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Xavier Ribalta incluye "L’añada" en "Cantos intemporales", tributo a la canción de su tiempo

El nuevo discolibro del juglar catalán reúne 16 himnos sentimentales de la España diversa de los últimos 60 años, empezando por "Al vent"

Xavier Ribalta. | LUISMA MURIAS

Al borde de los 60 años en el "mundo traidor" de la canción, Xavier Ribalta (Tárrega, Lérida; 1943) hace un homenaje a la música que le tocó vivir, a los compañeros y a las lenguas, en un resumen de 16 temas que se abre con "Al vent" y "Al alba" y recorre la música popular y la cantautoría de la España diversa.

Asturias está representada con "Agora no", la añada del adulterio, canción de cuna y de cama. El resultado es un libro disco titulado "Cantos intemporales", interpretado en catalán, euskera, gallego y asturiano que edita Rama Lama Music, el sello del sabio asturiano de la música pop José Ramón Pardo (Gijón, 1941).

"Todas estas canciones son una sola canción y el orden es como el de un recital, algo que aprendí de Leo Ferré en mi exilio francés, para crear un ambiente. Empieza con ‘Al vent’, que es el estandarte de la ‘cançó’, con el que el pueblo empezó a ir detrás de nosotros, aprendí la palabra ‘solidaridad’ y se creó la conciencia y el espíritu de reivindicación de lo que el régimen de Franco estaba usurpando", dice el juglar que llevó la poesía cantada a las universidades estadounidenses de la mano del poeta ovetense Ángel González.

Son canciones ajenas: "Es lo más difícil que he hecho en mi vida. Puedes tener una voz bonita y destrozar una canción. Me propuse superar a cada cantante y para eso tienes que sentir tuya su canción y estar a la altura. Cada día dedicaba tres o cuatro horas con el pianista a cantar, hacer una maqueta, oírla y volver. Lo que ha salido son canciones que sudan, lloran, cantan".

Entre ellas "Paraules per a Júlia", con la música de Paco Ibáñez y la traducción al catalán que hizo José Agustín Goytisolo para Ribalta; "Grândola", de José Afonso, himno de la revolución de los claveles portuguesa. "Canto a la libertad", donde más pétreo resuena Labordeta. Una sucesión de la canción popular que empezó en Cataluña en 1963 con la ‘Nova Cançó’, siguió en Euskadi con Xavier Lete e Imanol (de los que graba "Zure tristura"), continua en "Voces ceibes" de Galicia, el manifiesto del Sur, el nuevo mester de juglaría, la canción del pueblo de Aute… .

La canción y la política hicieron a Ribalta un nómada musical. El juglar catalán, que pasa gran parte del año en Puerto de Vega, conoció Asturias por unos conciertos que le organizó el Partido Comunista en la clandestinidad por las cuencas mineras: "José María Laso, Nebot... Venía cada dos por tres y me quedaba quince días. Una noche, Juan Benito Argüelles me dijo que quería que conociera un personaje y me llevó a una especie de cava donde actuaba Jerónimo Granda. Me encantó el personaje, como tocaba y cantaba, en un ambiente que no había en Madrid ni en Barcelona. Cantó ‘L’añada’ y al acabar la gente se puso en pie con un respeto admirable. Cada vez que la escucho aún me conmueve con la misma intensidad. Es una de las grandes canciones que se han compuesto en la historia".

Ribalta se interesó por la canción: "Lorca la citó en una conferencia de la Residencia de Estudiantes y señaló la contradicción misteriosa de la letra en la que una mujer canta a su hijo huérfano en una estrofa y en otra pide al amante que no entre en la casa porque el padre del neñu non fue a la montaña". "Esta canción me abrió la puerta al folklore asturiano y yo en ese disco quiero abrir 16 cerraduras al folklore español", declara Ribalta.

"Cantos intemporales" es una idea de siempre, que fue creciendo con el tiempo sin hallar su momento. "A punto de ir a una guía por América latina y grabar un disco con el cuarteto de guitarras de Buenos Aires empezó el Covid y encontré ese momento para sentarme y centrarme".

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