"Asturias es un escenario impagable para reconectar con la naturaleza"

El periodista y escritor asturiano Juan Ramón Lucas afirma que «la salud también se entrena». ¿Y cómo se hace? Las respuestas se encuentran en el libro «Inmunofitness», del que hoy hablará en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, a partir de las 19.30 horas, presentado por el dietista y nutricionista Ramón de Cangas. Lucas, nacido en Madrid en 1958, es hijo de padre de Colombres y de madre mierense. Explica a LA NUEVA ESPAÑA que «estoy en la siguiente pantalla de la radio, en la creación y producción de podcast. Su valor es la especialización y la libertad de elección de temas y horarios. Además, preparo algún proyecto de tele que dará que hablar y estoy con la tercera novela, que arranca en Asturias, muy cerca de la historia de mi familia».

Como anticipo al acto de hoy, una invitación a un hábito de choque: una ducha fría para activar a tope el sistema inmunitario. El cuerpo reacciona ante lo que ve como una agresión, se estimula la circulación de glóbulos rojos, entra en acción el consumo de grasas o segrega la noradrenalina, neurotransmisor que reequilibra la temperatura corporal.

–Abrimos el grifo, pues. ¿«Inmunofitness» es un libro de auto­ayuda, o despega esa etiqueta?

–No es autoayuda. No digo lo que hay que hacer, sino lo que yo hago y me sirve.

–¿Pretende ser guía o ejemplo?

–Ni lo uno ni lo otro. Sugiero y explico.

–¿Qué ha cambiado en su vida desde que colgó los malos hábitos?

–He ganado en salud y energía

–Hablemos sobre felicidad… ¿Se puede alcanzar?

–La felicidad no es una meta, es un camino. O, mejor dicho, etapas del camino vital. Nuestra programación biológica es la supervivencia.

–¿Y cómo se entrena la salud?

–Con atención y constancia.

–¿Somos los peores enemigos de nuestro sistema inmunitario?

–Lo desatendemos por desconocimiento. En el libro lo explico para entenderlo hasta yo.

–¿El objetivo no es vivir más sino vivir mejor?

–¿Y si se pudieran las dos cosas?

–Elimine cinco elementos tóxicos básicos.

–Tabaco, sedentarismo, pantallas en la cama, no dormir y lejanía de la naturaleza.

–A los antivacunas no les gustará su libro…

–No mucho. Reivindico la vacuna como parte del inmunofitness.

–¿La fabada o el cachopo están permitidos en una dieta saludable?

–Dieta saludable es la dieta que se hace con sentido común. La fabada y el cachopo contienen nutrientes y vitaminas que necesita nuestro sistema inmunitario. En todo caso, no hay que ser fundamentalista en nada. La flexibilidad es salud.

–¿Comer sano es aburrido?

–No. Comer sano es comer con sentido común. Sin castigarnos.

–¿Cómo dejar el sillonball y empezar a hacer ejercicio?

–Un primer impulso es suficiente. Los beneficios se ven enseguida.

–¿Las redes sociales son malas consejeras para tener una mente sana?

–No necesariamente. Depende de cómo se utilicen. La relación es importante para la salud mental.

–¿La vida es sueño reparador?

–Sin sueño reparador la vida no es tal.

–¿Asturias tiene mucho ganado con tanto verde?

–Asturias es un escenario impagable para reconectar con la naturaleza.

–¿El sol, siempre con precauciones?

–El sol, siempre. Sin quemarse, claro.

–Relata en el libro que una profunda crisis personal le llevó en su día a la meditación, a «un retiro silencioso»... ¿Y cuándo se dio cuenta de que debía tomarse la salud en serio?

–Cuando empecé a notar que me hacía mayor...

–La pandemia nos ha enseñado...

–Que somos vulnerables. Y el valor de la sanidad pública.

–¿Influyen las presiones empresariales en que unos alimentos entren y salgan de la lista negra (café, cerveza, vino…)?

–No tengo constancia. Pero no deberían.

–Proponga un menú y un ejercicio para empezar hoy mismo.

–No soy nutricionista, pero invitaría a un amigo a unas fabes con almejas y un paseo por el monte.

–¿Deberíamos fijarnos en lo que nos enseñan los animales?

–Es una manera muy sensata de reconectar con la naturaleza.

(Una historia de pisada asturiana para terminar: «Mi abuelo Manolín Fernández se iba andando a Oviedo y volvía el mismo día. Aquello me maravillaba». Algo bueno le quedó de aquel hábito andarín, porque el nieto le cogió el gusto al ejercicio. Hoy corre, hoy boxea. El «güelu» Manolín marcó el camino).