Miki López no iba preparado para acabar en el agua el día del Carmen del año pasado. Porque en su fotografía de la procesión de la Virgen en Salinas, ganadora del premio "Memorial Ramón González" de "Miraes", muestra que convoca cada año la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Asturianos (APFA), no hay teleobjetivo que valga. El agua le llega al jefe de fotografía de LA NUEVA ESPAÑA a la misma altura que a los jóvenes que llevan en andas a la Virgen más marinera; y así, "pingando", tuvo que seguir la jornada laboral por las fiesta de Asturias. Es lo que tiene el reporterismo gráfico, que una vez que se visualiza la imagen periodística no es fácil dejarla pasar. Aunque no se vaya vestido para la ocasión.
"Esa procesión la he hecho en muchas ocasiones y sabía que a veces genera momentos especiales cuando llevan la imagen al mar. Alguna vez había ido preparado para meterme al agua, pero no era el caso", cuenta Miki López, con más de tres décadas de profesión a la espalda. Ese 16 de julio de hace un año todo se dio para que le pudiera el ímpetu. "Había muy buen ambiente, mucha gente joven con gana de fiesta, una luz espectacular... y de pronto voy viendo cómo los chavales van aproximándose con euforia a la Virgen, cómo los que portean se estiran al máximo para que la imagen no se mojara con las olas... y me metí, claro. Quité playeros, arremangué pantalones y para dentro", relata con humor.
Esa fotografía fue publicada al día siguiente casi a página completa en el suplemento de verano de LA NUEVA ESPAÑA. Pero podría no haber sido así. "Las fotos del Carmen casi siempre quedan diluidas porque como en un mismo día siempre hay tantas procesiones, tantos festejos y tantos momentos emocionantes por toda Asturias, suelen pasar desapercibidas. Pero al menos yo había quedado contento con el resultado final", relata. Una muestra más de que "los profesionales del fotoperiodismo tenemos que intentar no caer en el aburrimiento, y a veces hay que mojarse y buscar un enfoque distinto que es lo que luego le da el sentido a la foto", sostiene.
Si la festiva imagen de Miki López es el XVII Premio "Memorial Ramón González", otra fotografía completamente distinta es la que se ha hecho con el VIII Premio "Memorial Joaquín Bilbao". La tomó el 14 de agosto en Irpin (Ucrania) el gijonés Manu Brabo, y en ella se ven los cadáveres de una familia que huía de la guerra y cayó víctima de la artillería rusa.
Una fotografía que le pone el brutal contrapunto a un año marcado en España y en Asturias por el ánimo colectivo de dejar atrás el tiempo gris de la pandemia y que en el mismo continente se anclaba en el sufrimiento más antiguo, el que genera un conflicto armado del que ya se cumplen 500 días.
Las dos instantáneas ganadoras formarán parte de la exposición "Miraes 2023", que el próximo día 21 se inaugurará en el Museo Barjola. Un encuentro ya habitual –va por su decimonovena edición– del mejor fotoperiodismo asturiano con el público, a través de una buena muestra del trabajo desempeñado en el último año por los compañeros gráficos de la región. Eso es "Miraes 2023": una nueva crónica colectiva de un año retratado en su día a día.