Entre el grafitero que no se vende y el mural pagado: el arte urbano invade el paisaje urbano asturiano

El arte urbano invade las calles asturianas, las medianeras se llenan de color y los pintores de paredes alcanzan, por encargo de los ayuntamientos, el grado máximo de virtuosismo; pero debajo aún subsiste una cultura de artistas del spray que luchan por mantenerse lejos de la lógica del mercado

César Frey, "El Séptimo Crío", pintando en la Noche Blanca de Oviedo.

César Frey, "El Séptimo Crío", pintando en la Noche Blanca de Oviedo. / Miki López

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Francisco Reyes Sánchez (Madrid, 1972) es profesor en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, su tesis doctoral, pionera en España, versó sobre la cultura del hip hop en el país: el grafitti, el break dance y el rap. Conoce bien toda esa cultura y la ha enseñado en la universidad, como asignatura. Pero también sabe cómo es desde dentro. Ahora explica que es "un señor mayor que da charlas sobre grafitti", pero cuando era más joven fue grafitero. Y ha vivido la evolución de este arte y de su aceptación social. "En los 80, cuando aún nadie sabía lo que era, recuerdo estar pintando en un solar y pasaba la policía y decía ‘ah, qué bonito’. O bajaban señoras y nos traían un colacao y tal. Porque estábamos hacendo el bien, ¿sabes? Tres años después, los mismos tíos ya consideraban que estábamos haciendo el mal".

Luego, estos artistas del spray pasaron a ser vándalos perseguibles y ahora el arte urbano -particularmente el muralismo- vive una primavera: las medianeras de los edificios de las principales calles de Asturias se están llenando de colores gracias, en buena parte, a los dineros municipales. Reyes apunta que ese florecimiento del gran mural urbano -cuyo nacimiento él sitúa hacia 2007 y en Barcelona, "un poquito antes de la crisis"- ha creado "una escena totalmente institucionalizada" y "cuando un político quiere hacerse el moderno pues recurre al arte urbano, porque es transgresor, es juvenil, te apuntas un tanto".

Reyes -que está preparando un documental, un libro y una gran exposición en Madrid en torno a Muelle, el gran pionero del grafitti en España- precisa que este renacimiento de un nuevo arte parietal que estamos viendo es el fruto del trabajo de treinta años de muchos artistas. Y entre los pioneros cita al mierense César Frey, "El séptimo crío", "que es uno de los muralistas más antiguos, sino el más antiguo de España".

Hecha esta matización, añade que el descubrimiento que los gestores políticos han hecho de este tipo de arte sustenta a los artistas y alienta la pintura, aunque no tenga nada que ver con los principios ( más que estéticos, éticos) que guían a los grafiteros auténticos, que huyen de cualquier mercantilización de sus obras. "No sé si te acuerdas de MC Hammer, Vanilla Ice y toda aquella movida del rap. Bueno, pues gracias a ellos, que eran totalmente mainstream y mediáticos, ha habido una generación haciendo rap desde abajo". Es decir, "se abrió el discurso". Hay grandes obras por encargo de empresas o instituciones pero el grafitero que ni está ni se le espera en el mercado, y que pinta incluso donde no se debería, buscando salirse del marco del dinero, pervive. "Los que están del lado de la rebeldía siguen estando. Y siguen saliendo nuevos que se apuntan a esta corriente. Y los del arte urbano, que no tienen nada que ver con los grafitti, pues van por su lado".

En un sentido parecido se expresa el artista asturiano Bastian Riak, autor de numerosos y espectaculares murales. "Desde luego (este boom del muralismo) es positivo para el bolsillo de los creadores. El aspecto reivindicativo del arte está muy bien hasta que un montón de cuentas bancarias se aprovechan del trabajo volcado. Ahí veo positivo que también los creadores puedan aprovecharse. Para rebelde ya se queda el graffiti, que siempre ha sido la disciplina guerrillera". Y añade: "El punto más importante de la intervención de los poderes públicos es la posibilidad de llevar a cabo proyectos en medianeras con libertad creativa, lo cual es casi imposible económicamente hablando de otra manera".

Bastian Riak asegura que en Asturias hay mucho talento artístico en este campo. "Y hay varias generaciones marcadas, con sus ramificaciones en estilo y mensajes. Skf Brus, Cesar Frey, son una generación pionera. Está la mía, de Xav, de Niño, de Igle, que sería la siguiente. Y está la nueva de Sentydo, Sympa, Mystic, e intenciones de los grafiteros de ampliar el mensaje hacia el street art".

Bastián Riak pide que el arte urbano entre en los museos. "Creo que debería colgarse en los museos, solo que aún se está desarrollando, le quedan unos años para establecerse a nivel global. Pero en Berlín, por ejemplo, en 2017 asistí a la inauguración del primer gran museo de street art en Europa y vi el futuro en el resto de sitios. Allí es el arte más valorado actualmente, aunque su propio mecanismo hace que sea difícil cotizarlo. En Oviedo se intentó una galería pero no siguió adelante, supongo por la falta de interés en el producto".

César Frey, "El séptimo crío", considera que por primera vez se está reconociendo este tipo de disciplina artística y, en concreto, destaca la exposición que el Museo Nacional de Antropología dedicó el año pasado a los pioneros del grafitti en España, entre los que él se encuentra. Frey también diferencia entre los murales y el grafiti, una expresión artística "que ni se compra ni se vende", subraya. Cuando la obra tiene plazos de ejecución y entra en la lógica del mercado, deja de ser grafiti. Digamos que el grafitti ha de ser impermeable al capital y se enmarca dentro de la cultura hip hop. "Yo no conozco un grafitero que jamás haya dicho que ha ejecutado un grafitti en una galería de arte". Por eso Frey, que también ejecuta murales por encargo, mantiene bien abierta la diferencia. "Yo siempre digo que mi oficio es el arte y mi pasión es el grafitti". Hecha esta diferenciación ente la pasión y oficio remunerado, Frey apunta que "lo que estamos viviendo actualmente está bien porque estamos evolucionando mucho artísticamente. Plantamos una base y durante estas décadas esto evolucionó y acabó en esto que estamos viendo ahora, independientemente de que detrás de todo esté Don Dinero y de que, en un futuro, pueda acabar destruyendo la esencia de todo. Pero ahora mismo, artísticamente, estamos en todo lo alto"

El séptimo crío cree que toda esta cultura hip hop que nació en los barrios, en entornos desfavorecidos, y que se vanagloria de su carácter indomable puede acabar destruyéndose "si se "elitiza. como ocurrió con otras culturas populares. Pasó con el tango o con los hippies. Cuando el tango empiezan a bailarlo las élites ,o cuando los hippies de repente son ricos, pues entonces desde las bases ya no se ve como algo cercano a ti y se destruye".

Oviedo

Cometas, cantantes y verduleras del Fontán: el arte urbano florece en la capital

César Frey, "El Séptimo Crío", ante el mural que pintó en el Instituto Alfonso II de Oviedo.

César Frey, "El Séptimo Crío", ante el mural que pintó en el Instituto Alfonso II de Oviedo. / Miki López

Franco Torre

Fue en el año del cometa "Halley". Una empresa de construcción erigía el edificio que, aún hoy, hace esquina entre Fuertes Acevedo y Silla del Rey. Por una serie de circunstancias constructivas y urbanísticas, al levantar el edificio quedaba a la vista una fachada medianera ciega del inmueble anexo. Para solventar el problema, el constructor pactó con el Ayuntamiento una solución de compromiso: decorar la medianera con una pintura mural. La haría Eduardo Úrculo, que ideó un diseño en el que conectaba el paso del "Halley" con la mítica cometa de Benjamin Franklin. Así nació el icónico mural de la cometa de Úrculo, pionero y abanderado de un "arte parietal" que, en Oviedo, ha eclosionado con especial fuerza estos seis últimos años, desde la creación del festival Parees.

Sobre paredes vírgenes o reutilizadas, los murales impulsados en el seno del festival han renovado, cada mes de octubre, el repertorio del arte urbano en la ciudad. En algunos casos, los diseños han sido auténticos acontecimientos a nivel de localidad o barrio: es el caso del dedicado a Tino Casal en Tudela Veguín, realizado por Xav, y cuya inauguración en octubre de 2018 se convirtió en un gran homenaje al autor de "Eloise". En la última edición, el pasado otoño, causó sensación el diseño de Mariana Duarte Santos para una medianera de la calle Azcárraga. La artista usó como modelo una fotografía tomada por Francisco Ruiz Tilve en 1968, procedente de los fondos del Muséu del Pueblu de Asturies, y en la que se retrataba una verdulera del mercado del Fontán, María Jovellanos García.

Aparte de Parees, otras entidades han impulsado la realización de murales estos últimos años. LA NUEVA ESPAÑA, en colaboración con la tecnológica Honor, encargó el año pasado un mural al artista César Frey, "El Séptimo Crío". El mural está instalado en una pared de la Fundación Vinjoy. Otras instituciones educativas han impulsado murales para decorar sus paredes. El propio César Frey realizó, en el otoño de 2021, un espectacular mural en el instituto Alfonso II, visible desde la calle. Por su parte, Bastián Prendes y Marcos Orrosa realizaron, en el verano de 2016, un mural específico para la entrada del IES Doctor Fleming: se trata de un diseño que representa, precisamente, al investigador que da nombre al centro.

Gijón

Combatir el fuego con fuego: fachadas y colegios se blindan ante las pintadas

El mural en la calle Federica Montseny, en Gijón.

El mural en la calle Federica Montseny, en Gijón. / Marcos León

Pablo Palomo

Los grafiteros tienen sus códigos, son personas de leyes no escritas. Y quizás una de la más importante es la de no pintar sobre el dibujo de otro. Siguiendo esa estela, Gijón ha decidido combatir el fuego con fuego para poner coto a las pintadas callejeras. El plan de muralización de la ciudad arrancó hace ya varios años, pero se decidió ampliar en 2022 para llegar a más rincones. El arte urbano va de oeste a este y admite todos los tamaños y formas. Hay grandes obras cubriendo fachadas enteras, otras más pequeñas en cajetines de la luz, imágenes del pasado en algunos colegios y hasta murales de homenaje a los mayores, los que más sufrieron la pandemia, en la parroquia rural de Granda. 

El mural del colegio Santa Olaya, en la avenida de Galicia, es uno de los más conocidos. El muro exterior del centro luce desde hace años el lema "Nunca olvides tus raíces" junto a imágenes de los astilleros de Naval Gijón. Pura esencia de la lucha obrera que ahora se está actualizando con una obra de Alicia Varela, fruto de la ampliación del plan anteriormente mencionado. Dentro de esta ampliación se engloba también una de las mayores obras que hay en la ciudad. Se trata del dibujo de la fachada del número 1 de la calle Federica Montseny, en La Calzada, que ya ha terminado el artista Hugo Lomás, más conocido como "Sfhir". Ligado a esta iniciativa está el dibujo en la caseta la plaza de Compostela, en El Llano, que firman "Jalos" y "Sak". Se trabaja a diferentes ritmos para tener murales en la biblioteca de La Camocha, y en la plaza de Europa, ahora en ejecución.  

Hay mucho más. "Sfhir" también ha devuelto al pasado al Campo Valdés plasmando en la fachada del colegio San Lorenzo imágenes de cómo era la zona en el siglo XIX. Más años tienen los murales de punta Lequerica, en el Puerto Deportivo; el del campo de La Cruz, en Ceares; el de La Guía, el del paseo de Begoña, el de la calle Río Eo, en Pumarín o el del poblado de Inuesa, en Tremañes. También hay que destacar el que hizo hace dos años César Frey en el lavadero de Granda para homenajear a los mayores durante la pandemia, los del pabellón de Mata Jove, en La Calzada o el de la cancha de fútbol sala de El Muselín. 

Avilés

La ciudad se llena de «glamour» con grandes nombres echados a la calle

Charlie Granberg delante de su mural de la antigua Pescadería de Avilés, en 2021.

Charlie Granberg delante de su mural de la antigua Pescadería de Avilés, en 2021. / Mara Villamuza

Saúl Fernández

Los murales en Avilés tienen "glamour". Los que sobreviven son de Joaquín Vaquero Turcios, Carlos Suárez, Ramón Rodríguez y, últimamente, de Bastián Riak o Charlie Granberg. Los hay en edificios públicos y, de los años noventa para acá, iluminan las calles. Y, además, con el aplauso de las administraciones públicas: el Ayuntamiento de Avilés organiza desde hace un par de años el Festival de Arte Urbano. Allí, en ese marco, la Liga Nacional del Graffiti celebra una de sus eliminatorias nacionales en el concejo. "Pintar en la calle es más divertido", determina Rodríguez el autor de "Flecha", que está en la piscina de La Magdalena desde comienzos de los noventa. Los de Vaquero Turcios, por ejemplo, lucían en el vestíbulo del antiguo ambulatorio, el de Llano Ponte. Cuando hubo que derribar el edificio -ahí sigue, medio medio- el Ayuntamiento de Avilés apostó por su recuperación. Uno se llamaba "Alegoría de la Medicina" y el otro "Alegoría del trabajo". Ahora están en la sede central de la Fundación Idonial y en la entrada del polideportivo del Quirinal. Cuenta la leyenda que fue el arquitecto Fernando Cavestany el que vio dos paredes limpias en la entrada de su edificio médico. Y sigue contando la leyenda que llamó a Vaquero Turcios para solucionar el problema y que este lo hizo en un par de días. "Estoy convencido de que entonces debieron pensar que eran supermodernos, pero ahora son clásicos", resume Rodríguez. 

Trabajos de restauración de «Alegoría de la Medicina» de Joaquín Vaquero Turcios, en 2003.

Trabajos de restauración de «Alegoría de la Medicina» de Joaquín Vaquero Turcios, en 2003. / MURAL DE LA ALEGORIA DE LA MEDICINA, DURANTE SU RESTAURACION.

La primera edad de oro de los murales públicos en Avilés son los noventa. "El bosque encantado", de Carlos Suárez, destaca sobremanera (350 metros de mural en la Estación de Autobuses). Pero también los de Rodríguez y la Escuela de Cerámica. 

Bastián Riak, por ejemplo, hizo "Adelante" en un paredón enorme de Santa Apolonia, 12. Veintiún días sobre un andamio. El sueco Charlie Granberg  reinventó la creación del hombre de Miguel Ángel en la antigua pescadería. No quiere repararlo. Paco Roca y Martín Forés han sido los últimos en llenar de "glamour" las calles avilesinas con una obra que casi reconstruye el lavadero de González Abarca.

Las Cuencas

Color para borrar la negra sombra de la reconversión minera e industrial

Mural de David Esteban en La Felguera.

Mural de David Esteban en La Felguera. / David Orihuela

David Orihuela

Las Cuencas mineras asturianas quieren quitarse de encima de una vez por todas esa neblina oscura que las cubrió durante décadas y una de las formas que han encontrado para hacerlo es el arte urbano. En Langreo, cabecera del valle del Nalón, el Ayuntamiento ha apostado por los murales para recuperar espacios degradados. Primero fue en espacios públicos y ahora el proyecto se ha trasladado a medianeras de edificios privados. Bajo el comisariado de Think Diseño en una primera fase se pintaron dos murales en Lada, en el subterráneo que da acceso a La Felguera (David Maker) y en el muro de la carretera junto a la térmica (Joseba Muruzabal); uno en Sama, en la plaza Herrero (colectivo "Los tres que sobran), y otros dos en La Felguera: en el campo de fútbol de Ganzábal (Goyo Rodríguez) y en el pasadizo a Valnalón (Think Diseño). La premisa era que las pinturas debían estar relacionadas con los "objetivos del milenio", una condición tan abierta que permitió a los artistas dibujar a mujeres carboneras, un rocódromo o un alegato en defensa del planeta. 

Trabajo de «Dúo Amazonas» en Mieres

Trabajo de «Dúo Amazonas» en Mieres

La segunda fase del proyecto está en pleno desarrollo. En este caso se pitarán diez murales, dos de ellos dobles, en medianeras de edificios de todos los distritos langreanos excepto Riaño. Dos de las obras ya están terminadas. El leonés David Esteban, considerado por los aficionados al arte urbano uno de los mejores muralistas del mundo, ha pintado dos muros de 23 metros de alto en La Felguera, al final de la calle Pepita Fernández Duro. Son "los niños gigantes de La Felguera", dos murales coloristas con iconografía infantil y juvenil. El otro mural que está terminado lo han pintado Think Diseño junto al paso a nivel del tren en Ciaño.

En Mieres se inició un plan similar. El trabajo más destacado hasta ahora es el realizado por "Dúo Amazonas", compuesto por las artistas Natalia Andreoli (Argentina, 1992) y Lina Castellanos (Colombia, 1990), que recuperaron el Mieres bullicioso y festivo de hace décadas con la intención de impulsarlo hacia el futuro desde un edificio en la confluencia de las calles Carreño Miranda y Doce de Octubre. 

Siero

Diez obras en el concejo que apuesta por el arte urbano a través de Muralia

Mural del pico Urriellu en la Pola, obra de Javier Lobo y Mark Zimbermann, que es el más grande y el último en inaugurarse.

Mural del pico Urriellu en la Pola, obra de Javier Lobo y Mark Zimbermann, que es el más grande y el último en inaugurarse. / P. T.

S. Arias

Siero muestra diez murales distribuidos entre la Pola, Lugones, El Berrón y Lieres dentro del programa Muralia que impulsa el Ayuntamiento, con el que quieren ser un referente del arte urbano. De hecho, algunas de las obras han sido premiadas por la publicación "Street Art Cities".

La última obra, la mayor de todas, es una recreación del paisaje del pico Urriellu hecha por los artistas Javier Lobo y Mark Zimbermann en un lateral del polideportivo Leandro Domínguez, en la Pola. En la capital del concejo también se puede encontrar el mural "La raposa", del artista valenciano Xolakas, quien también firmó el mural del gato "Uma" en Lugones. 

Mural del gato «Uma» en Lugones, del artista Xolakas.

Mural del gato «Uma» en Lugones, del artista Xolakas. / P. T.

El gusto por los murales ha crecido en Siero y son los vecinos quienes proponen nuevos emplazamientos y dan título a las obras. También hay arte urbano firmado por los artistas locales del colectivo cultural "Polarte" por las calles de la Pola que nutren la apuesta municipal por el grafiti. 

En Lugones también se puede encontrar, en la avenida de Oviedo, el mural "Mano sangrando" de la artista catalana, Elisa Capdevila, y el de Pablo Zabala, ayudado por Antón Carrero, que representa la naturaleza de La Cebera. En la localidad también se puede disfrutar del trabajo hecho por "Da2.0" en la calle Antonio Machado, un mural en contra del uso de envases tetra brik conocido como "La niña reciclando". 

La actividad de Muralia se ha extendido también a El Berrón, donde cuentan con "Efecto Caparina" del artista Dridali en la calle Los Laureles, que es visible desde la avenida de Langreo y desde la autopista. Y la niña de la Pola y el niño de El Berrón que se representan en una fachada de una vivienda en la carretera N-634. El arte urbano también está presente en Lieres, donde el artista gallego Diego As pintó un oso y un paisaje de naturaleza en el lateral de un edificio de viviendas de la localidad.

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E. L.

San Pintando del Amor Hermoso, un santo encapuchado para mantener el anonimato y orlado de pinceles, es la figura que misteriosamente apareció en una especie de terraza, cerca de la plaza de Les Campes de Pola de Siero, el pasado 23 de abril, cuando la asociación Polarte organizaba una ruta guiada por las distintas manifestaciones artísticas que han ido brotando en las paredes de la capital polesa en los últimos tiempos. Una cosa son los murales promovidos por el Ayuntamiento y otra son estas manifestaciones espontáneas, no de menor calidad artística, que distintos creadores han ido "colgando" en distintos rincones de una villa que aspira a atraer a más y a convertirse en "capital del arte urbano de Asturias". La asociación Polarte trata de alentar y difundir esas obras, casi siempre con mensajes críticos y en la mayoría de los casos condenadas a desaparecer a la intemperie.

Noelia Blanco González, profesora de arte en el Instituto Río Nora, es una de las fundadoras de Polarte. "Creamos la asociación porque veíamos que había muchas actuaciones artísticas en la calle de distintos artistas y, a veces, no se le daba todo el valor que merecían. O no se conocía mucho lo que estaban haciendo. Entonces creamos la asociación para hacer más visible el arte urbano, para que la gente lo conozca, lo entienda, que es un mundo muy diverso. Y así también queríamos que fuera un estímulo para que la gente viniera a la Pola y aprendiera a respetar un poco este tipo de acciones, intervenciones espontáneas en la calle y que son regalos que nos hacen los artistas".

Explica Noelia Blanco que el detonante de este florecimiento del arte urbano en Pola de Siero fue el artista que responde al nombre de Sentydoart, un creador muy celoso de proteger su identidad. El fue, en diciembre de 2019, quien empezó a subir sus obras polesas en su cuenta de Instagram. Esa presentación pública de su obra también llegó acompañada de una especie de manifiesto reivindicativo del valor del arte urbano. "En ese manifiesto hablaba de que muchas veces vamos por la calle sin fijarnos en nada, todo nos parece como un mundo gris y vamos caminando mirando sólo a los teléfonos móviles. Él quería que recuperáramos las calles y otra manera de movernos por el mundo, de mirar y de fijarnos en lo que tenemos a nuestro alrededor. Esa es la idea que tiene también nuestra asociación: visibilizar lo que tenemos y considerar las calles como algo de todos y de todas y en donde podemos acercarnos al arte. Muchas veces el arte están en las galerías y en los museos pero las calles también pueden ser un museo donde encontrar obras muy interesantes", añade Blanco.

Precisamente, el próximo día 3 de junio, a las 22 horas, en la nave de Cometa Verde (C. de Maestros Martin Galache, 4), el artista Sentydorart presentará un audiovisual sobre un proyecto llamado "El vuelo" que hila, a modo de relato, las últimas obras que está realizando en la capital sierense. Para los interesados en ver alguna de las obras de arte urbano de la Pola pueden echar un vistazo a las siguientes cuentas de Instagram, donde están expuestas: @gamberrarte, @Sentydoart, @yarn_6p, @ser.y.star, @la_cartera_de_los_recuerdos, @asturiesrewind, @artefactosmone, @piedresnelcamin, @estudio.rangel, @polarte_siero, @dafurtuart.

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