La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La cumbre de Manolo Díaz: su Grammy Latino que todo el mundo aplaudió

El emotivo reconocimiento al músico asturiano en los Grammy Latinos celebrados en Las Vegas

Arriba, Manolo Díaz, flanqueado por Gabriel Abaroa (a la derecha) y el cantante Carlos Vives, que le entregó el Grammy honorífico. Debajo, actuación de Laura Pausini, Rosario Flores y la entrega del premio «Persona del año» al mexicano Marco Antonio Solís. Sobre estas líneas, los premiados honoríficos: sentados, por la izquierda, Yordano, Abraham Laboriel, Rosario, Myriam Hernández, Amanda Miguel, Manolo Díaz y Paquito D’Rivera. | Efe

La semana pasada sonaba en EE UU, concretamente en Las Vegas, la ciudad del show continuo (24 horas al día, 365 días al año), la música latina. Fue la banda sonora que durante esos días adornó la celebración de los Grammy Latinos en diversos actos donde se repartieron los premios a las mejores voces, músicas, grabaciones y demás tareas colaterales que celebran los ritmos latinos.

Manolo Díaz con su mujer, Rose McVeigh

Pero hubo un premiado de referencia para la música en general, no solo la latina, todas las músicas que han llegado a la calle en los últimos sesenta años repartidos en dos siglos. Ese premiado, distinguido con el gramófono por el Consejo Directivo de la Academia a toda su trayectoria, fue el asturiano Manolo Díaz, el ovetense que alcanzó la gloria durante décadas con su saber hacer, humildad y saber estar en las diversas facetas de la escena. Como autor, intérprete y ejecutivo de la industria que tanto le dio y a la que tanto aportó.

Manolo Díaz con Paquito D’Rivera.

Se sabía de la dimensión artística y profesional de Díaz en estos quehaceres tan complejos y tan necesarios de talento. Pero hay que estar "in situ" para apreciar el respeto y el cariño que le profesan los profesionales del medio, auténticas estrellas universales, que en Las Vegas no encontraban palabras para definir los logros de Manolo Díaz.

Así pues, la ceremonia del pasado miércoles, donde Manolo Díaz era distinguido por el Consejo junto a Paquito D’Rivera y Abraham Laboriel, fue un desfile de personalidades que destacaron las grandes virtudes del productor asturiano. Carlos Vives, que fue copresentador de la entrega del símbolo latino, dejó constancia de tal admiración.

Y quien abrió la entrega del galardón, Gabriel Abaroa, presidente emérito de los Grammy Latinos, hizo una espléndida y muy sentida descripción de la carrera de Díaz. Comenzó contando que se conocían hace tantos años que lo llevó a los orígenes de la humanidad: Intentó un dúo con Adán y Eva, "que evidentemente no funcionó", bromeó Abaroa, que en determinados momentos hablaba con temblor vocal y alguna lágrima al evocar los momentos de Manolo Díaz y los vividos con Manolo Díaz.

Relató las veces que se encontraron y cuánto habían disfrutado juntos. Destacó la capacidad de Díaz y su papel como cabeza visible de los orígenes de la Academia, también su papel como vicepresidente de la Fundación de los Grammy Latinos. Al igual que Carlos Vives, que había destacado el papel decisivo que el asturiano había tenido en su carrera. Vives quien, por cierto, recordaba minutos antes en conversación con LA NUEVA ESPAÑA, una charla que había mantenido en Madrid días antes de actuar en Oviedo en los años noventa. Fue el año de su gran éxito, "La gota fría". Y no se olvidó del aguacero que cayó en la plaza de toros de Buenavista, a la que no hubo tiempo de techar el escenario y en la que actuó bajo la lluvia, muy a juego con aquel hit.

Manolo Díaz en el arco de paso de los Grammy

Rosario Flores, que fue premio a la excelencia musical, tuvo muy presente a su familia, a su madre, a su padre, a su hermano Antonio y a su hermana Lolita, pero hizo un hueco en su discurso con un detalle muy importante, como lo fue acordarse de que en su día le dieron la carta de libertad cuando Manolo Díaz presidía su compañía de discos. Esto de la carta de libertad en aquellos tiempos era tan importante como la que un club de fútbol da a una de sus estrellas con contrato millonario.

También se observó la sintonía con Díaz de Paquito D’Rivera, y antes de la celebración matinal-vermú se les pudo ver charlando animadamente. El músico cubano, de memoria fotográfica, se acordada en conversación con este periódico de su actuación con Dizzy Gillespie en el Campoamor hace ya treinta años largos y también invocaba las más recientes. D’Rivera había hecho su entrada en el escenario para recoger su premio con su humor habitual: "Me encontré a mucha gente que me debe dinero", bromeó.

Todos estos logros de Manolo Díaz se plasmaban con rotundidad en un vídeo previo que relataba su obra y las estrellas que tuvo bajo su manto de dirección en distintas épocas. De Julio Iglesias a Juanes; de Raffaella Carrà a Leonard Cohen, entre un sinfín de nombres. Vídeo, que, al igual que en el discurso, tuvo referencias a Asturias (incluida una imagen de la plaza con su nombre en Oviedo). El mismo guiño que se veía en el mupi gigante del pasillo hacia el salón de premios, donde con una gran imagen del rostro de Manolo Díaz estaba impreso un texto con un resumen de su extensa biografía. Una biografía que el protagonista amplió de manera sentimental y emocional: "Yo nací hace 81 años en un país destruido por una brutal y cruel guerra civil. Por eso mi capacidad de adaptación hizo milagros a la hora de residir, integrarme y pagar mis impuestos en España, Liberia, Francia, Reino Unido y EE UU", dijo. Y añadió: "Este prestigioso premio reconoce hoy la permanente suerte que me ha acompañado en mi quehacer profesional. Yo a todo esto le llamo tener suerte", puntualizó Díaz. Y finalizó con un guiño a una de sus canciones, que dedicó a los pequeños de su familia. La canción fue uno de sus himnos como cantautor y citó una estrofa: "La juventud tiene razón. Hay que seguir luchando por un mundo mejor donde se grite la verdad".

Pero muy especiales fueron sus palabras, dentro de su "linda y extensa familia", para su "santa esposa", Rose McVeigh: "Nada hubiera conseguido sin su férreo, eficaz y desinteresado apoyo. Y es que en el amor también es bueno tener suerte", matizó. Igualmente mostró su agradecimiento a sus compañeros de viaje, Alain Milhaud, Tomás Martín Blanco o Tomás Muñoz, entre otros.

Fue, efectivamente, una gala en la que se constató la devoción con la que las grandes estrellas de la música agradecen a un ovetense, Manolo Díaz, su aportación a carreras particulares y a la industria de la música en general.

Ya está dicho, pero no está de más repetir una opinión: A Manolo Díaz hay que darle las gracias todos los días, a ser posible a primera hora de la mañana. Y eso hicieron muchos, todos los que participaron en su homenaje, ya que las puertas para la ceremonia se abrieron sobre las diez y media de la mañana.

Una gala con aplausos en cuenta atrás

En el hotel Mandalay Bay se despacharon los actos de la semana de los Grammy Latinos. Un hotel, como todos los de Las Vegas, con un auditorio, el Michelob Ultra, gigante, tan grande o más como los que hay en cualquier ciudad española. No solo. También tiene, entre otros muchos espacios, un teatro donde está programado el espectáculo "One" sobre Michael Jackson. Y en tal auditorio tuvo lugar la gala de entrega de premios, el pasado jueves. Todo un espectáculo de larga duración que por la agilidad con la que se remató se hizo corto o, al menos, no se hizo largo. Todo un show haciendo honores a la ciudad que acoge los Grammy Latinos. Por allí desfilaron Rosalía, que se llevó el premio gordo ("Mejor álbum", "Motomami"). Otros dos grades premios fueron para Jorge Drexler (mejor canción y grabación por "Tocarte", coescrita con C. Tangana). Drexler sorprendió en la actuación anterior a recibir sus premios acompañado por un ilustre del mundo pop/rock, Elvis Costello. Como también se llevaron gramófono Carlos Vives ("mejor álbum", "Tropical") y Sebastián Yatra ("Mejor álbum pop"), entre una larga lista de premiados en una edición dedicada especialmente a Marco Antonio Solís, persona del año. Hubo innumerables actuaciones. Evidentemente una fue la de los Bukis. También actuó Christina Aguilera, que se pegó una ranchera en directo y también se llevó premio. La de otro premiado, Marc Anthony, acompañado de un gran combo; o Sebastián Yatra que se montó un dúo espectacular con John Legend, entre otras muchas apariciones por el escenario del Michelob Ultra. Fue, en fin, todo un show combinado entre el directo con la gente y la televisión. Tan es así, y tan habitual en estas galas, que siempre se avisaba para aplaudir con cuenta atrás. No todo lo que pasa en Las Vegas se queda en las Vegas, aunque que nadie dude de que el meollo se queda en Las Vegas. Los Grammy Latinos se airearon lo suficiente para que los vea el mundo.

Compartir el artículo

stats