Cannes 2024 (día 5): El G-7 de Guy Maddin, Nicolas Cage y Leos Carax

El quinto día del festival presenta películas que desafían (con diferentes grados de éxito) las expectativas sobre directores establecidos

Fotograma de "The surfer".

Fotograma de "The surfer". / .

Pablo Álvarez-Hornia

Pablo Álvarez-Hornia

«Rumours», nueva película de Guy Maddin, poco tiene que ver con su cine hasta la fecha: es una comedia formalmente muy ortodoxa, a pesar de lo extravagante de su propuesta. En ella, una cumbre del G-7 celebrada para elaborar un comunicado político lo menos concreto posible termina con sus líderes perdiéndose en un bosque alemán, tras darse cuenta de que todo el personal ha desaparecido. Aunque el pastiche de cines mudos y reinterpretaciones del clásico que dieron a conicer a Maddin y sus colaboradores habituales Evan y Galen Johnson no aparece aquí en lo visual, sí que hay atisbos en el uso de la música, que contribuye a crear a partir de situaciones esencialmente absurdas una comedia inquietante.

Emilia Pérez

"Emilia Pérez". / .

Siguiendo con combinaciones llamativas, «Emilia Pérez» es un musical ambientado en el mundo del cartel mexicano que reúne a Selena Gómez y Zoe Saldaña. Audiard, tan dado a la remezcla de géneros cinematográficos, encuentra en la particular protagonista de esta cinta la oportunidad perfecta para desmontar y reorganizar el tono de su película sobre la marcha: desde una tensa persecución rodada a modo de thriller hasta una escena con la letra en pantalla, convertida en un karaoke, pasando por videoclips y escenas de musical de corte más clásico.

Su impredecible violencia, entre descarnada y sarcástica, tiene también que ver con otra de las películas del día: «The Surfer», adaptación libre de «El nadador» que cuenta con Nicolas Cage como protagonista, alejada (con gran habilidad) de las expectativas con las que uno pudiera entrar sobre su desenlace; expectativas que la propia película se encarga de reforzar a lo largo de los primeros tercios de película, haciendo su transgresión (comentario sobre la actualidad incluído) mucho más efectiva.

Leos Carax ha presentado fuera de competición un mediometraje particularmente poco inspirado, calco superficial del último Godard (llamativa su proyección un día después de la última película su referente directo) que no acaba de tener sentido siquiera como homenaje; por mucho que replique los juegos de palabras a través de intertítulos que se solapan y superponen, la voz carraspeante sobre fragmentos de sus propias películas en combinación con las que admira o el (intento de) comentario político, el resultado es impostado y la lectura es muy somera.

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