El asturiano Carlos González recuperó un instrumento perdido durante 700 años: la "rota d'Uxo"

El luthier es autor de la rota de la exposición "Canteros del sonido" en Gijón, reproducida a partir de una decoración de la iglesia de Ujo

Carlos González trabaja en su taller en la fabricación de la rota medieval.

Carlos González trabaja en su taller en la fabricación de la rota medieval. / LNE

Oviedo

Carlos González es un luthier especializado en la fabricación de instrumentos antiguos; también es un apasionado de la música antigua. Su último gran proyecto ha consistido en la reproducción de una rota, un híbrido entre un arpa y un salterio, un instrumento que lleva 700 años en desuso y desaparecido y lo ha hecho basándose en un motivo decorativo oculto en un canecillo de la iglesia de Santa Eulalia de Ujo, en el concejo de Mieres. La "rota de Uxo", como la llaman, es fruto de su colaboración con "Canteros del sonido", una iniciativa que lidera el músico Manuel Paz, profesor del Conservatorio del Nalón y director de la OCAS, la Orquesta de Cámara de Siero, y que incluye una exposición en el Parque Arqueológico de la Campa Torres de Gijón, abierta hasta el 29 de septiembre.

Carlos González, violero y luthier con taller en Almería, es miembro fundador de la Sociedad Francesa del Laúd y de la Sociedad de la Vihuela y ha dirigido varios festivales de música antigua, entre ellos el de Gijón entre 1998 y 2011. Elogia la labor de Manuel Paz y de Fernando Oliva, que forma parte del equipo de producción de "Canteros del sonido". Ambos localizaron la rota escondida en la iglesia románica de Ujo y si bien la reproducida en el edificio contaba con la peculiaridad de ser curva, cuando la mayoría son planas, Carlos González asegura que recrearla no fue difícil, pues los instrumentos funcionan con una lógica que no ha cambiado desde hace miles de años.

Carlos González explica que la rota es un instrumento de la familia de las liras, las arpas y las cítaras, instrumentos de cuerda pulsada en la que cada cuerda reproduce un sonido, a diferencia de otros instrumentos como la guitarra, donde a la vez pueden sonar diferentes notas. El artesano compara la rota especialmente con un arpa, no una moderna que sigue patrones más propios del siglo XIX, sino su versión medieval.

La «rota de Uxo» que se expone en el museo del Parque Arqueológico de la Campa Torres, en Gijón. | LNE

La «rota de Uxo» que se expone en el museo del Parque Arqueológico de la Campa Torres, en Gijón. / LNE

Carlos González cree que la rota desapareció simplemente por evolución hacia instrumentos más sofisticados, como la citada arpa o los salterios. La gran evolución, refiere, es la incorporación de un teclado para pulsar las notas, lo que dio pie a la creación de los clavecines y los pianos, instrumentos que con mayor complejidad pero que aplican el mismo concepto. El luthier afirma que la rota, aunque de manera algo marginal, sigue usándose en música popular y en los conventos, pues complementa muy bien el canto.

Carlos González reivindica la importancia de los instrumentos de época, que si bien no se utilizan ya en la música más popular, sí tienen uso en la música antigua, en conciertos y festivales como el de Gijón. "No te imaginas una fiesta en Asturias sin una gaita", comenta, para ejemplificar que es difícil hacerse una idea de ciertas músicas sin los instrumentos para los que fueron compuestas.

La tesis principal que defienden tanto Carlos González como "Canteros del sonido" es que la música se debe tocar con los instrumentos para los que se pensó. "En 2.000 años no se podrá entender qué es el flamenco si no hay guitarras españolas, o el rock si no se usan guitarras eléctricas", afirma el maestro luthier, y tampoco es posible imaginar cómo "era la música antigua sin los instrumentos para los que se creó".

Carlos González afirma que seguirá trabajando en la recuperación de instrumentos antiguos. Ha estado investigando incluso algunos del antiguo Egipto, que han llegado a la actualidad en un excelente estado de conservación porque los músicos eran enterrados junto a ellos, lo que facilita su reproducción. También, junto con "Canteros del sonido", está avanzando en la reproducción de un laúd representado en unas pinturas muy deterioradas en la iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo, en Oviedo.

Tanto la rota como el resto de instrumentos que construya al hilo del proyecto se pueden contemplar aún durante los próximos días en la exposición del Parque Arqueológico de la Campa de Torres.

Germán Granado

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