la preparación de la ceremonia es una muestra de responsabilidad y madurez"

Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias: "El trabajo de Leonor de Borbón en la preparación de la ceremonia es una muestra de responsabilidad y madurez" VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Luisma Murias

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Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias: "El trabajo de Leonor de Borbón en la preparación de la ceremonia es una muestra de responsabilidad y madurez" VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Luisma Murias

En sus 13 años como directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo González ha vivido «muchos» momentos de emoción. Algunos con lágrimas incluidas. Uno de esos últimos que recuerda tiene como protagonista a Katalin Karikó, la madre de la vacuna contra el covid y premio «Princesa de Asturias» de Investigación Científica y Técnica 2021. Sanjurjo se emociona nuevamente cuando lo rememora.

–Katalin llegaba de Estados Unidos, con vaqueros, camiseta, mochila. No sé cuántas horas habría dormido. Venía acompañada de su marido. Y yo estaba, como siempre, a la puerta del hotel de La Reconquista. La gente maravillosa que estaba en la calle, que subía y bajaba por Gil de Jaz, la reconoció y le aplaudió. Ella se puso a llorar. Y dijo: «Es que pensé que esto nunca me podría llegar a pasar; llevo toda la vida trabajando sola en un laboratorio». Fue precioso, al contarlo me vuelve la emoción a los ojos. Por estas cosas merece la pena trabajar tanto.

Teresa Sanjurjo (Madrid, 1972) está en un mes de locura. «Locura maravillosa», dice ella. Quedan menos de cuatro semanas para que llegue, el viernes 28, la gran ceremonia de los premios «Princesa de Asturias» y hay «miles de detalles» que atender. Están rematando los últimos flecos y nada puede salir mal. Tampoco enfermar por covid. Por eso, en la sede de la Fundación todos son trabajadores con mascarillas FFP2 tecleando a toda velocidad delante de un ordenador.

–¿Cómo llevan los preparativos?

–Los preparativos comienzan en cuanto se fallan los premios, es decir, que llevamos en esta tarea desde mayo. Pero ahora es cuando se concentra todo y hay que cerrar los últimos detalles. Son miles de detalles y nosotros tenemos la vocación de hacer las cosas extremadamente bien. Eso requiere una preparación exhaustiva, que se traduce en jornadas muy largas, en volver a pensar las cosas y en huir no solo de las inercias, sino también de las autocomplacencias. «Esto siempre se ha hecho así, pongo el automático y voy». No. Esto se ha hecho así por un motivo, pero vamos a darle una vuelta. Todo esto es muy exigente, pero es un reto que nos gusta.

–Sin restricciones covid, vuelven los problemas con las invitaciones en el Campoamor.

–Son problemas de los buenos, porque derivan del interés que tienen muchas personas de asistir a los Premios. Gestionarlo, efectivamente, es difícil. El teatro Campoamor tiene 1.300 butacas hábiles y la demanda es tremenda. Yo dedico tiempo, primero, a tener un criterio claro de invitación (hay partidas que van rotando) y, después, a explicar por qué no podemos aceptar determinadas peticiones. Ya nos gustaría poder aceptarlas todas...

–¿La Semana de los Premios será como las precovid o incluso mayor en actividad?

–Tener más actividad es casi imposible, porque hay que tener en cuenta que toda la programación cultural y educativa finaliza con la participación de los premiados. Les pedimos que vengan con antelación a Asturias y lo hacen. Protagonizan muchísimos actos en diferentes formatos y lugares. Estamos hablando ya casi de dos semanas y hemos tenido años de 60-70 actos.

–¿Cuántas actividades habrá este año?

–Estamos en ello, porque hay cosas que hasta el último momento no se pueden cerrar. Pero nuestra intención es lanzar la programación cuanto antes.

–¿Qué premiado o premiados tendrá la agenda más apretada?

–La idea es que todos tengan una agenda muy apretada. De hecho, yo siempre cuento, porque es verdad, que su Majestad año a año me pregunta: «¿No nos estaremos pasando de pedirles cosas a los premiados?». No nos pasamos. Les pedimos muchas cosas, pero a ellos les encanta. Es un comentario que, cuando se van a sus casas, siempre nos trasladan.

–¿Se mantienen las sedes?

–Sí, volvemos al enfoque de siempre de descentralizar. Estos últimos años nos centramos mucho en la Fábrica de Armas de La Vega, porque nos ofrecía muchos metros cuadrados y mucha ventilación. Era un entorno más seguro. Este año volvemos además a otros emplazamientos, muchos tradicionales y otros distintos.

–Hábleme de los galardonados de este año.

–¿De todos?

–Sí.

–Representan los grandes temas de debate global. Empezando por las premiadas de la Artes, volvemos a reconocer el flamenco con una cantaora (Carmen Linares) y una bailaora (María Pagés), que han sabido cuidar y, al mismo tiempo, evolucionar algo que es muy español y universal. Es un gran premio que nos tocará a todos muy dentro. Adam Michnik; palabras que ahora mismo deberían estar en boca de todos: democracia, derechos humanos, periodismo, Europa y libertad. Los padres de la inteligencia artificial, otro de los grandes temas. Cómo el mundo ha cambiado y el aprendizaje de las máquinas se aplica a absolutamente todo. Ellen MacArthur es sostenibilidad. Ella ha dado voz a ese concepto de la economía circular. Cómo utilizamos los recursos, cómo reducimos, qué reciclamos, qué consumo hacemos... Y, además, lo ha hecho de una manera tranquila, porque los grandes cambios no se producen de un año para otro. Los refugiados y el Equipo Olímpico de refugiados. Cuando uno está sin casa, sin país, huyendo de una guerra, de un desastre natural, de una represión política... Esta iniciativa refleja esa solidaridad necesaria para acoger a las personas refugiadas y que puedan continuar con su vida. Shigeru Ban, conectado con todo lo anterior. Un arquitecto que ve que estas personas necesitan tener unas condiciones de vida que reflejen la dignidad que les asiste por ser personas. Les proporciona un cobijo. En Ciencias Sociales está Eduardo Matos. Él ha hablado muchas veces del concepto de encuentro entre dos mundos y lo ha analizado con rigor científico, libre de prejuicios. De nuevo es un mexicano, algo que nos entusiasma. Juan Mayorga: un académico, un dramaturgo, matemático también, una persona con una trayectoria muy rica y compleja, humilde y generoso, que ha puesto el teatro en el escenario del teatro Campoamor y que da mucho que pensar con su reflexión sobre la vida.

–Luis Fernández-Vega se irá y Mauro Guillén llegará a la presidencia de la Fundación.

–Afronto el relevo con tranquilidad y con ese principio de continuidad que siempre ha regido a la Fundación desde que se creó en el año 1980. También con pena, porque han sido cuatro años muy intensos con Luis, que, por esa limitación estatuaria de edad, tiene que dejar la presidencia. Son años para recordar. Hemos tenido momentos fenomenales, como el primer discurso de la Princesa, un hito en la vida de la Fundación y de ella misma. Y también hemos luchado juntos contra las circunstancias de la pandemia. A Luis le queremos mucho en la Fundación y afortunadamente continuará vinculado a esta casa; lo vamos a tener muy cerca.

–¿Qué retos tiene por delante el nuevo presidente?

–El reto es continuar con labor de Pedro Masaveu, nuestro primer presidente, de Plácido Arango, José Ramón Álvarez Rendueles, Matías Rodríguez Inciarte y el propio Luis. Otro reto será acompañar a la Princesa de Asturias en su mayoría de edad (tiene 16 años, el próximo día 31 hará 17). Ese es un reto precioso.

–¿Cómo ve a la Princesa de Asturias?

–La veo fenomenal. Me consta el nivel de interés que tiene por los Premios, lo que prepara los temas, lo que sigue la actividad de la Fundación, lo que lee cada vez que hay un premiado... Le estamos esperando con los brazos abiertos.

–¿Cómo prepara la futura heredera de la Corona su discurso para el Campoamor?

–Aprendiendo mucho de los premiados. Y ese es un trabajo personal que hace ella y que muestra responsabilidad, madurez, ganas y motivación por ostentar esta presidencia de honor.

–¿Cómo es en el trato cercano?

–Como parece. Es una persona cercana, sonriente, atenta, dulce en sus maneras, con mucho interés y muy enfocada en los temas que se hablan.

–¿Cómo es su relación con los Reyes?

–Muy buena. Ahora, cuando se acercan los Premios, más cercana, porque ellos hacen un seguimiento continuo de la actividad de la Fundación.

–¿Su último contacto con Sus Majestades para qué fue?

–Para infinidad de detalles que van surgiendo. No se trata de hablar con los Reyes todos los días y a todas horas, pero siempre recibimos la llamada de: «Oye, cómo va, estar tranquilos, ya queda menos, va a salir muy bien». Son palabras que agradecemos.

–¿Le gustaría ver al Rey emérito de nuevo en Asturias?

–Ya estuvo aquí muchos años. Dejó de venir cuando el Rey cumplió los 18 años, que fue hace unos cuantos ya.

–¿Cuáles han sido los Premios más difíciles?

–El año más difícil, desde el punto de vista organizativo, fue el de la pandemia. Decidimos continuar, porque creíamos que los Premios eran más necesarios que nunca. Eso fue para nosotros un gran reto profesional del que nos sentimos muy orgullosos, porque salieron adelante en un año en el que se canceló todo. Cuarenta y dos personas en la capilla del hotel de La Reconquista, yo ni entré, me quedé fuera. Máximas medidas de precaución, máxima precaución y lo sacamos adelante sin incidencias.

–¿Y los mejores Premios?

–Los recuerdos se acumulan. Es una suma y vas construyendo sobre lo anterior. Luego claro que hay malos ratos, si no lo dijera estaría faltando a la verdad. Hay momentos de mucha tensión.

–¿Por ejemplo?

–A los premiados les pedimos siempre los discursos, porque los traducimos y los minutamos. Pero Leonard Cohen (premio «Princesa de Asturias» de las Letras 2011) no me lo dio, me dijo que iba a improvisar. En aquel año estaba yo sentada en el escenario del teatro y cuando empezó a hablar del minibar de la habitación del hotel y de los cacahuetes tuve un momento... (Se ríe) Muy interesante. Pero, ¿de qué va hablar el señor Cohen? ¿Del minibar y los cacahuetes? Y, al final, resultó ser un discurso fantástico. Fue precioso, emocionante y cada vez que lo veo me sigue llegando al corazón. Salió fenomenal, pero gestionar esa incertidumbre cuando dedicamos tanto tiempo a preparar cada cosa es complicado.

–Acaba de decir «cada vez que lo vuelvo a ver». ¿Revisan las ceremonias pasadas?

–Sí, todo, con el fin de mejorar, de detectar si ha habido algún problema en algo. Lo hacemos con todo: no solo con la ceremonia, sino con la Semana cultural y educativa.

–¿Asturias se vuelca lo suficiente con sus Premios y sus premiados?

–Nosotros estamos muy agradecidos a la ciudadanía que participa, que acoge a los premiados, que les aplaude, a las administraciones que nos ayudan, a todos los docentes que guían a los estudiantes, al comercio que se vuelca con nosotros... El agradecimiento es enorme y trabajamos para eso, para la sociedad.

–¿Le molesta las manifestaciones que hay todos los años en la plaza de la Escandalera contra la monarquía?

–Nosotros somos absolutamente respetuosos con las opiniones discrepantes. Creo que lo hemos demostrado siempre y es como hay que ser. Cada persona tiene su espacio para manifestar su opinión. Nosotros procuramos hacer nuestra parte lo mejor que sabemos y podemos y respetamos los derechos de los demás a discrepar.

–¿Qué siente al saber que el día 28 de octubre todas las miradas estarán puestas en Oviedo y en los Premios?

–Estoy tan concentrada y tan pendiente de que las cosas salgan como las hemos preparado que no me paro a pensar qué siento yo. Normalmente lo que viene después es una ola de cansancio grande, pero en ese momento es atención plena y nada más.

–¿Con qué sensaciones se van los premiados de Asturias?

–El primer comentario que hacen es la gente, el entusiasmo colectivo. Sandel, nuestro premiado de Ciencias Sociales de hace unos años, dijo que era una celebración cívica como no había otra. Y eso no sería así si la ciudadanía no participase. Luego también aprecian la organización, el paisaje, la comida. Y se quedan muy impresionados por la cercanía de los Reyes y por el grado de conocimiento que tienen sobre lo que han hecho.

–¿Alguno ha vuelto?

–Sí, algunos por los Premios y otros en distintos momentos. El último ejemplo lo tenemos en Derrick Rosi (fundador de Moderna y premiado en 2021 en la categoría de Investigación Científica y Técnica), que se fue de aquí tan entusiasmado que dijo que quería seguir vinculado a la Fundación, que le parece motivadora y un ejemplo a seguir, y se ha incorporado a nuestro Patronato.

–Y eso supone un apoyo económico importante.

–Supone un apoyo material, pero creo que en este caso lo más relevante es el apoyo personal e institucional.

–Este año nos vamos a Cadavedo.

–Sí. El día del Pueblo Ejemplar es un día de fiesta para los vecinos y lo estamos preparando, como todos los años, con mucha ilusión.

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