Alvarado, Tino Casal y las levitas por las que se moría el artista asturiano de Tudela Veguín

Una retrospectiva sobre el diseñador alicantino en el Museo del Traje rescata prendas del cantante y anécdotas de la gran relación entre ambos: "Le llevaba tejidos que compraba en el rastro para que le hiciera algo", afirma el comisario de la exposición

A. Rubiera

A. Rubiera

Un abrigo en adamascado de lúrex y un pantalón de príncipe de Gales son el testimonio textil, de los muchos posibles, de la unión que el artista asturiano Tino Casal tuvo con el diseñador alicantino Antonio Alvarado. Y viceversa. Y ese entendimiento y la enorme relación que tuvieron hasta la muerte del de Tudela Veguín no podía quedar al margen de la gran exposición retrospectiva que el Museo del Traje de Madrid está dedicando a Alvarado, premio nacional de Diseño de Moda de 2021 y uno de los grandes creadores que vistió de personalidad a la Movida madrileña.

El abrigo-levita y el pantalón, confeccionados por el diseñador hacia el año 1985, los cedió la familia de Casal para la ocasión y tienen su lugar destacado en una muestra que ha logrado reunir más de 500 piezas con las que recomponer la trayectoria de un veterano de la moda española siempre original y con puntada propia.

La exposición, titulada "Baja Costura" (permanecerá abierta hasta el mes de marzo en el museo de la avenida Juan de Herrera, en Madrid), ha contado con la colaboración de más de 40 prestadores además de la familia de Casal. Alaska, Luz Casal, María Barranco y otros nombres conocidos han cedido piezas del diseñador que vistió también a "Mecano", por decir un grupo icónico, y que aportó ingredientes clave en las películas de Pedro Almodóvar, como la camisa estampada de Antonio Banderas en "La ley del deseo".

Uno de los maniquís, con ropa de Tino Casal. Colección particular Familia Casal.

Dos maniquís; uno de ellos con las prendas de Tino Casal. / Jorge López Muñoz

Alvarado, como explica el comisario de la muestra, Juan Gutiérrez, triunfó a principios de los 80 con sus desfiles provocadores en salas que se convirtieron en templos de la Movida, como Rockola y Joy; en 1985 participó en el Desfile de Creadores que señala el inicio de la Pasarela Cibeles y desde entonces siempre ha seguido en la brecha. Su último desfile fue en 2010, pero su relación con la moda nunca ha cesado porque, como confesaba con el título de la colección de primavera de 1992, "Fashion is the love of my life".

Las propuestas de Alvarado más barrocas, con elásticos y cremalleras, con una sastrería muy trabajada, con vocación experimental y un toque de fantasía, es bien sabido que llamaron la atención de Tino Casal. "Por lo que yo sé tenían una gran amistad, además de sentir admiración mutua por el trabajo del otro. Para Antonio, Tino tenía la mejor voz de su generación, y por su parte, Tino se moría por las levitas con vuelo de Alvarado, aparte de otras prendas que o bien compró en su tienda o bien le encargó a medida", cuenta Juan Gutiérrez.

Retrato de Antonio Alvarado

Retrato de Antonio Alvarado

Esa buena relación daría incluso para geniales anécdotas. "Alguna vez el músico asturiano se plantó en el taller del diseñador con tejidos que compraba en el rastro o en viejas tiendas de telas y le pedía que le hiciera tal o cual prenda con ellos. Aunque Alvarado podía encontrar el tejido poco de su gusto, accedía a darle forma, y de ahí salieron algunas de las prendas más características de Tino", relata el comisario de la exposición, que también apunta cuánto le gustaba al de Tudela Veguín "hacerse su propia ropa, o bien customizar la que compraba, pero cuando se trataba de hacerse un buen traje o una levita con buenas hechuras, casi siempre acudía a Alvarado". Sabía dar en el clavo.

Suscríbete para seguir leyendo