José Antonio Marina: "Los humanos somos seres admirables, pero peligrosos"

Los deseos impulsan la acción humana desde el principio de los tiempos, pero su satisfacción no agota la capacidad para anhelar. "Somos un deseo interminable que solo podría ser saciado con la felicidad. Por eso, incluso los acontecimientos históricos más terribles son parte de una larga y tortuosa búsqueda de ese sentimiento".

El filósofo José Antonio Marina (Toledo, 1939) lo explicó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, ante el público que llenó la sala en la presentación en Asturias de "El deseo interminable. Las claves emocionales de la historia" (Planeta), una nueva historia de la humanidad, contada desde el poder de las emociones.

"Los humanos somos seres admirables, pero peligrosos. Traemos de serie emociones egoístas y generosas, que contenemos con tres tipos de barreras: emocionales, institucionales y morales, llamadas a contener el impulso del corazón humano, que es muy intermitente", indicó el ensayista, que mantuvo una conversación con Carlos Hevia Aza, profesor y coordinador pedagógico del colegio Santa María del Naranco.

A lo largo de la charla el profesor Marina manifestó su convencimiento en que todas las sociedades se han enfrentado a los mismos problemas que las diferentes culturas han afrontado de forma diferente. "Es una imbecilidad decir eso de ‘no tengo nada de lo que arrepentirme y apelar a la eliminación del sentimiento de culpa y las emociones negativas para ser feliz, porque eso es lo que hace que no volvamos a obrar de forma errónea", señaló el pensador, que después de viajar por la filosofía, la neurología, la lingüística y la psicología ha llegado al convencimiento de que para comprender los asuntos humanos es preciso conocer su historia.

Y de eso va el libro que se encuentra entre los más vendidos en España en solo unas semanas. Con motivo de su vista a Oviedo, Marina quiso referirse a Jovellanos y al "Discurso económico sobre la felicidad de Asturias", que utilizó para explicar cómo la idea de felicidad, planteada como ese impulso tenaz de las personas individuales en su búsqueda, derivó en la importancia de lograr la felicidad en la esfera pública. "Eso se soluciona con sistemas normativos que solucionan los conflictos", señaló.

Para tratar de entender esa carrera vertiginosa de la humanidad hacia la felicidad, José Antonio Marina divide la historia en dos grandes etapas: la de la obediencia y la de la rebeldía, que se consolida con la declaración Universal de los Derechos Humanos, concebidos como algo innato. También se refirió a la mención expresa que hace la Carta de Derechos Fundamentales de la Constitución Americana al derecho a la búsqueda de la felicidad. Tampoco pasó por alto la diferencia entre los valores supremos" que preconiza la sociedad occidental, centrada en la libertad, y otras donde la base es la armonía.

Para José Antonio Marina es un error creer que todas las opiniones son igualmente válidas. "Debemos enseñar a los niños a diferenciar el bien del mal", señaló. "Hoy hay tantos influencers porque la gente quiere seguir a alguien; la gente pide que alguien venga a dirigirla. Los partidarios de Bolsonaro reclaman a los militares que impongan la dictadura", lamentó. "La filosofía posmoderna esta pasando por una etapa de decadencia, no está cumpliendo su papel social", aseguró el filósofo.