Delibes: "Todo lo que rodea Doñana ahora es muy poco racional"

El biólogo asegura que no se va a ampliar el regadío en el parque y llama a buscar la paz y no una guerra política

Miguel Delibes. | IRMA COLLÍN

Miguel Delibes. | IRMA COLLÍN / T. Pertierra,

Tino Pertierra

Tino Pertierra

La comisión de Fomento y Articulación del territorio del Parlamento andaluz aprobó ayer ampliar el listado de comparecientes para dar su opinión sobre la proposición de ley de PP-A y Vox para regularizar zonas de regadíos en la comarca del Condado de Huelva. Y en ella entra el biólogo y presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel Delibes de Castro, en Oviedo desde ayer como jurado del premio "Princesa de Asturias".

"Es lo razonable", afirmó a LA NUEVA ESPAÑA, "pero hubiera sido mejor haberlo hecho antes, porque el Consejo de Participación es justamente un órgano público para participar en los temas referentes a Doñana, que no lo invitaran, aunque fuera por formalidad, era raro, ¿no?"

Confía en que Doñana siga viva siempre, aunque "evidentemente distinta de cómo la conocí, de cómo la conocieron mis predecesores y de lo que es ahora. La Tierra está cambiando, el clima cambia, en Doñana hace bastante más calor que hace 50 años, llueve bastante menos, por fuerza va a cambiar, La marisma es distinta, también se introdujeron cangrejos americanos y hoy son omnipresentes. Ha cambiado toda la ecología y la dinámica de la marisma, y luego las propias marismas tienden a colmatarse".

Pero espera que siga siendo "un lugar silvestre, salvaje, con una Naturaleza diferente de la anterior, pero que no sea destruida. Hay muchos argumentos para conservarla, legales, sociales, de opinión pública... La normalidad y la sociedad van a favor de Doñana más que en contra".

Todo lo que rodea Doñana ahora "es muy poco racional, es decir, en vez de estar trabajando todos con ahínco en resolver el problema que hay con el agua, con el riego y con otras cosas, lo que estamos es tirándonos los restos a la cabeza, esto se ha politizado en el peor sentido de la palabra política, se ha ‘partidizado’, la política debería ser gestionar las cosas de todos, pero aquí estamos gestionando más bien políticas de partido, de unos contra otros, ¿no?"

Se distingue "claramente a unos grupos que creen que hay problemas ambientales, que creen que hay problemas ecológicos, de otros, que... bueno, el ejemplo archiconocido, era Trump negando que hubiera calentamiento global. Si nos peleamos entre nosotros, todo el mundo sale perdiendo, sale perdiendo la imagen de España, la imagen de Andalucía, la agricultura andaluza y española y los frutos rojos de la comarca. Nadie gana".

Y el último episodio: diputados alemanes que cancelan su visita al Parque Nacional de Doñana para conocer sobre el terreno la situación de la sequía y los cultivos de fresas: "Esto es como una especie de bola de nieve que crece y crece", lamenta Delibes, "engordando los aspectos más mediáticos y políticos del tema, sin abordar a fondo los problemas de escasez de agua y los problemas sociales de regantes que deben dejar de rega y han vivido de ello. Eso es lo que hay que enfocar, en Asturias lo sabéis muy bien, con la minería o las industrias que hubo que reconvertir en su momento. Hay que abordarlo con seriedad, y con dinero, y no pretender solucionarlo con varitas mágicas, diciendo ‘una ley nueva y todo arreglado’, eso lo que hace es complicar todo más".

Drama a la vista. "El agua es escasa, no solo para Doñana, que se está secando, sino también para los regantes, cuyos pozos también se empiezan a secar, y también para los pueblos que necesitan ese agua. Hay una opción, el acuerdo al que se llegó en 2014, con el que todo el mundo estuvo a favor, incluía traer agua de fuera para los agricultores regularizados, legalizados por la norma de 2014, y eso llevaría a casi, casi, suprimir las extracciones. Si ahora mismo se hacen regantes legales a los que eran irregulares, y el agua que venga se reparte, no dará para todos, y habrá que seguir bombeando, con lo cual el problema de Doñana seguirá".

Por lo tanto, "hay dos decisiones fundamentales. Una, que busquemos la paz para arreglar las cosas en vez de la guerra en el entorno de Doñana, y otra, que sepamos que la alternativa es el acuerdo de 2014, que si tiene algún fallo, se podrá estudiar, pero que fue aceptado por la Unión Europea y por la UNESCO, porque España lo presentó como el plan para defender Doñana".

Una convicción: "Creo, sinceramente, que no se va a ampliar el regadío en Doñana, que no se va a permitir por el Tribunal Constitucional en España, por la Unión Europea, por las sanciones, pero me da pena que tengamos que llegar a eso, para corregirnos. Esto se planteó como una baza electoral, que no salió bien, y como fue un error, se está utilizando también electoralmente contra los que lo han propuesto".

Ve poco normal que "intentemos poner todos los regadíos donde no hay agua. Es verdad que la mezcla de mucha agua y calor hace crecer más las plantas, pero no deja de ser anómalo que pretendamos que la salvación de España esté en regar los sitios donde no hay agua porque eso va a crear muchos problemas. Ya está pasando con los acuíferos, zonas de reserva, si los estamos secando también estamos hipotecando el futuro de una forma cuestionable y un poco irresponsable. Y esto ya lo sabemos también en la España húmeda. También aquí seguramente notáis que los ríos, los arroyos, llevan menos agua, que hay fuentes que se secan".

Vaya si se nota...

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