La educación en España

Las universidades emprenden una guerra por captar estudiantes

La fuerte competencia de las privadas y otros centros de estudios superiores hace que las facultades se esfuercen en seducir alumnos

Alumnas universitarias, durante un examen.

Alumnas universitarias, durante un examen. / Ricard Cugat

Olga Pereda

La educación superior lleva años registrando altos niveles de competitividad. España tiene 50 universidades públicas, a las que se suman las privadas, que se han casi duplicado en dos décadas: de 18 a 34. “La guerra por el alumnado es cada vez mayor y la necesidad de captar estudiantes se configura como una necesidad prioritaria”, sentencia un informe de Llorente y Cuenca (LLYC).

Mucha oferta universitaria y una demanda menguante (menos alumnos jóvenes como consecuencia de la baja natalidad) da por resultado que las facultades estén contratando a profesionales para salir la calle -y a las redes- con una misión muy clara: “buscar y seducir” a posibles alumnos y alumnas. Así lo destaca Iñaki Ortega, doctor en Economía y profesor en la Universidad de La Rioja y LLYC, que insiste en que el objetivo es encontrar estudiantes de cualquier edad, no solo jóvenes.

España tiene 1.340.632 estudiantes de grado, según el informe ‘Datos y cifras del sistema universitario español’, elaborado por el ministerio que dirige Joan Subirats. La mayoría de los alumnos se sitúan en la franja entre los 18 y 25 años, pero un porcentaje nada desdeñable, el 14,4% (193.638 estudiantes), tienen más de 30 años. El dato confirma que los mayores son también objeto de deseo para las facultades. De hecho, la recién aprobada ley del sistema universitario (Losu) se dirige a ellos descaradamente al abrir la puerta a las microtitulaciones y la formación para toda la vida, como destacó Subirats en el debate parlamentario de la semana pasada.

“Vamos a tener que educarnos más y durante más tiempo. Ya es imposible trabajar y no seguir formándose. Por eso, los mayores son también la diana del sistema universitario”

Iñaki Ortega

— Profesor universitario

“Vamos a tener que educarnos más y durante más tiempo. Ya es imposible trabajar y no seguir formándose. Por eso, los mayores son también la diana del sistema universitario”, corrobora Ortega.

Fondos de inversión

La 'caza del estudiante' está motivada, entre otros factores, por el crecimiento que están experimentando las universidades privadas, instituciones que hace varias décadas estaban en manos de la Iglesia y que ahora son el objetivo de muchos fondos de inversión, que han olido un buen negocio en la educación superior. “Han encontrado en este sector oportunidades competitivas mediante la adquisición de grupos. El capital permite crecer”, concluye Ortega.

El profesor añade que, hace unas décadas, las universidades privadas españolas se limitaban a ser un centro donde los alumnos y alumnas con alto poder adquisitivo podían estudiar la carrera deseada a pesar de tener una nota media inferior.

Esa faceta ya se ha superado y las privadas se han convertido en una fuente de competencia académica, a pesar de que la comunidad educativa considera que gozan de menos reconocimiento que las públicas. Las facultades privadas pisan fuerte en Madrid, que ya tiene nueve, así como Catalunya y Castilla y León, con cinco cada una. El profesor Ortega explica que Andalucía -Málaga, en concreto- también está ganando terreno.

La competencia para las universidades públicas españolas no proviene solo de las privadas sino que es global. Ahí están, por ejemplo, los centros de educación superior, como las escuelas que ofrecen posgrados, un terreno en el que destacan la enseñanzas de tecnología. “En la carrera por encontrar estudiantes también están participando universidades de todo el mundo, que ofrecen a los alumnos de cualquier país realizar formación online. Y no nos olvidemos de la FP, que está tenido un crecimiento exponencial”, subraya Ortega. De hecho, al igual que la ley de universidades, la nueva legislación de FP ha dirigido su mirada no solo a los jóvenes sino a los adultos que ya tienen un empleo y necesitan o quieren reciclarse, aunque sea con microtitulaciones.

Qué buscan los jóvenes

Bajo el título 'Comunicar en plena revolución educativa. ¿Cómo conectar de forma atractiva con los alumnos del futuro?', el estudio de LLYC analiza qué busca la generación Z (los que tienen entre 18 y 29 años) en una universidad para elegir estudiar en ella. Uno de los aspectos fundamentales es internet. Es decir, que las facultades estén bien posicionadas en los buscadores, una asignatura en la que Madrid y Catalunya aprueban con nota. Otro punto fundamental para los 'juniors' es la inmediatez. Las titulaciones tienen que estar al día y ser lo más sofisticadas posibles. “Los jóvenes no buscan la carrera que hicieron sus padres sino algo más complejo y cosmopolita”, explica el profesor universitario.

“Los jóvenes no buscan la carrera que hicieron sus padres sino algo más complejo y cosmopolita”

Iñaki Ortega

— Profesor universitario

Para combatir la incertidumbre una vez terminados los estudios, la generación Z también considera imprescindible que la facultad le asegure unas prácticas o la inserción en el mundo laboral. Por último, están convencidos de que la universidad “les tiene que enamorar”. Valoran mucho estar en un campus de moda, lo cual, destaca Ortega, no quiere decir que sea el mejor.

“Personalizar la experiencia académica” es otro elemento que reclaman los más jóvenes, al igual que el peso de los antiguos alumnos (alumni en la jerga universitaria). “Los jóvenes buscan en redes sociales personas a las que admiran y revisan su trayectoria académica y cómo orientaron su carrera. Para ellos es fundamental ver que, por ejemplo, el presidente de Iberdrola es exalumno de la Universidad de Comillas, o que el máximo responsable del Banco Sabadell estudió en Esade”, comenta Ortega.