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Emoción en la Colegiata de Salas, en la toma de posesión de Jacobo Cosmen como patrono de honor del Foro Jovellanos

El presidente del patronato de la Fundación, Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos, glosó la figura del homenajeado

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Emoción en la Colegiata de Salas, en la toma de posesión de Jacobo Cosmen como patrono de honor del Foro Jovellanos Luisma Murias

Si Pepe Cosmen levantara la cabeza, asentiría con orgullo y satisfacción al ver a su hijo Jacobo recogiendo ayer en Salas sus atributos como patrono de honor de la Fundación Foro Jovellanos. No pudo haber mejor escenario: la colegiata de Santa María la Mayor. Rodeado de muchos amigos del mundo de la empresa, la política y la cultura, el empresario enriqueció el acto protocolario con un lúcido e inspirador discurso sobre los retos del presente y los desafíos del futuro, proponiendo una receta imprescindible: una alianza de política, sociedad civil y empresa. Sus palabras eran puro jovellanismo, con su sueño latente de una Asturias unida y pujante. Muy unida.

Tras una misa oficiada por Alejandro Sanzo Lombardero por los fallecidos de la familia Cosmen Menéndez-Castañedo, el presidente del patronato de la Fundación Foro Jovellanos, Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos, glosó la figura del homenajeado. Destacó su capacidad de emprendimiento, su "valentía para asumir riesgos", alguien intrépido a la hora de afrontar peligros. Y "una excelente persona" que atesora virtudes tales como "honradez, humildad, honor..." Heredó, según García Arango, la bondad innata de una familia que logró llevar a la empresa de transportes Alsa a lo más alto del tráfico internacional con criterios de "honorabilidad y confianza social". Y subrayó en rojo su lema: "Nunca es mal momento para aprender".

Y ese aprendiz perpetuo llamado Jacobo Cosmen tomó la palabra para rendir homenaje, a su vez, al espíritu jovellanista y, también, a "la estela de mi padre". Ante la mirada emocionada de su familia, Cosmen abanderó un mensaje conciliador de emprendimiento para trabajar "por nuestra querida Asturias, que tanto nos da y a la que tanto debemos". El pensamiento de Jovellanos, subrayó, debe ser "un acicate" para la construcción de esa Asturias. Y ahí abrió un puente de variantes de futuro inspiradas en la necesidad de "repensar" un Principado que luche por mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, con "más oportunidades". Es decir, con el fin de mejorar la prosperidad y estar más preparados. Sin envidias insanas, sin rencillas. "Repensar cada día", y hacerlo con la convicción de que "nadie sobra y nadie debe sobrar".

"Política, empresa y sociedad civil de la mano para detectar oportunidades que aprovechar y "problemas que subsanar". Siguiendo el mismo "espíritu de emprendimiento y curiosidad de Alsa". Apostó por poder atraer talentos, reclamó cooperación territorial como palanca de progreso social, llamó a abrirse al exterior y buscar sinergias en busca de un bien común. Un ejemplo: el Corredor Atlántico Noroeste ferroviario. Presionar para avanzar. Flanqueado por el mausoleo de Fernando Valdés, obra de Pompeo Leoni, recién estrenada la restauración en la que colaboró CMCXXI (Cosmen Menéndez-Castañedo), el nuevo Patrono de Honor ensalzó el valor añadido de la Naturaleza e invocó de nuevo a Jovellanos para enmarcar el necesario compromiso de "preservarlo", hay que "defender nuestro patrimonio natural", y hacerlo con "firmeza y flexibilidad" para atender los intereses de todos los sectores (campesinos, ganaderos, empresas...) y ofrecer, además, un turismo de calidad. Avivó entonces la necesidad de contar con recursos necesarios para combatir los incendios. El valor de la formación, indispensable. Explicó entonces, con cierta tristeza, que muchas empresas demandan perfiles de profesionales que la sociedad asturiana no ofrece, y a veces "es difícil cubrir vacantes".

Es urgente, pues, que "Universidad y empresa trabajen juntas, mano a mano". Que los jóvenes puedan desarrollar un proyecto vital en su tierra es una prioridad, como lo es mejorar las comunicaciones para conectar con el centro de Europa. La apuesta no admite dilaciones: crecer, competir, salir fuera con posibilidades de éxito. Todos a una: políticos, sindicatos, empresarios, Universidad... "Conseguirlo sería el sueño de Jovellanos". Una advertencia: "Nada será posible sin equipos humanos competentes". Y "es necesario que se den condiciones laborales y sociales para que se queden". Una Asturias capaz y competitiva, reclamó, soñó. Y pidió: "¡Manos a la obra!".

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